
¡Otro plan nacional de desarrollo inservible!
Buró de Crédito: la impunidad total
No existe peor experiencia financiera para una persona, que ser acusada de deber un crédito contratado por otro individuo que se llama igual y que eso la estrangule en el mercado bancario.
Y es peor, cuando esto se debe a ineficiencias de una empresa privada como Buró de Crédito que recibe una supuesta supervisión y regulación de la Secretaría de Hacienda, el Banco de México, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros y la Procuraduría Federal del Consumidor.
Al final de cuentas, ni la compañía tiene parámetros de calidad interna y supervisión adecuados y, por ello es impune, y ni todas las entidades financieras habidas y por haber cumplen con su objetivo de vigilancia, en un país como México, en donde la ley se viola de manera constante y todos hacen lo que les da la gana.
La empresa privada Buró de Crédito tiene como objetivo informar a sus clientes, personas físicas y morales, cual es su historial crediticio. Esta información es entregada también a las instituciones financieras, con la autorización del cliente, cuando este pide un nuevo financiamiento y para comprobar si el solicitante es buen pagador, en palabras claras y llanas.
Buró de Crédito capta la información de las instituciones financieras y realiza para ellas mismas análisis detallados acerca de los créditos que no han sido pagados en determinados periodos.
Pero resulta que, en muchas ocasiones, la información emitida por Buró de Crédito es totalmente errónea, no tan sólo por el robo de identidad, delito en el cual México se encuentra en el top´10 a nivel mundial, sino por las homonimias frecuentes entre los usuarios del sistema financiero.
En el caso de las homonimias, en las cuales un mexicano que tiene la mala fortuna de llamarse igual que un deudor que no paga, ve manchado no sólo su historial crediticio, sino su reputación como persona.
Sin embargo, resulta que la información que capta Buró de Crédito está plagada de errores en muchos casos y el Buró no tiene sistema alguno para comprobar que la información sea correcta.
Este columnista detectó, por ejemplo, que las homonimias son un error frecuente en Buró de Crédito. Así encontró en la tienda Coppel y BanCoppel, de Viaducto, en calzada de Tlalpan, Ciudad de México, el caso de dos personas con idénticos nombres y apellidos, pero con diferente Registro Federal de Contribuyentes.
Datos como el domicilio de ambos individuos, la edad y, sobre todo, el RFC debían ser los elementos fundamentales para determinar que no se trata de la misma persona, pero no es así.
Precisamente a quien no debe crédito alguno, Buró de Crédito le entregó un informe en donde aparece un financiamiento supuestamente no pagado, cuando en realidad se trata de otra persona, con iguales nombres y apellidos, pero de edad y domicilios diferentes.
La persona afectada por el reporte de Buró de Crédito se presentó en Coppel y BanCoppel para aclarar la falsa acusación de Buró de Crédito y personal de la tienda de electrodoméstico le aclaró: “efectivamente usted no es cliente de esta compañía y no nos debe nada, pero sí aparece otro señor con sus mismos nombres y apellidos”.
Cuando el afectado pidió una explicación a personal de Buró de Crédito que lo atendió por teléfono, simplemente recibió como respuesta: “nosotros solamente captamos la información que nos entregan las entidades financieras”.
Es decir, Buró de Crédito se lavó las manos de manera impune, sin importar que afectara no sólo la solvencia crediticia, sino su reputación como persona, pues encontró que, por la misma ineficiencia, se la atribuían créditos que no contrató en Mercado Pago y en la filial financiera de Didi, con supuestos vencimientos de 12 meses.
A lo largo de todo el país se detectan este tipo de casos de abuso por parte de Buró de Crédito, sin que las autoridades muevan un dedo para frenarlos. Lo único que hace el personal de esa “empresa” es pedir a quien se sienta afectado, que presente su queja y en un plazo máximo de 29 días se le dará un resultado, es decir, casi un mes, para enmendar sus torpezas.
Es positivo para los usuarios conocer su historial crediticio y para las instituciones financieras contar con expedientes claros y precisos acerca de quienes son los deudores que presentan problemas de pago y que aun así se atreven a solicitar nuevos financiamientos.
Sin embargo, no es posible que la información de los usuarios esté en manos de una empresa privada tan negligente como Buró de Crédito, que se auto erige como juez para acusar a quien no tiene responsabilidad alguna.
Es momento, que las autoridades castiguen como es debido a una compañía, convertida en cloaca, que afecta a mexicanos de manera tan impune.