![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2019/04/Daniel-Adame-Osorio-FOTO-FACEBOOK-107x70.jpg)
Escenario político
Balas y no abrazos, para la prensa
Presionados por un entorno violento por parte del Estado, de funcionarios corruptos y de la delincuencia organizada, nunca como ahora para los periodistas mexicanos, había sido tan importante defender la libertad de expresión.
El pasado 7 de junio, en diversos encuentros en todo el país, los periodistas volvimos a alzar la voz para exigir el respeto a una de las libertades que se han visto seriamente afectadas en los últimos años.
En la reunión para conmemorar el Día de la Libertad de Expresión, organizada por el organismo Los Reporteros 2023, tuve la oportunidad de hacer una reflexión sobre el tema, con mis colegas, que a continuación resumo.
En pocas ocasiones de la historia nacional, la libertad de expresión se había visto tan amenazada como en la actualidad. En el contexto de un México violento, nuestro país es uno de los más peligrosos en el mundo para los periodistas.
De acuerdo con la organización Artículo 19, en su informe anual «Voces contra la Indiferencia», 2022 fue el año más violento para la prensa en México, desde que se realiza esa medición, con un total de 12 periodistas asesinados y la cifra récord de una agresión documentada cada 13 horas en promedio.
Entre el año 2000 y mayo de 2023, han sido asesinados 162 periodistas en nuestro país, de los cuales, 42 corresponden al presente sexenio. En lo que va de 2023, han sido asesinados cinco compañeros, tendencia muy similar a la de 2022.
De esta manera, si persisten los homicidios de comunicadores, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador cerrará como el más fatídico para la prensa mexicana.
En 1984, tuve la oportunidad de cubrir, como reportero de El Universal, la guerra en Nicaragua. En aquel tiempo yo reflexionaba sobre la fortuna que era vivir en México, en donde no había ningún conflicto armado, ni ejecuciones sumarias, ni desapariciones, ni asesinatos de periodistas. Todo cambió y ahora enfrentamos la cruel realidad de vivir en una nación convertida en una fosa común en muchas regiones.
En nuestro país, las violaciones al estado de derecho, la impunidad y la corrupción, son las principales causas que provocan este holocausto nacional que sufrimos.
Los periodistas se encuentran entre los grupos sociales más vulnerables, porque están expuestos a la mirada pública de quienes se sienten amenazados por la información que se difunde.
Los compañeros que trabajan en ciudades pequeñas o medianas, o en localidades de menor tamaño, son quienes sufren las mayores agresiones porque ahí sus verdugos los pueden localizar más fácilmente. Conocen incluso hasta sus domicilios. Son muchos los casos de colegas asesinados a las afueras de sus casas o de los medios en los que laboraban. Los asesinos tejen la celada sobre periodistas que incluso se acogen a los mecanismos de protección. De ese tamaño es la impunidad imperante en México.
De acuerdo también con Artículo 19, cada 13 horas se produce una agresión en contra de un periodista en México y del total de casos documentados en 2022, 42 por ciento se cometieron por actores del Estado.
En su mayor parte, las agresiones verbales, ya sean amenazas u hostigamiento, o físicas, que van desde golpes hasta el homicidio, son ejecutadas no sólo por la delincuencia organizada, sino por funcionarios, policías o elementos de las fuerzas armadas.
Vivimos en una época de autoritarismo político, en el cual los periodistas son amedrantados desde el mismo Palacio Nacional por un presidente que no soporta a la prensa independiente, porque quisiera sólo alabanzas a su gobierno. Desgraciadamente, este ejemplo permea en muchos gobiernos de estados y municipios.
El periodista debe mantener su autonomía ante los poderes político y económico, porque su único compromiso está con la verdad y sus lectores. Es preciso fortalecer la libertad de expresión, pues es una de las garantías para defender la democracia. Sólo con una prensa que se exprese sin ataduras, estará garantizada la vida democrática en México.
Que se escuche bien: Ante las presiones de los poderosos, los periodistas habremos de responder con un trabajo más profesional y, sobre todo, siempre libre. Nadie nos callará.