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Libros de ayer y hoy
Mexicanos para reconstruir Irak
La guerra siempre genera muerte, dolor y destrucción en cualquier parte del mundo, pero para México, de manera surrealista, se puede convertir en una gran oportunidad de negocio en lo que resta de 2016 y en los años posteriores.
Las hordas terroristas de ISIS no sólo han asesinado y herido a cientos de miles de habitantes de naciones árabes, principalmente de Irak y Siria, sino que han destruido centros habitacionales, escuelas, redes de agua potable, infraestructura de comunicación, refinerías, redes eléctricas, hospitales, urbes históricas, patrimonio cultural, ciudades enteras, con todo el impacto negativo que esto significa para sus pobladores.
Tan sólo en Irak, país con una superficie de 438 mil 317 kilómetros cuadrados, la guerra ha destruido aproximadamente una tercera parte de su infraestructura y esto, paradójicamente, se convierte en una oportunidad para que las empresas mexicanas participen en la reconstrucción de las zonas devastadas.
Existen áreas, como la importante gobernación (estado) de Ambar, la más grande del país, con una población de casi 2 milllones de habitantes de acuerdo a las últimas cifras de 2010, en donde se encuentra destruido 80 por ciento de la infraestructura de todo tipo.
Hisham Al Jeborri, encargado de Negocios de la embajada de la República de Irak en México, señala que las empresas privadas mexicanas tienen en estos momentos una oportunidad importante para participar en la reconstrucción de las zonas dañadas por la barbarie de los fundamentalistas yihadistas.
El diplomático informa que el gobierno de Irak tiene el potencial económico suficiente para pagar de manera adecuada a las empresas que participen en la reconstrucción de las áreas afectadas por el conflicto armado.
Refiere que el movimiento de ISIS, conocido por Dáesh en árabe, ha afectado la imagen de Irak hacia el exterior, lo que ha motivado que sea reducida la inversión de capital mexicano en ese país, aun cuando desde hace años existen una docena de empresas de México que operan en dicha nación.
En contraparte, el desconocimiento de Irak hacia el potencial económico de México ha impedido que no exista una sola compañía de capital iraquí establecida en territorio nacional. Sin embargo, Al Jeborri indica que el gobierno de Irak y la cancillería mexicana trabajan coordinadamente para impulsar proyectos productivos mutuos.
En territorio iraquí existe un gran número de empresas de Estados Unidos, China, Brasil, Corea y España, entre otras naciones, que participan de manera activa en la economía de Irak. Incluso el gobierno iraquí expide visas a mexicanos que van a trabajar a compañías de esos países.
El sector petrolero es un área de participación mutua entre México e Irak y muchas firmas nacionales, las cuales también han mostrado interés para invertir en sectores como el eléctrico, petroquímico, cementero y de confección de ropa militar.
Irak está ávido de inversión y abierto a proyectos en prácticamente en todos sus rubros productivos, especialmente requiere de planes industriales de largo plazo que se puedan desarrollar en 10 o 20 años y este es un contexto que deben aprovechar las empresas y el gobierno mexicanos.
Como parte de la reforma energética impulsada en México, empresas privadas nacionales pueden importar crudo de otras naciones y una de esas fuentes de aprovisionamiento de petróleo puede ser Irak.
Pese a lo anterior, hasta el momento ninguna firma mexicana ha importado crudo iraquí, porque para la firma estatal petrolera de Irak todos sus compradores de crudo deben contar con refinerías propias y las firmas nacionales obviamente no las tienen.
Hisham Al Jeborri menciona que, lamentablemente, por las imágenes televisivas prevalece el estereotipo de que hay guerra en todas las calles de Irak, cuando en realidad esta situación prevalece en áreas bien determinadas.
En la capital iraquí, Bagdag, como en muchas otras ciudades, las actividades productivas, sociales, educativas y culturales, transcurren de manera normal. Los iraquíes hacen su vida como siempre en las urbes no afectadas por la guerra. Sin duda, el conflicto ha afectado a la economía de ese país, pero el daño no ha sido total.
El turismo, una importante actividad económica para los iraquís, se encuentra afectado por la guerra. Irak, la antigua Mesopotamia, conocida como “la cuna del mundo”, en donde surgieron culturas tan importantes como la sumeria (con una antigüedad 3 mil 500 años Antes de Cristo), inventora de la primera escritura de que se tenga registro (cuneiforme), y la asiria, babilónica y acadia, entre otras, ha sufrido graves daños en sus zonas arqueológicas e históricas.
La barbarie de Dáesh ha arrasado joyas arquitectónicas, religiosas y artísticas de Nínive, Tikrit y Mosul, sólo por mencionar algunos sitios afectados en Irak. Se calcula que entre 25 y 30 por ciento del patrimonio de las zonas históricas ha sido dañada por las hordas de fanáticos de ISIS. Paulatinamente, el ejército del gobierno iraquí ha avanzado, rescató la histórica ciudad de Fallujah y en los próximos días espera recuperar la zona de Mosul.
El riesgo que representa la guerra propició que las autoridades de Irak no expidan en estos momentos visas para turistas, porque su seguridad se vería seriamente amenazada. Sin embargo, a partir de 2017 lanzarán una estrategia de largo alcance para rescatar sitios históricos del norte de Irak.
La nación iraquí se encuentra en una encrucijada, con un fuerte potencial económico, basado en gran medida en su industria petrolera, pero sin poder despegar totalmente, aún afectada por una guerra irracional impulsada por grupos religiosos extremistas que perjudican de manera importante a la histórica “cuna de la humanidad”.