Poder y dinero
Las víctimas del Monstruo de Ecatepec
Eran tres madres solteras muy jóvenes y que sólo deseaban tener mejores oportunidades para sus hijos. Su juventud y belleza las condenó para que fueran víctimas del criminal que acabó para siempre con sus vidas e indirectamente con las de sus familiares.
Evelyn, Nancy y Arlet, se convirtieron en un nuevo ícono de la brutalidad de los feminicidios cometidos en México. Las tres fueron víctimas de la indecible saña del llamado Monstruo de Ecatepec.
Arlet, de 23 años de edad, fue declarada como desaparecida el 25 de abril de este año, después de que nunca llegó al kínder en donde se encontraba su pequeño hijo, ubicado en la colonia Jardines de Morelos. Su madre la buscó, pero nunca pudo encontrarla ante la casi pasividad de las autoridades policiacas de ese enclave de la deshumanización en que se ha convertido Ecatepec.
El 26 de julio de este año, Evelyn, encargó a dos hijos con su ex pareja, mientras ella acudía a una cita en el mismo municipio con una mujer que le vendería ropa barata para sus pequeños. Nunca regresó.
Nancy, de 28 años de edad, desapareció apenas el pasado 6 de septiembre. Llevaba en una carriola a su hija pequeña, de apenas dos meses de nacida. Acudiría a una junta en la primaria de otra hija suya. Nunca llegó al plantel.
Todas ellas en algún momento fueron coptadas por Juan Carlos N. y su amante Martha Patricia N., a quienes conocían. El par de presuntos homicidas les habían ofrecido ropa y quesos a precios bajos y en algunas ocasiones para ganar su confianza incluso les habían regalado diversas prendas para sus hijos.
Con engaños las llevaron a su guarida, en la colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec y ahí cometieron con ellas actos indecibles, después de asesinarlas, que no pueden caber en ninguna mente normal, que van de la violación al canibalismo.
¿Cómo se había deformado la mente de estos criminales, en especial de Juan Carlos N. para llegar a este tipo de atrocidades?
Sin duda, debe buscar en su infancia el nacimiento de esa mente tan terriblemente enferma.
Cuando el presunto asesino era niño, de aproximadamente 10 años de edad, su madre lo encargaba con una mujer que abusaba sexualmente de él, mientras ella salía de su casa para tener sexo con hombres a cambio de dinero, como una manera de manutención.
Juan Carlos relató a un psicólogo, en aquel video que se hizo viral recientemente, que el abuso que padeció por parte de esa mujer le provocaba un asco terrible, que jamás pudo relatar a su progenitora. Todo ese daño se quedó en su mente. Jamás lo compartió con nadie y se lo tragó por entero en su cuerpo y en su alma.
El presunto asesino relató además que de niño en muchas ocasiones presenció cómo su madre sostenía relaciones sexuales con desconocidos
Ahí nació en la mente de Juan Carlos el odio hacia las mujeres. La mujer que abusaba de él y su madre debían ser personas malas, porque lo que le hacían y de lo que era testigo, le causaban repugnancia.
De adulto fue engañado por su esposa, de nombre Mónica y tuvo un hijo de ella. Algunos conocidos le hacían creer que el chiquillo seguramente no era de él, sino de algún otro hombre con quien su pareja tenía relaciones.
Mónica lo dejó y esto le provocó un gran dolor emocional que tampoco compartió con alguien. Llegó a una conclusión contundente y aterradora: las mujeres eran la escoria de la humanidad y debía acabar con todas ellas.
Su mente se torció. Empezó a escuchar una voz que le ordenaba asesinar. Ya no había vuelta de hoja y empezó a asesinar chicas, sobre todo jóvenes, porqué con ello “limpiaba al mundo del horror que son las mujeres”.
Así asesinó a por lo menos 20 mujeres, de acuerdo a sus primeras declaraciones, situación que deberá ser investigada y aclarada por las autoridades, ya que existe la posibilidad de que el homicida esté alardeando, al tratar de ‘presumir’ los homicidios de mujeres, como un triunfo.
El Monstruo de Ecatepec, como fue bautizado incluso por la prensa mexicana e internacional fue detenido con su cómplice Martha Patricia N. el 4 de octubre. El caso ha estremecido a quienes desean que termine el baño de violencia que sacude al país.
Sin embargo, en un absurdo legaloide, por errores en su proceso, como el haber hecho público el video en el que se ve a Juan Carlos N. relatar con cinismo lo que hizo ante un psicólogo, antes de iniciarse proceso en su contra, el individuo puede ser liberado “para volver a asesinar otra vez”, como ya amenazó o ser declarado inimputable, si se le diagnostica alguna enfermedad mental y es enviado una clínica psiquiátrica.
¿Qué clase de sociedad engendra a este tipo de asesinos?
¿Qué está pasando en el país y en particular en el Estado de México para que esto suceda?
¿Qué soluciones deben aplicarse para que se frene la ola de homicidios que afecta a Ecatepec?
Son muchas las preguntas y pocas las respuestas. Las autoridades del Estado de México, encabezadas por Alfredo del Mazo Maza, están rebasadas. No atan ni desatan. Las mujeres en ese hoyo negro de la delincuencia que se llama Ecatepec, al igual que muchos otros de la entidad, temen ser la próxima víctima de los monstruos que siguen sueltos en la calle con total impunidad.