El agua, un derecho del pueblo
Mujeres violentadas
La violencia es una ola que todo lo arrasa. Laura Angélica tenía apenas 17 años y su vida fue cortada cuando no rebasaba la adolescencia. Estaba embarazada y fue asesinada por su novio.
La chica se había embarazado de su pareja, de nombre Jesús, de 23 años edad, quien estaba punto más que molesto por el embarazo no planeado de la mujer a la que decía amar.
“¡¡Hazte cargo de tu hijo!!”, fue la frase que le tiró a la cara la pequeña Laura Angélica al hombre. El grito causó una sobre reacción del sujeto, que finalmente le costó la vida a la chiquilla. El novio la degolló.
Era febrero de 2019 y en Aguascalientes, amigos y familiares salieron a las calles para exigir todo el peso de la ley sobre Jesús, quien afortunadamente fue detenido y vinculado a proceso penal.
El sujeto sigue encarcelado, pero no es el común de los casos que ocurren, ya que a final de cuentas la mayor parte de los homicidas de mujeres en México, jamás son aprehendidos.
En 97 por ciento de los casos, los responsables no son detenidos nunca y los casos de agresión quedan impunes. Eso lo saben los hombres violentos y eso explica tantos casos de agresión en prácticamente todo el país.
Dentro de esa tipología de impunidad, se ubica el caso de Daniela, quien desapareció en Tlalnepantla, Estado de México, después de que había salido de su domicilio a una tienda cercana. Apenas un día antes de desaparecer había cumplido 15 años. La chica fue encontrada muerta y el asesino nunca fue detenido.
Otro caso es el de Betzy Rodríguez. Había estudiado una maestría en Ciencias Políticas, tenía 29 años y un futuro profesional promisorio.
Una noche de octubre del año pasado, Betzy se dirigía a una estética cercana a a su hogar, en Ciudad Renacimiento, municipio de Acapulco, Guerrero, cuando se escuchó el tableteo de los “cuernos de chivo”.
Los vecinos que fueron sorprendidos por el tiroteo cruzado entre bandas de maleantes corrieron a sus domicilios, cerraron las puertas, los locales comerciales bajaron sus cortinas.
Betzy fue alcanzada por varios impactos de balas de alto calibre y fue recogida mal herida por sus familiares. Su juventud no fue suficiente para salvarle la vida. Su asesinato sigue sin castigo.
Para quienes agreden a las mujeres, la edad de estas no es impedimento. Así lo relataba una mujer de la tercera edad, quien afuera de Palacio Nacional comentaba a mujeres que pedían castigo a violadores.
“Si yo que tengo 71 años, fui violada ¿que pueden esperar las mujeres jóvenes?”, su grito desgarraba a quienes la escuchaban.
La violencia en contra de las mujeres de nuestro país tiene muchas caras. A la anciana, la agresión le fue a tocar la puerta a su misma casa en el Estado de México, en el cuerpo de un violador.
“!!No es justo que me haya pasado eso, que me violaran a mí, ¡¡que soy una anciana!!”, decía.
“¡¡Si se lo hacen a una, se lo hacen a todas!!”, gritaba la mujer madura.
¿Qué está pasando en el país para que la impunidad prevalezca?
¿Qué sucede en el entramado social para que la violencia en contra de las mujeres se convierta en algo “normal” y desde hace muchos años forme parte del paisaje urbano?
¿Qué debemos hacer como país para que México sea el país seguro que hace muchos años fue, en dónde se respeten los derechos de todos, especialmente de los grupos vulnerables, niños, ancianos, discapacitados, mujeres?
La supuesta transformación en que se encuentra el país no ha parado la violencia en contra de las mujeres, como pretende en sus discursos el presidente López Obrador.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelaron que en México 2 mil 240 mujeres fueron asesinadas, durante los primeros siete meses del año. Esa cantidad representa un aumento de 3.1% en comparación con el mismo periodo de 2019 y las cifras siguen en ascenso.
Información sobre violencia contra las mujeres (Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1) es el documento publicado por el Gobierno de México, en el cual se detalla que la cifra de víctimas se desglosa en mil 674 casos de homicidios dolosos y 566 feminicidios.
De enero a julio del año pasado la cifra fue de 2 mil 171 asesinatos, por lo cual el incremento para el 2020 fue de 3.1 puntos porcentuales o 69 casos más, todo a pesar de los meses de confinamiento ante la pandemia por Covid-19.
México está en una etapa de trasformación política que debe servir para que haya un cambio profundo en materia de seguridad. Lamentablemente, no hay nada claro, esperemos que la esperanza no se haya perdido del todo.