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CIUDAD DE MÉXICO, 16 de septiembre de 2020. — La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado a la sociedad para celebrar la Independencia de México con solidaridad, haciendo algo por los demás.
En un documento publicado con motivo de las fiestas patrias, Jesús Carlos Cabrero Romero, arzobispo de San Luis Potosí, hace un llamado para que en medio de esta crisis derivada de la pandemia del coronavirus Covid 19, se eviten los contagios y hacer que crezca la tragedia.
Recuerda a las 71 mil 678 víctimas mortales en México, por las complicaciones de la enfermedad que provoca el virus SARS-CoV-2.
“La pandemia que sigue haciendo el mundo, ha hecho que estas, en nuestro país, se vuelvan más oscuras, con temor a que se dispensen con facilidad”, refirió el arzobispo.
“Sí, podemos celebrar abrazando, solidariamente hablando, a los hermanos pobres y desamparados, muchos de ellos afectados por la suspensión de muchas actividades productivas debido a la pandemia”, agregó.
En un apartado, el representante de la Iglesia Católica pide que el Día de la Independencia de México sea celebrado haciendo algo por los demás.
“Cómo hace falta una verdadera participación de todos para trabajar por nuestro país. Obviamente necesitamos trabajar para instaurar una amistad cívica que nos lleve a renunciar o a alejarnos de todo tipo de confrontación dejando al lado los intereses personales, partidistas o de grupos de poder que sólo hacen daño a los más necesitados”, señaló.
“El momento de generar espacios de encuentro, diálogo y consensos sociales, económicos y políticos: organizaciones de la sociedad civil, comunidades e instituciones de todo tipo”, concluyó Jesús Carlos Cabrero.
Aquí el documento íntegro:
Celebramos nuestra Independencia Mexicana
Este año no tendremos la emotividad que se respira cuando salíamos a las plazas públicas, para emular lo que sucedió esa noche frente al atrio del templo parroquial de Dolores, cuando el cura Hidalgo convocó a los parroquianos.
No tendremos una celebración cuya fiesta se tornó familiar dándole esa connotación de espíritu patrio. Sé que, en estas fechas, como en otras, hay una inercia para reunirnos en familia. Sólo les invitó a que sigamos haciendo nuestras las indicaciones sanitarias que conocemos todos. Hay que poner de nuestra parte para evitar contagios y por supuesto una mayor tragedia.
Esta fecha tan especial, creo que también podemos celebrarla a través de la reflexión. Nuestro país ha pasado por muchas oscuridades que han asaltado a nuestros pueblos y ciudades. La pandemia que sigue haciendo el mundo, ha hecho que estas, en nuestro país, se vuelvan más oscuras, con temor a que se dispensen con facilidad. Por ello, quiero compartir algunos pensamientos que nos han dado nuestros obispos a través de los mensajes, ante situaciones concretas que padecemos los mexicanos.
Celebramos en medio de una situación difícil
Los obispos mexicanos hemos hecho una serie de declaraciones para tratar de animar al pueblo de Dios. El asedio de la pandemia que ha causado casi 70,000 fallecidos y miles de contagios ha llevado a que entre mexicanos tengamos una serie de actitudes, muchas de ellas positivas. «Sabemos que sólo si estamos unidos y haciéndose cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y nacionales, buscando cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivamos en comunión y a la altura de nuestra dignidad». Con la «certeza de fe en el corazón», cómo es importante una palabra profética y esperanzadora ante la compleja realidad que nos ha tocado vivir. Como no dirigirnos, con esta palabra de ánimo, de esta manera especial a los enfermos y vulnerables; a los pobres y desamparados; a los que sufren por la violencia; a la cultura democrática y la auténtica promoción del bien común; a la comunidad educativa y a todo el pueblo de Dios.
Podemos celebrar con un espíritu de solidaridad
Sí, podemos celebrar abrazando, solidariamente hablando, a los hermanos pobres y desamparados, muchos de ellos afectados por la suspensión de muchas actividades productivas debido a la pandemia.
Con ese espíritu de solidaridad, necesariamente nos damos cuenta, que los retos y desafíos son demasiados. Sin embargo, no podemos perder la esperanza de encontrar camino de reconciliación, de fraternidad y de crecimiento que nos impulsa a servir a nuestra patria. tenemos muchos resentimientos como el odio y la división que podemos vencer con la fe, el amor, el perdón y la paz. Crezcamos en esperanza, pues, ella nos capacita para afrontar nuestro presente con ilusión, aunque el presente sea complicado y fatigoso.
Necesitamos sanear la vida social. No hay paz sin verdadero desarrollo y sin justicia. El mensaje del Evangelio es de verdad libertad, fraternidad solidaridad y reconciliación. ¡No dejemos que el mal venza! ¡Venzamos el mal a fuerza de bien! ¡Trabajemos todos juntos por nuestra patria!
Celebremos haciendo algo por los demás
Cada uno de nosotros podemos hacer un juicio crítico de la situación que padecemos, pero también todos tenemos la obligación de trabajar por ser constructores de puentes que logren una verdadera cultura del encuentro. A quién no le va a preocupar la crisis social y la grave situación económica mundial que padece y que ha tenido grandes consecuencias en nuestra patria.
Cómo hace falta una verdadera participación de todos para trabajar por nuestro país. Obviamente necesitamos trabajar para instaurar una amistad cívica que nos lleve a renunciar o a alejarnos de todo tipo de confrontación dejando al lado los intereses personales, partidistas o de grupos de poder que sólo hacen daño a los más necesitados.
El momento de generar espacios de encuentro, diálogo y consensos sociales, económicos y políticos: organizaciones de la sociedad civil, comunidades e instituciones de todo tipo, estamos llamados a manifestar desde nuestras respectivas misiones, nuestro compromiso común por la vida, la justicia la solidaridad, la subsidiariedad y el cuidado de nuestra «casa común».