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Juego de ojos
Tarifa única al trabajo sexual
A partir de las 21:00 horas, cada viernes, la calle de Sullivan, en la colonia San Rafael, minutos antes vacías, se llena rápido de siluetas femeninas. Vestidos entallados, labios pintados, maquillaje. Repiten un ritual que se ha realizado cada fin de semana, a través de los años, desde un tiempo ya no recordado con exactitud.
“Aquí todas las chicas están controladas, ninguna se puede parar aquí, sin tener el conecte suficiente para pararse en una de las zonas más cotizadas para la prostitución callejera”, señala uno de los taxistas que traslada al hotel a los clientes de las muchachas, que no tienen vehículo, aunque en mayor medida, son autos privados los que se acercan a las chicas. Sus conductores encienden las direccionales, sacan la cabeza, preguntan, recorren con sus miradas aquellos cuerpos jóvenes, de rostros casi adolescentes en algunas de ellas.
La noche avanza y la procesión de autos entorpece el tráfico de esa calle. En fila, las chicas exhiben su belleza, ante ojos ávidos de hombres de todas las edades.
“Dicen que en este lugar hay trata de blancas, eso no lo sé, pero lo que sí todo mundo sabe es que aquí hay una organización completa desde hace muchos años para proteger esta zona de tolerancia, como otras que existen en la ciudad. A veces han actuado en contra de ellas, se van un tiempo, están algunos meses o días fuera, nadie se aparece, pero a final de cuentas siempre regresan, siempre”, asegura el taxista.
Las tarifas de los servicios sexuales de las mujeres que se ofrecen en la calle de Sullivan son similares, mayores para las chicas más jóvenes o con más atributos físicos, pero hay un promedio, con la idea de que no exista una competencia que pudiera afectarlas.
“Ahora hablan de que se establecerán tarifas, que todo va a estar regulado. Qué hasta las chicas van a pagar impuestos por cada servicio que hagan, yo no sé cómo le van a hacer o quién va a contar eso, se me hace exagerado, pero dicen que eso va a pasar, porque el gobierno de la ciudad quiere sacar dinero de todos lados, pero de esto, la verdad se me hace difícil, imagínese de plano es sacar lana de las mujeres que ganan su dinerito, con el sudor de su…. frente, como dice la biblia, jajajaja”, estalla la carcajada del rollizo taxista, que toma su abdomen para contener ese estallido de felicidad.
Y es cierto, desde hace varios meses, desde el escritorio del diputado local de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Temístocles Villanueva Ramo, existía la iniciativa de Ley del Trabajo No Asalariado, la cual contempla reconocer el empleo sexual en la Ciudad de México, a fin de que el Estado lo regule.
En muchas ciudades del país, las trabajadoras sexuales cuentan con cartillas de chequeo sanitario que se han convertido en un muro para tratar de contener el agudizamiento de las enfermedades sexuales.
Ahora el planteamiento es diferente, la iniciativa de Villanueva Ramo pretende que se controle el trabajo no asalariado, a través de la expedición de licencias para personas que ejercen oficios de autoempleo. Su medida incluye que estos trabajadores puedan tener un seguro de desempleo.
En el caso de las trabajadoras sexuales, busca que reciban preservativos gratuitos y que el seguro cubra una incapacidad de 6 meses. «Vamos a otorgar derechos siempre y cuando las personas trabajadoras no asalariadas cumplan con sus obligaciones», ha señalado el legislador.
En el caso del trabajo sexual tendrá que haber una medición, de acuerdo al planteamiento del legislador. Este es un tema por demás complejo, porque surgen las preguntas de cómo se debe realizar esa medición, ¿en función de qué?, ¿de la edad de las chicas? ¿del tiempo que les lleva por servicio? ¿de la “calidad” del mismo?
“Es un tema muy complejo pero tendría que haber una tarifa única para las personas que ejerzan el trabajo sexual”, ha subrayado el legislador.
Para el diputado, este es el siguiente paso que debe dar la Ciudad de México, luego de la reciente derogación al artículo 24, fracción VI de la Ley de Cultura Cívica de la CdMx, que dejó de criminalizar el oficio.
Las cuotas presuntamente servirían para mejorar las calles donde las trabajadoras ejercen su oficio. ¿Sólo para eso? ¿Quién daría a conocer el monto de las cuotas recaudadas?
Habría controles para evitar la trata de personas, así como zonas restringidas, como las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro y se tomarían en cuenta algunos candados para evitar que el trabajo sexual se convierta en un tema de prostitución y por tanto de trata de personas, de acuerdo a la iniciativa.
Para Villanueva Ramo “la prostitución no es lo mismo que el trabajo sexual”.
Se plantea la restricción de la actividad en algunos espacios para ejercer el trabajo sexual como cercanos a escuelas y parques públicos.
Regular el trabajo sexual en la Ciudad de México es vital para avanzar en los derechos de las y los trabajadores sexuales, con el fin de que no sean víctimas de de padrotes o redes de explotación. Se trata de una vía de emancipación económica que les permite disponer de su propio cuerpo de manera autónoma, por lo que deviene una forma de trabajo, en una ciudad en donde quién obtiene recursos, como quiere o como puede