El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
México sin mujeres
“Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento”.
Así revelaba Ingrid Escamilla en su cuenta de Instagram el paralelismo que sentía con Frida Kahlo, a partir del sufrimiento que la igualaba con el cuerpo castigado de la pintora.
En su cuenta, ya revelaba el calvario de su vida, al lado de un hombre que finalmente terminó por asesinarla y partir su cuerpo, como había partido su alma durante muchos años.
“Me la imagino e imagino, estás por ahí pensando en mí. Espero que sí estás por ahí y lees esto, sepas que sí, es verdad, yo estoy aquí y soy tan extraña como tú”, escribía a una imaginaria Frida.
Las señales de peligro eran más que evidentes, pero ni ella ni nadie hizo algo por evitarlo y un loco terminó por matarla.
Durante días, la cuenta de Ingrid permaneció abierta, pero ella ya no podía leerla.
“Descansa ya todo acabó, ahora todo va estar bien, ya estás en la casa de Dios”.
“Ya estás en un lugar mejor princesa dónde no hay sufrimiento”.
“Somos muchos como tu Ingrid, ahora sólo pienso en ti, aunque ya no estás. Me hubiera encantado conocerte y darte toda mi vida, mi atención, mi tiempo”.
Eran sólo algunas frases de aliento de los más de 6 mil seguidores, hombres y mujeres, que tuvo y que sigue teniendo la cuenta de Ingrid, aún después de que ella fue victimada
El dolor por la manera en que fue asesinada sigue en su cuenta de Instagram, convertida en una esquela permanente en el éter digital.
La misma indignación que persiste en todo el país, de cara al 9 de marzo, el día en que no habrá mujeres y que se levantará un grito de ¡ya basta! por lo que pasa con las asesinadas, las desaparecidas, las maltratadas, las vejadas.
Es el malestar que recorre las calles, las empresas, las escuelas, las iglesias, que está por todo México.
El descontento que hizo salir a 100 mil personas este jueves, la mayor parte jóvenes, a las calles de Puebla, para gritarle en la cara a un gobernador inepto, que ya no se pueden soportar los homicidios de muchachos.
Ese malestar que le hizo saber al político saltimbanqui a conveniencia, primero perredista y luego morenista, Miguel Barbosa, que los poblanos “ya están hasta la madre” de tantos homicidios.
La indignación ciudadana que le gritó a la cara que ya no se puede seguir culpando al pasado de todo lo que pasa en el presente, cuando el gobernador trató de disculpar la crisis de inseguridad de Puebla, así: “No es un problema sólo del gobierno, sino de todos. Estoy desmontando un sistema corrupto”.
“Los problemas no se resuelven de un día para otro”, dijo como defensa Barbosa.
Es el mismo rencor que sienten los oaxaqueños por la agresión del ex diputado del PRI, Juan Vera Carrizales, en contra de la que fuera su pareja, la saxofonista María Elena Ríos, a quien ordenó bañar de ácido para desfigurarle el rostro.
Acción cobarde, injustificable, salvaje, propia de un enfermo mental, que todavía tuvo el descaro de carcajearse cuando María Elena le habló telefónicamente para reclamarle y aún más se atrevió a amenazarla: “Tu eres mía, de nadie más. Seguramente cuando ibas a tus presentaciones, andabas de puta”.
Y el cobarde huyó y no es localizado, a pesar de que se ofrece recompensa por información que conduzca a su captura.
Es el mismo enojo social que crece en las escuelas en contra de alumnos y profesores que hostigan sexualmente a las chicas, en planteles privados y públicos.
En el Colegio de Bachilleres de Oaxaca (Cobao), al profesor Jorge “N” las alumnas le pararon el alto y, estuvieron a punto de convertir su descontento en linchamiento. El hombre, acusado de hostigamiento, se tuvo que refugiar en las oficinas del plantel para después ser entregado a la policía.
La situación era insostenible, el profesor acosaba a alumnas todo el tiempo y, como cobarde, se escondió atrás de los escritorios de la dirección escolar que resguardaron su impunidad. “No que la tenías muy grande, como presumías, ahora la debes tener chiquita del miedo”, le gritaba una chica.
Acciones para exigir justicia, como en la Universidad La Salle, en donde un tendedero de más de 100 denuncias evidencia y da los nombres y el actuar de los acosadores y así en planteles del Politécnico y la UNAM y en escuelas de muchas ciudades del país, en donde las mujeres ya no tolerarán este machismo y abuso que durante muchos años las ha dañado de diversas maneras.
Así, en este México incomprensible, en donde es imposible estar sin ellas, desaparecidas, asesinadas, atormentadas, sin ellas, las mujeres.