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CADIZ, España, 16 de noviembre (Quadratín México).- Iberoamérica puede participar con mayor seguridad que muchas otras regiones del mundo en un orden económico planetario y sin sacrificio de su variedad cultural, afirmó hoy aquí el secretario general iberoamericano, el uruguayo Enrique Iglesias.
Al inaugurar la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Iglesias apuntó: “nuestra tradición jurídica nos ha servido para contribuir a una mayor vida de relación en América y en el mundo, mediante la negociación diplomática y la imaginación política”.
Esto, dijo, “con el escudo del derecho y la adhesión a la ley y a los tratados que hemos suscrito libremente”.
Iglesias compartió con el mundo europeo las lecciones de América Latina en épocas de crisis.
“En medio de las turbulencias sociales y políticas comprendimos que los ajustes y las reformas son inevitables para corregir los excesos de las políticas monetarias del crédito fácil, de los desbordes fiscales o de las tasas de cambio irreales”, manifestó.
Ante los mandatarios de Iberoamérica, los reyes Juan Carlos y Sofía y los príncipes Felipe y Leticia, anotó que el único aspecto positivo de las crisis es que ayudan a corregir rumbos, difíciles de cambiar en momentos de euforia o expansión económica.
En el Teatro Falla de esta ciudad del sur de España, sostuvo que una inevitable austeridad postergada en el tiempo demora la recuperación de la confianza necesaria para recomponer la actividad económica.
“Nos resultó de interés revisar en cada caso los ritmos de las correcciones fiscales y acompañar los objetivos de austeridad con programas de estímulo a la producción, a través del apoyo del crédito externo para financiar infraestructuras y dar crédito a las empresas exportadoras, especialmente a las Pymes”, expuso.
El secretario general iberoamericano subrayó: “la experiencia nos demostró que la cooperación de los organismos internacionales debe producirse y activarse en tiempo útil”.
Aseveró que su postergación en el tiempo no contribuye a la restauración de la confianza de los actores económicos y emite señales confusas a los mercados.
“Bien nos hubiera gustado contar en aquellos momentos con la flexibilidad que hoy muestra el Fondo Monetario Internacional en algunas situaciones”, mencionó.
“Al mismo tiempo aprendimos que en estos casos es preciso reconocer los errores del pasado para no repetirlos”, abundó.
Subrayó que se hace igualmente urgente activar los mecanismos de solidaridad regional y cooperación internacional para acelerar la recuperación y reducir los costos sociales, sobre todo el desempleo.
“Creo sinceramente que ambos mecanismos no se han mostrado aún en todo su potencial”, puntualizó.
Iglesias resaltó que los países latinoamericanos atraviesan una década de bonanza, reflejada en altas tasas de crecimiento, baja inflación, acumulación de reservas, disminución del endeudamiento externo y el dinamismo y diversificación de su comercio exterior, como es bien conocido.
A ello, abundó, se agregan ganancias de tipo social, en especial la fuerte caída de la pobreza y el lento mejoramiento de los indicadores de igualdad.
Señaló que detrás de esos logros, tras una generación de bajo crecimiento y alto endeudamiento, se deben reconocer las duras lecciones de muchos errores y aciertos en las últimas décadas.
Asimismo, el éxito de políticas de diversificación de las economías y modelos y políticas de desarrollo social puestas en marcha con señalado éxito en las tasas de crecimiento y en las ganancias sociales.
Manifestó que esta coyuntura, no obstante, está expuesta a dos desafíos: uno, que escapa al control de los países latinoamericanos, y otro que depende de su capacidad de instrumentar adecuadas políticas internas.
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