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CIUDAD DE MÉXICO, 10 de junio de 2025.- En México, el envejecimiento de la población avanza sin una estrategia clara, sin regulación y, en muchos casos, con prácticas que rayan en el abandono.
Improvisar el cuidado también es una forma de violencia”, alertó Alejandra Solórzano, directora general de la Fundación DAMADI, abogada y especialista en atención a adultos mayores con más de dos décadas de experiencia.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2023 el 14.7 por ciento de los mexicanos tenía 60 años o más. Para el 2030, esta proporción alcanzará el 20 por ciento y en 2050, se espera que sea del 27.7 por ciento.
El país envejece sin preparación, y eso —advierte Solórzano— representa una crisis silenciosa con consecuencias humanas profundas.
Culturalmente evitamos hablar del envejecimiento. No nos gusta planear nuestra vejez ni la de nuestros padres. Pero eso tiene un costo: decisiones tardías, cuidados deficientes y condiciones indignas para millones de personas mayores”, señala.
Solórzano identifica tres grandes fallas estructurales:
Muchas de las casas que prometen atención son en realidad lugares que improvisan con personal sin formación. No hay seguimiento médico, no hay rutinas terapéuticas, y muchas veces tampoco hay respeto. Eso es violencia institucional”, advierte.
Frente a este escenario, Fundación DAMADI plantea una alternativa completamente distinta. Su modelo se basa en casas pequeñas, con ambientes cálidos, personal especializado y un enfoque profundamente humano.
No trabajamos con pacientes. Trabajamos con personas, con historias de vida. Cada residente tiene nombre, historia y emociones que merecen ser respetadas. Nuestro diferencial está en el vínculo”, explica Solórzano.
DAMADI también promueve una prevención activa: muchas familias esperan a una caída, un accidente o una crisis para tomar decisiones. El ingreso temprano a una casa de retiro profesional no significa pérdida de autonomía, sino todo lo contrario: “Es prolongar la libertad con apoyo profesional”.
En México, estos dos términos suelen usarse indistintamente, pero no son lo mismo. Alejandra Solórzano lo explica así:
Asilo
Casa de retiro
Un asilo muchas veces está diseñado para albergar, no para cuidar. Una casa de retiro profesional busca mejorar la calidad de vida, no sólo sostenerla”, resume Solórzano.
DAMADI también involucra activamente a las familias. “No se trata de dejar a alguien en un lugar y desaparecer. Se trata de cuidarlo en conjunto”, afirma Solórzano. Este acompañamiento compartido da mejores resultados físicos, emocionales y sociales.
El equipo de DAMADI desarrolla planes individualizados para cada residente. “He visto personas que llegaron apagadas, tristes, y en semanas están activas, sonrientes, parte de una comunidad. Eso no se logra con televisores encendidos, sino con cercanía humana”, asegura.
Fundación DAMADI ha iniciado una campaña para visibilizar la necesidad de una agenda nacional de cuidados para personas mayores. La propuesta incluye:
La vejez no debe vivirse en la sombra. Debe vivirse con presencia, con respeto, con comunidad. No se trata de durar. Se trata de vivir”, concluye Alejandra Solórzano.