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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de enero (Quadratín México).- Graco Ramírez, actual gobernador de Morelos, y el director del INAH, Sergio Raúl Arroyo, presuntamente recibieron sobornos por parte de directivos de Wal-Mart de México para que se le permitiera abrir tiendas en distintos puntos de la Ciudad de México y Teotihuacán, según revelan correos electrónicos de la cadena de supermercados que se están en manos de legisladores de Estados Unidos.
Los congresistas estadounidenses que investigan el caso de sobornos difundieron evidencias que confirmarían que Arroyo, quien estuvo al frente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) del 2000 al 2005, recibió un total de 900 mil pesos por parte de Wal-Mart, mientras que representantantes del PRI y PRD recibieron 1.2 millones de pesos.
En el caso de Graco Ramírez, quien en esas fechas era diputado federal, existe un correo electr{onico como prueba, en el que se explica que fue el principal contacto para negociar la entrega de dos millones de pesos, que se pagaron en ocho partes entre 2003 y 2004, para facilitar la apertura de tiendas.
En tanto, Arroyo, quien acaba de ser designado para encabezar nuevamente el INAH, rechazó hoy la información del diario estadounidense The New York Times, en la que se le apunta a él y a Graco Ramírez, actual gobernador de Morelos, como personas clave en el escándalo de los supuestos sobornos que la empresa Wal-Mart dio a autoridades mexicanas para abrir tiendas en México.
“El INAH no recibió dinero de Walmart para aprobar la construcción de una de sus tiendas en Teotihuacán”, dijo al respecto, y negó que se aceptara “ningún tipo de donativo en especie o en dinero”.
Ramírez no se ha pronunciado al respecto.
Ejecutivos de Walmart y su presidente Mike Duke habrían tenido conocimiento desde 2005 de los esquemas de soborno de sus operadores en México, en aparente contradicción con declaraciones públicas previas, denunciaron hoy legisladores demócratas.
Los congresistas Elijah Cummings y Henry Waxman dijeron tener en su poder los correos electrónicos que mostrarían que la dirigencia de Wal Mart supo de los sobornos desde 2005 y que eso parece ser contrario a las respuestas que dieron a The New York Times.
“Sería un asunto serio si el presidente de una de las más grandes empresas de nuestra nación no encaró acusaciones de un esquema de soborno”, escribieron Waxman y Cummings, el demócrata de más alto rango del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.
La portavoz de Walmart, Brooke Buchanan, respondió que la carta de los legisladores deja la “impresión errónea” de las declaraciones públicas se contradicen con el contenido de la carta.
“Estamos comprometidos a tener un fuerte y efectivo programa anti corrupción donde sea que operamos y a tomar acciones apropiadas en cualquier instancia de incumplimiento”, señaló.
El mes pasado, como parte de una amplia investigación, The New York Times señaló que Walmart no fue víctima sino un corruptor agresivo en sus negocios en México, no sólo para acelerar los permisos para la construcción de tiendas, sino para subvertir el proceso democrático.
Una nueva pesquisa del diario identificó 19 sitios en México que fueron el blanco de los sobornos de Walmart, incluido un Sams Club junto a la Basílica de Guadalupe y otro supermercado mediano cerca de las pirámides de Teotihuacán.
El rotativo hizo notar que la directiva conoció los métodos de corrupción de su subsidiaria a través de su entonces abogado Sergio Cicero Zapata, a pesar de lo cual cerró su investigación interna en 2006 y no informó a las autoridades mexicanas.
En Estados Unidos, el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores (SEC) siguen investigando posibles violaciones de la Ley de Prácticas Foráneas Corruptas (FCPA).
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