Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
La muerte viaja en micro
Primer capítulo: Nora no se dio cuenta cuando los sujetos abordaron el micro en que viajaba, porque de haberse percatado, seguro hubiera bajado rápidamente del transporte y en estos momentos estaría viva.
La unidad había salido del paradero El Toreo, delegación Miguel Hidalgo, con destino final a Atizapán, Estado de México. Para Nora y para otro pasajero aquella noche de enero convirtió en un trayecto fatal.
Los tres hombres subieron al micro a la altura de Lomas Verdes y al llegar a Satélite hicieron saber sus verdaderas intenciones “¡¡¡Esto ya valió madres!!!”, el grito que ya es una amenaza común escuchada a diario en decenas de unidades de transporte que cruzan la Ciudad de México y su zona metropolitana.
En esa ocasión, Nora, de 49 años de edad, no tuvo suerte, como tampoco la tuvo un hombre de 26 años, que también viajaba en el micro. Los asaltantes, antes de bajar del transporte dispararon 6 tiros en contra de los pasajeros.
El chofer rápidamente llevó su unidad hasta el hospital San José, cercano a la zona, ese 13 de enero pasado. El hombre, no identificado en el momento, ya llegó muerto, mientras que Nora falleció un día después.
Segundo capítulo: Ese mismo día, viernes 13, que para la conseja popular no es de buena suerte (“viernes 13 no te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes”, dice el refrán), “Manuel” también traía el santo de espaldas.
Viajaba en un micro y cuando este circulaba por la colonia San Pedro de Los Pinos, de la delegación Benito Juárez, tres sujetos abordaron el vehículo y empezaron a asaltar a los pasajeros. “Manuel” se resistió y como respuesta recibió un balazo que le quitó la vida.
Su cuerpo quedó en el interior de la unidad con placas 005-0261, de la Ruta 5 con ramal Hotel de México-World Trade Center, exactamente en la esquina de las calles 10 y Los Pinos.
Al lugar arribaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina del sector Nápoles, a bordo de las patrullas DF800F1 y DF 8010S1. Paramédicos de la ambulancia 04 de Protección Civil certificaron la muerte de “Manuel”, quien presentaba un disparo de arma de fuego abajo de la axila de lado izquierdo.
Tercer capítulo: También en enero, la señora Irma viajaba a bordo un micro de la ruta Coyoacán-Vértiz, eran pasadas las 12:30 de la tarde, cuando tres sujetos abordaron la unidad, sobre Av. División del Norte, en el carril de Sur a Norte, exactamente frente a la Alberca Olímpica.
Los ladrones, todos ellos de no más de 20 años de edad, forzaron a punta de pistola a entregar dinero y teléfonos celulares a los pasajeros. Cuando “cortaron” cartucho en sus pistolas la sangre de la señora Irma se heló. “Pensé que iban a disparar”, comenta.
El micro avanzaba de manera sospechosamente lenta, de tal manera que a los atracadores sólo les tomó unos minutos robar a los pasajeros. Todo sucedió en media cuadra de trayecto. El chofer ni siquiera fue tocado.
No hubo petición de los pasajeros que surtiera efecto para que no fueran asaltados. La señora Irma muchas veces camina con tapabocas por el temor a enfermarse, porque no le gusta sentirse mal a sus más de 60 años de edad. Esa circunstancia la salvó de ser atracada.
“Traigo tapabocas, porque tengo influenza”, dijo a uno de los asaltantes, como una medida de defensa, mientras entregaba el poco dinero que traía consigo. “A usted no madre, a usted no, quédese con su dinero”, respondió el hampón, quien se rehusaba a recibir el dinero ofrecido por la señora, en un evidente acto de falsa compasión y sí de temor a ser contagiado. Un acto de inteligencia salvó a Irma.
“Hay que denunciar esto”, dijo la señora a uno de los pasajeros atracados que respondió lacónicamente “para que señora, en este país no hay justicia”.
NEGATIVA, LA FALTA DE DENUNCIAS
La falta de denuncia evita que las bandas que roban en micros sean detenidas y facilita que sigan cometiendo delitos, de acuerdo a señalamientos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. Se calcula que de cada 10 robos que se cometen en la metrópoli en transportes públicos sólo 9 son denunciados.
Por ello, las autoridades subrayan la necesidad de que los ciudadanos que sean víctimas de cualquier tipo de delito lo denuncien de manera inmediata, pues es la única manera en que las autoridades pueden actuar frente a la delincuencia.
Cifras de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSP), indican que en 2016 bajó 16% el número de asaltos en micros, respecto a 2015. Las delegaciones capitalinas en donde se presenta la mayor incidencia de ese delito son Gustavo A. Madero e Iztapalapa.
La SSP implementa el programa Transporte Seguro, por medio del cual alrededor de 500 policías realizan revisiones aleatorias a unidades de transporte, con el fin de evitar robos en su interior.
Algunos de los problemas detectados por la policía capitalina en el transporte público es que muchas unidades no cumplen con el reglamento, como es hacer sus trayectos con la luz interior prendida, aunque en este caso, la dependencia encargada de imponer sanciones es la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México. Si el micro no está convenientemente iluminado lo mejor es no viajar en él.
Una de las acciones que ha tenido resultados positivos, es la aplicación para teléfonos celulares Mi Policía en Mi Transporte, por medio de la cual los choferes de unidades urbanas en el momento de un asalto pueden accionar un botón que los conecta directamente con un mando de control C5 que recibe la señal de auxilio y gira instrucciones para que se trasladen al lugar elementos a bordo de patrullas o motocicletas. El objetivo es que en menos de cuatro minutos arriban al lugar del atraco elementos policiacos.
Opino que la rapidez para atender emergencias en este tipo de casos es muy importante. Ojalá transportistas y autoridades hagan una mancuerna más efectiva para que se reduzcan al mínimo este tipo de ilícitos, que provocan que para miles de capitalinos viajar en micro sea una auténtica experiencia de terror.