![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2019/04/Daniel-Adame-Osorio-FOTO-FACEBOOK-107x70.jpg)
Escenario político
La doble tragedia de los indocumentados
Los cinco integrantes de la familia Martínez son mexicanos indocumentados que viven en el área metropolitana de Houston, Texas y viven una doble tragedia: la primera, ser víctimas de la serie de huracanes que azotan la zona del Golfo de México en estos momentos y, la segunda, el riesgo de ser deportados cuando acudan a un refugio para protegerse del mal tiempo y detecten ahí su condición migratoria.
No saben qué hacer, por lo pronto, su casa ya sufrió el embate del huracán Harvey y muestra daños severos. Sin embargo, por ese miedo que desde hace tiempo les pica las entrañas, decidieron aguantar la fuerza del meteoro hasta donde, metidos en su hogar.
En este momento, en el Golfo de México se mantiene casi estacionado el huracán Katia y se piensa que se disuelva al tocar tierra en la costa mexicana de Veracruz, en tanto que los huracanes Irma y José se dirigen hacia Estados Unidos y se prevé que impacten en la Florida. De cualquier manera, en Texas esperan que siga cayendo un torrente de lluvias importante.
Es lo que preocupa a la familia Martínez. Por lo pronto, las autoridades de Texas informaron que en estos momentos de emergencia para ese estado de la Unión Americana no se aplicarán detenciones a migrantes indocumentados, pero los Martínez desconfían y no irán a ningún centro de refugio por miedo a que los detengan.
En medios de información locales se dio a conocer que, de acuerdo con el Centro de Investigación Pew, aproximadamente 570 mil inmigrantes indocumentados residen en el área metropolitana de Houston, la tercera mayor concentración de indocumentados en todo el país después de Nueva York y Los Ángeles.
Autoridades locales en el área de Houston, incluido el alcalde Sylvester Turner, exhortaron a los indocumentados a no temer y buscar refugio independientemente de su estatus migratorio.
La mayoría de los albergues son administrados por gobiernos locales, la Cruz Roja y otras organizaciones no gubernamentales. La Cruz Roja informó que no solicitará a las personas que muestren alguna forma de identificación para poder permanecer en sus refugios.
Sin embargo, para recibir algunos servicios de la Cruz Roja, como reunirse con un trabajador social para facilitar la recuperación de desastres, sí se requerirá de algún documento, pero sólo para verificar la dirección que tenía la persona antes del desastre.
Para las personas que no tienen identificación emitida por el gobierno, la Cruz Roja puede verificar la dirección a través de medios alternativos, como una copia de un recibo de servicios públicos.
Ahora sí los quieren
Precisamente han sido los indocumentados que viven en Estados Unidos los que fundamentalmente han dado la cara para ayudar a los habitantes de las zonas devastadas por las lluvias.
Las autoridades texanas tuvieron que reconocer esa realidad y dar una tregua en sus acciones para detener a personas “ilegales”, mientras pasa la tragedia humanitaria que afecta a buena zona de territorio texano.
Después de que pase esta situación, las cosas volverán a ser las mismas, los indocumentados a seguirse escondiendo y las autoridades migratorias, policiacas y de la Patrulla Fronteriza a seguir su labor de cacería sobre aquellas personas que no demuestren una estadía legal en la Unión Americana.
Ahí queda para la historia el apoyo que dieron cuatro panaderos mexicanos que convirtieron dos toneladas de harina en pan de dulce que repartieron entre cientos de personas afectadas por el mal tiempo en la zona de Houston.
Esos panaderos quedaron atrapados durante dos días en el establecimiento en el que laboran, llamado de una manera muy mexicana El Bolillo, y que aprovecharon el tiempo para elaborar pan que después repartieron gratuitamente entre personas afectadas por las lluvias y que no tenía en ese momento que llevarse a la boca.
Los panaderos mexicanos, Gustavo Rodríguez, Jorge Pérez y los hermanos Benjamín y Yahir Vizuel, cuyas edades fluctúan entre los 25 y los 40 años de edad, recibieron una buena cantidad de felicitaciones, vía correos electrónicos y por la cuenta de Facebook de la panadería en la que laboraban.
La mayor parte de las felicitaciones son de ciudadanos estadounidenses que valoraron la manera de actuar de los mexicanos, quienes de manera desinteresada trabajaron para materialmente darle de comer a muchos damnificados por las inundaciones.
Muchas de las personas que felicitaron a los panaderos condenaron la política de Donald Trump de emprender una cacería en contra de indocumentados que, incluso ya tienen muchos años de vivir en Estados Unidos y que con su trabajo cotidiano hacen que la economía de este país mantenga su dinamismo.
Ni que decir del esfuerzo de otros tres mexicanos que se dedicaron a bordo de una lancha a rescatar personas que se encontraban en malas condiciones, hasta que una corriente de agua los arrastró sobre una calle en pendiente y los estrelló en contra de un poste con cables de alta tensión, en donde perdieron la vida electrocutados.
La tragedia, sin embargo, no paró ahí, pues un cuarto compatriota que participó en la tarea para rescatar los cuerpos de los fallecidos, también perdió la vida en esa maniobra.
Este acto de heroísmo de estos cuatro mexicanos fue reconocido por el mismo presidente Enrique Peña Nieto.
Ante la tragedia, estos compatriotas supieron que hacer para ayudar a los demás. Ahora el gobierno de Estados Unidos no hará nada en contra de los indocumentados, en los próximos días, todo volverá a la normalidad y ellos tendrán que esconderse nuevamente… en espera de no ser encontrados.