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Juego de ojos
Viajar a México y morir
La treintena de surfistas se tomaron de las manos en señal de hermandad, algunos con la mitad del cuerpo dentro del agua y otros con el vientre o las piernas sobre sus tablas. Ahí, en el mar que tanto amaban soltaron una corona de flores, una ofrenda de despedida para dos de sus compañeros que habían fallecido.
Ahora no los reunía, como siempre, el disfrute de las olas sobre sus humanidades ni del viento rosar sus rostros. Ese día era diferente, habían llegado hasta la playa El Camarón, en Mazatlán, Sinaloa, para dar un adiós eterno a dos surfistas que ya no estaban con ellos.
Era el ritual de todo surfista de esa zona para hacer un homenaje a sus compañeros, sólo que en esa ocasión fue distinto, los dos amigos al que se rendía tributo no habían sido víctimas de un desafortunado accidente en el mar, una ola traicionera no se los había llevado como a muchos otros.
No, los dos surfistas a quienes se les hacía ese homenaje una mañana de noviembre del año pasado, habían sido victimados en nuestro país por la delincuencia organizada mientras se hallaban de vacaciones. Primero se reportaron como desaparecidos durante algunos días, hasta que finalmente fueron encontrados sus cuerpos sin vida, situación que cada vez se repite más, lamentablemente.
Desde 2007 y hasta diciembre del año pasado alrededor de 26 mil personas han desaparecido en México, de acuerdo al Índice de Paz 2016, dado a conocer recientemente.
Con las cifras proporcionadas por el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), se observa que del total de desaparecidos en nuestro país en dicho periodo, 90 por ciento son de nacionalidad mexicana y 10 por ciento extranjeros, en su mayor parte migrantes y algunos turistas.
En el caso de los surfistas, Adam Coleman y Dean Lucas, australianos de nacimiento, la belleza de las playas mexicanas fueron el atractivo principal para que viajaran desde Canadá hasta nuestro país. Les gustaba surfear. Habían estado en Acapulco en otra ocasión.
Atravesaron Estados Unidos y sin problema llegaron hasta Baja California, en donde tomaron un ferry que los llevó al puerto de Topolobampo, Sinaloa y de ahí harían el trayecto hasta llegar a Guadalajara, en donde uno de ellos tenía una novia, quien al ver que los muchachos no aparecían denunció su desaparición a las autoridades.
A final de cuentas se encontró su camioneta calcinada en un paraje, situado en el llamado triángulo de las Bermudas, formado entre los municipios de Navolato, Morocito y Angostura y llamado así por la desaparición de un gran número de personas.
Habían caído en manos de una banda delincuencial de las muchas que hay en Sinaloa, uno de los estados más violentos del país. Los delincuentes contaban incluso con una patrulla con torretas y se hacían pasar por elementos de seguridad pública. Así de impunes. Era noviembre del año pasado.
Ahora, un nuevo caso viene a estremecer a nacionales y extranjeros: la muerte de una sobrina del presidente de la Federación Española de Futbol, Ángel María Villar. La joven despareció el pasado día 13, mientras trataba de sacar dinero de un cajero automático. Fue interceptada por una banda que la secuestró y pidió rescate por ella.
Sus familiares en España y de inmediato se dieron a la tarea de reunir el dinero exigido. Esto les fue imposible por la rapidez con la que se exigió el rescate y por su elevado monto. Se reunió una cantidad menor. El cuerpo sin vida de la mujer se encontró finalmente en un paraje cercano al pueblo de Santiago Tianguistenco, Estado de México.
Como en todos los casos en que son asesinados extranjeros, las autoridades mencionan que los crímenes no quedarán impunes, pero se muestran impotentes ante una violencia que afecta a todos por igual, a nacionales y extranjeros.
Hacia el exterior, las autoridades siguen insistiendo que México es un país seguro, mientras que naciones como Estados Unidos, Canadá, Australia, Gran Bretaña y Francia, por mencionar algunos lanzan alertas para prevenir a sus compatriotas de tener mucho cuidado al visitar México y de advertir que muchas entidades, como Guerrero, Tamaulipas, Veracruz y Sinaloa, con imposibles de visitar sin poner en riesgo la vida.
Desaparecidos, 2 mil 600 extranjeros
De acuerdo con las cifras del Índice 2016, entre 2007 y 2015 fueron reportados como desaparecidos 2 mil 600 extranjeros en nuestro país, lo que representa 10% del total de personas no encontradas en el lapso mencionado.
Dicho índice menciona que la mayoría de las personas no ubicadas y reportadas como desaparecidas por sus familiares, 60% son hombres en edad productiva, de entre de 60% 15 y 65 años de edad.
El índice mencionado es elaborado por El Institute for Economics and Peace (IEP), la cual es una organización independiente, apartidista y sin fines de lucro dedicado a cambiar el enfoque mundial acerca de la paz para hacer de ella una medida positiva, factible y tangible del bienestar y el progreso humanos.
En su exposición de motivos, el IEP define que alcanza sus objetivos al desarrollar nuevos marcos conceptuales para definir la paz; proporciona métodos para medirla y promueve un mejor entendimiento de los factores culturales, económicos y políticos relacionados con ella.
El IEP, que tiene oficinas en Sydney, Nueva York, Ciudad de México y Bruselas, sin duda, ha encontrado en México una nación compleja, si se quiere decir de manera eufemística, pero “un hueso duro de roer”, si se quiere hacer referencia a la realidad, a la cada vez más compleja tarea de lograr un paz anhelada en muchas regiones de la República.