Visión financiera/Georgina Howard
Solucionar el caos en hospital 76
del IMSS, piden a Zoé Robledo
Javier Velázquez Flores
Pasaron seis años y, desde luego, el sector salud no es mejor que el de Dinamarca ni el de otros países desarrollados, como prometió y más bien, mintió, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Jornada tras jornada, durante los 2 mil 190 días que formaron su sexenio, una de las mentiras más repetidas por el tabasqueño, fue que México tendría un sector salud, similar al de las potencias mundiales.
Los años pasaron, sin que los derechohabientes del IMSS, ISSSTE y de otras instituciones que forman el sector salud, notaran un cambio radical en la prestación de los servicios que son vitales para el bienestar de la población, como los relacionados con la seguridad social.
Para López Obrador se convirtió una verdadera obsesión asegurar que los mexicanos ya no padecerían con servicios de salud de tercera clase, sino que su palabra sería la varita mágica que convertiría a las clínicas y hospitales de las instituciones de salud en verdaderos “paraísos”, en donde los pacientes podrían sentirse arropados.
En su verborrea matutina, el ex presidente se llenaba la boca afirmando que la tan anhelada meta de contar con un sistema mejor que el de Dinamarca, se fijaba para una fecha determinada durante el último año de su mandato, pero al no cumplirse el objetivo, se posponía una y otra vez y otra y otra.
Tanto fue su obsesión en repetir una mentira que nunca se convertiría en realidad, que al mismo director general del IMSS, Zoé Robledo, lo mantuvo como titular del Instituto Mexicano del Seguro Social, con la seguridad de que ese encargo transexenal sería respetado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, lo cual sucedió.
Vamos, de hecho, esa misma obsesión de López Obrador obligó a Robledo a renunciar a sus intenciones de ser candidato a la gubernatura de Chiapas, para que se quedara como titular del IMSS, con el fin de proseguir con la tarea de fortalecimiento de la institución, en la cual no se notan avances realmente notables.
El encargo era dejar a Zoé como titular del IMSS, porqué a final de cuentas ya habría aprendido sobre el manejo del instituto y su experiencia sería de mucha utilidad para que a final de cuentas nos convirtiéramos en Dinamarca.
Sin embargo, tan ambiciosa meta no se ha cumplido y se mantienen deficiencias en la prestación de los servicios en algunas clínicas y hospitales del IMSS.
Ese es el caso del Hospital General de Zona y Medicina Familiar, número 76, ubicado en avenida José María Morelos, colonia San Pedro Xalostoc, Ecatepec, Estado de México.
Pacientes adscritos a ese nosocomio y sus familiares solicitan la intervención de Robledo para solucionar deficiencias de personal del hospital, que afectan la salud de los enfermos.
Concretamente, señalan que las fallas en la atención de los pacientes no son resueltas por Genaro Ángel Guachospa, director del hospital, quien es omiso, incluso, a las malas operaciones de Ángel Cruz García, jefe del Departamento de Cirugía.
Advierten que el hospital carece de materiales como guantes y medicamentos que se disputan los médicos para atender a los pacientes a su cargo. Por otra parte, los aparatos utilizados para operaciones, no sirven, como es el caso del endoscopio.
Entre otras de las anomalías que refieren, se encuentra que los estudiantes de medicina no apoyan a enfermeros en los quehaceres de atención a internos y generan desorden en el uso de materiales.
Por si esto fuera poco, indican que no avanzan los trabajos de mantenimiento en el hospital, por lo cual hay salas con camas desocupadas, mientras que a enfermos se les mantiene en el área de urgencias sentados durante días e incluso los propios familiares se ven obligados a llevarles de comer.
La corrección de esos problemas y la intervención del director general del IMSS, son de vital importancia, ya que, si persiste el caos en el hospital mencionado, se agravará la salud de los derechohabientes que acuden al nosocomio con la esperanza de poder recuperar su bienestar.
La preservación de la salud, sin duda, es uno de los objetivos fundamentales que debe tener cualquier pueblo y México no ha podido alcanzarlo. No basta con que el mejoramiento de las instituciones sanitarias se subraye sólo en el papel, en los discursos, sino que debe aterrizarse en la realidad de las consultas, de los pasillos, de los quirófanos.
Los familiares de los enfermos esperan una respuesta positiva de Zoé Robledo. Un país sin un adecuado sistema de salud, será siempre una nación sin justicia social.