Escenario político
Independientes, la hidra política
Los candidatos independientes a puestos de elección popular, especialmente a la presidencia de la República, se han convertido en una las figuras más controvertidas de la política mexicana. Ángeles o demonios, esperanza o quimera, sin embargo, son, a no dudarlo, un esquema que estará presente cada vez más en el escenario de la incipiente democracia mexicana.
Nuestro sistema político, fundamentado en la partidocracia, ha usado todos los recursos que tiene a la mano para que pasen inadvertidos, sometidos y, si se puede, aplastados. De tal manera, que aparezcan como un grupito de ilusos que sueña con que fuera del sistema de partidos es posible llegar a la presidencia, pero eso es sólo lo que se ve externamente.
Los candidatos independientes tienen en su favor la repulsa de millones de ciudadanos que podrían votar por ellos, porque ya están hartos de la descarada corrupción de los partidos de todos los colores y sabores, pero tienen en su contra precisamente la operación electoral de los institutos políticos registrados que, sí algo saben, es ejecutar acciones para obtener votos.
Y así van los candidatos independientes en busca de la silla más grande de este país, nadando a contra corriente, reuniendo firmas de ciudadanos en aplicaciones informáticas que no funcionan lo más rápido que pueden. Tratando de aprovechar la prórroga del INE para obtener el apoyo de la gente que les conceda el ansiado registro.
¿Pero, realmente representan una alternativa de cambio?, ¿Tiene capacidad alguno de ellos de encabezar un gobierno eficiente, capaz, honrado y, sobre todo, que prevenga y combata la corrupción y la impunidad? ¿Servirá de algo votar por algún candidato independiente? ¿Tienen posibilidades reales de ganar?, son preguntas que me atosigan.
De la cuarentena de candidatos a la primera magistratura que se hicieron visibles, sólo son cinco los que tienen reales posibilidades de acabar de juntar firmas de ciudadanos, que es uno de los requisitos indispensables para poder contender: Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”; Margarita Zavala, Armando Ríos Piter, Pedro Ferriz y María de Jesús Patricio Martínez.
Me acerco a Emilio Álvarez Icaza para conocer su punto de vista. Siempre lo he considerado un hombre probo y con experiencia en este ámbito de la vida pública.
El mismo Álvarez Icaza había iniciado la carrera para conseguir una candidatura independiente, pero finalmente renunció a ella apenas concluida la primera semana de octubre, como es de público conocimiento.
Atrás de las candidaturas de los principales aspirantes, Margarita Zavala, El Bronco y Armando Ríos Piter, está el PRI, ha dicho fuerte y claro el ex secretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Su lógica no parece tener falla.
¿De dónde vienen los recursos económicos para mantener las campañas de estos tres políticos?, se pregunta Álvarez Icaza y se responde de manera directa, que del mismo partido que está en el poder.
Afirma que por el sólo hecho de ser independientes, no debe pensarse que muchas de esas candidaturas puedan construir proyectos que resuelva a fondo los principales problemas nacionales.
No todos los outsiders (los que vienen fuera del sistema político), son una garantía de que realmente se pueden cambiar las cosas para mejorarlas. El ejemplo más claro de ello, es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenta Álvarez Icaza.
Tiene razón también cuando subraya que el PRI hace todo lo posible para mantener el poder y considera que todo lo que reste en los procesos electorales, le suma a ese partido.
La intención del PRI es que con las candidaturas independientes el voto en el 2018 se disperse, se fragmente y a final de cuentas esto facilite al partido que se encuentra nuevamente en el poder desde el 2012.
Por eso, Álvarez Icaza, quien encabeza la Iniciativa Ahora, renunció a buscar una candidatura presidencial, porque no quería ser ‘funcional’ a los intereses del priismo. Dicho en palabras mías, no quería ser su comparsa.
Precisamente, por eso él tomó distancia del papel que juegan en estos momentos las principales candidaturas ciudadanas, por lo menos en lo que tiene que ver con el proceso de 2018.
Además de la cooptación, que ejerce el PRI desde el poder, se encuentran las dificultades que enfrentaron los aspirantes presidenciales independientes, situación que también es evidenciada por Álvarez Icaza, como el hecho de que para la fundación de un partido político se requiere demostrar adeptos por un equivalente de 0.25 por ciento del padrón electoral en un año, mientras que para constituir una candidatura ciudadana se necesita de 1 por ciento del padrón en sólo cuatro meses.
El defensor de derechos humanos considera que lo anterior confirma que las condiciones de competencia entre los partidos tradicionales y los candidatos ciudadanos son completamente desiguales y se trastorna con ello el principio de equidad.
En mis palabras, los razonamientos de Emilio Álvarez Icaza son totalmente lógicos, evidentes, yo veo en las principales candidaturas independientes una estructura similar a la de la Hidra, animal mitológico de los griegos que tenía varias cabezas, pero que todas convergían en el mismo cuerpo.
Cuando los humanos estaban enfrente de este fenómeno, pensaban que luchaban en contra de diversos animales. Yo opino que algo similar pasa con los principales candidatos independientes, se les piensa autónomos, pero tienen un tronco común, como la Hidra, forman parte de una misma bestia.