![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/Teresa-Gil-Aglae-Abreu-107x70.jpg)
Libros de ayer y hoy
Producir gasolina a partir de basura
La imaginación e interés por la ciencia del mexicano Gerardo Nungaray Benítez jamás ha tenido límites, cuando tenía apenas 11 años de edad, consiguió de donde pudo un montón de recipientes y tubos de ensaye para elaborar un alcohol casero. Ahora, a los 46 años, ya sabe cómo producir gasolina a base de… basura.
Su método puede ser una opción viable no sólo para resolver la crítica escasez de combustibles fósiles del país, sino de todo el mundo. Acabaría en México con el gasolinazo, permanente en el que nos metieron las autoridades, ya que nuestro país tiene que comprar el 40 por ciento de las gasolinas que consumimos en el extranjero, con todo lo que ello implica por el pago que se tiene que hacer en dólares.
Sin embargo, más de un especialista en temas del sector energético han advertido que los poderosos intereses del sector petrolero internacional pueden evitar que las intenciones de este hombre se terminen convirtiendo en una realidad.
Otros analistas consideran que la alternativa del zacatecano jamás será tomada en cuenta, debido a que el consumo de gasolinas y diésel se ha mantenido desde hace años como una fuente importante de captación de recursos para el erario federal. Actualmente, los gravámenes aplicados a las gasolinas (Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios –IEPS–, e Impuesto al Valor Agregado –IVA–), representan alrededor de 38 por ciento del costo final de esos carburantes.
Todo empezó un día en el que el inventor oriundo de Zacatecas visitó un tiradero de basura, en el que constató las deplorables condiciones de salud en las que trabajaban las personas que viven de recolectar desperdicios industriales, con la finalidad de obtener algo de dinero para su subsistencia.
Nungaray Benítez empezó a experimentar con plásticos, PET y otras sustancias similares para ver de qué manera podrían encontrarse mecanismos de reciclaje adecuados para el medio ambiente. Descubrió que con el tratamiento que les hacía, al final del proceso quedaban aceites que entre sus características se encontraba que eran inflamables.
La mayor parte de esos productos se fabrican, mediante procesos de petroquímica que tienen como fuente primaria el uso de petróleo crudo. Lo que hizo el inventor no era otra cosa que hacer el ciclo al revés, es decir, convertir a los productos terminados nuevamente en petróleo.
Durante 10 años, ideó un mecanismo para obtener esos aceites. A simple vista, su invento parece rudimentario y fue por la serie de depósitos, bombas y tubos interconectados en un área pequeña, que la comunidad en la que vive lo bautizó como “El Güero Bombas”.
La ‘gasolina’ producida por el zacatecano con desechos derivados del petróleo como el plástico, aceite usado y otros, es de 79 octanos, en tanto que las gasolinas Magna y Premium tienen niveles de 87 y 92 octanos, respectivamente. El inventor ha utilizado su propio combustible en su auto, el cual ha trabajado de manera normal con dicho producto.
El inventor zacatecano ha acudido con diversas autoridades mexicanas, pero prácticamente no le han hecho caso. Lo ven más como un hombre con ideas extrañas e irrealizables, que como un mexicano innovador que puede resolver uno de los problemas más importantes que enfrenta en estos momentos nuestro país, como es la creciente escasez de yacimientos petroleros en territorio nacional y el encarecimiento en su explotación.
Pasaron las épocas de la bonanza petrolera, durante la cual Pemex podía extraer petróleo más fácilmente de los yacimientos que se encontraban en aguas someras del Golfo de México, de menos de 500 metros de profundidad, como sucedió con el yacimiento de Cantarell. Ahora sufrimos la fase del crudo caro que se debe extraer de aguas profundas, de entre 2 mil y 3 mil metros, lo cual requiere de tecnología que no tenemos y que hace necesario la asociación con grandes empresas extranjeras.
De ciencia ficción
El Güero Bombas trata de obtener un financiamiento de 18 millones de pesos entre la iniciativa privada, con la finalidad de instalar una micro refinería en el municipio de Guadalupe, Zacatecas, en donde produciría un volumen de 9 mil litros de gasolina diariamente.
En su visión a largo plazo, cada vertedero de basura municipal podía convertirse en una fuente inagotable de recursos primarios (basura) para la elaboración de gasolinas. Así, cada ayuntamiento estaría generando combustibles que le permitiría ingresos, producción de hidrocarburos para satisfacer las necesidades locales de transporte de la población y, al mismo tiempo, solucionaría el problema de acumulamiento de desperdicios plásticos y similares.
Muchos recordamos la escena de la primera película, de la saga Volver al Futuro, en donde el personaje del Dr. ‘regresa’ del futuro al momento actual de la cinta, a bordo de aquel famoso auto De Lorean que utilizaba desperdicios de comida y de líquidos comestibles en lugar de combustibles.
La eminente extinción del consumo de energéticos fósiles ha servido de tema incluso para películas de ciencia ficción, como sucedió en el caso de las cintas estadounidenses “Mundo Marino” y “Mad Max” en las cuales se relata la lucha que puede sostener la humanidad en un futuro en el cual, con el agotamiento casi total de los yacimientos petrolíferos del orbe, el combate por controlar el combustible se vuelve un asunto de sobrevivencia, de vida o muerte.
En la película El Supersabio, de Mario Moreno, Cantinflas, se plantea precisamente el tema de fabricar gasolina, prácticamente de agua, en este caso de agua de mar. En la cinta, un inventor descubre la fórmula para producir el tan preciado combustible, a partir del líquido de los océanos, lo que da como resultado una sustancia bautizada como carburex. En la película, los malosos, de la Compañía Petroleum tratan de evitar que se produzca dicho combustible, matando al inventor, un amigo de Cantinflas. No son pocos los observadores que consideran que cualquiera que invente dicho sistema de producción, en realidad correría ese riesgo.
De hecho, se producen combustibles, a partir de algunos insumos alimenticios, como son los aceites de soja y de maíz, pero se requieren cantidades enormes para elaborar mínimos volúmenes de combustibles, lo que ha significado que su producción masiva marche de manera lenta por el elevado costo que representa actualmente, además de que se desviaría la producción alimenticia a la de energéticos.
De acuerdo al consorcio Bloomberg, los mexicanos ocupan el primer lugar en el mundo en lo que se refiere al consumo de gasolina, de acuerdo a la proporción total de su salario. Los consumidores de nuestro país gastan una proporción de 3.58 por ciento de su sueldo en la adquisición de gasolina.
Tenemos un consumo per cápita de 360 litros de gasolina anuales, pero aún cuando otros países, como Estados Unidos y Canadá muestran mayores consumos del combustibles en cuanto a volumen, en México por los precios que han alcanzado las gasolinas representan una proporción mayor en relación al ingreso económico de los consumidores, dado que en las naciones industrializadas las percepciones económicas son mayores.
Por muy disparatada que parezca, la propuesta del Güero Bombas es una alternativa real e importante a la producción de gasolinas. El Gobierno Federal debe apoyarlo para ver si su proyecto funciona. De otra manera, estaría confirmando que realmente en la venta de gasolinas, tienen más peso los intereses recaudatorios del fisco o económicos de las petroleras que el interés de que el país sea autosuficiente en la elaboración de esos combustibles.