Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
José Luis Camacho Acevedo.
El proceso electoral más grande la historia post revolucionaria de México inicia, en lo que a las campañas federales se refiere, dentro de cincuenta días.
La condición disruptiva que la pandemia impondrá en ese macroproceso obliga a realizar un gran esfuerzo de imaginación a todos los actores que participan ya desde ahora en el ejercicio democrático de votar y ser votados.
Está claro que se exigirá a los organismos electorales a venir de menos a más después de la escalada descalificatoria que le han lanzado desde diversos flancos de la 4T.
Lo mismo tendrán que hacer las dirigencias de los partidos políticos y los candidatos que disputarán más de 2 mil cargos de elección popular.
Hay dos factores que están generando una incertidumbre electoral a menos de cuatro meses de que se realice la jornada comicial.
El primero es la condición de inconformidad social que ha generado el manejo equivocado de las autoridades de salud, teniendo como emblema al nefasto Hugo López-Gatell, de la pandemia.
Es un clamor generalizado que el gobierno debe dar un golpe de timón en la conducción de las acciones para prevenir muertes y contagios, que en la actualidad tienen unas cifras verdaderamente escalofriantes, generados por el Covid-19.
No hay excusa para defender las acciones del sector salud nacional que han ocasionado ya más de 150 mil muertes que, en muchos casos, pudieron haberse evitado.
El segundo factor es la reciente decisión del gobierno de lanzar una iniciativa preferente que favorece en el sector energético el uso de carburantes fósiles como el petróleo y de allí pasar a la generación de electricidad basada en la combustión del hidrocarburo.
Las consecuencias de un impacto harto negativo al medio ambiente han sido señaladas por propios y extraños.
Esa iniciativa ha descompuesto la relación con el inicial gobierno de Estados Unidos que encabeza el demócrata Joe Biden por violentar el apartado 19 del T-MEC.
Y entre los inversionistas nacionales y extranjeros que apuestan por las energías limpias la incertidumbre es igualmente grande.
Pues a 50 días de que inicien las campañas del proceso electoral 2021, la evaluación del contexto no es otra que la de que los comicios habrán de realizarse en un ambiente de incertidumbre y desconcierto.
EN TIEMPO REAL.
1.- En Nuevo León, Morena se está posicionado cada vez mejor en la disputa por la gubernatura de la entidad. La conciliación entre las corrientes morenistas de la entidad se ha logrado por el manejo profesional y cuidadoso del delegado Julio Menchaca.
Con esa tarea de reconstrucción de la base, la aspirante Clara Luz Flores Carrales aventaja ya en las encuestas al despatarrado aspirante de Movimiento Ciudadano Samuel García y a la tardanza del PRI y PAN por definir a sus precandidatos.
2.- En San Luis Potosí ha sido muy bien recibida la candidatura de Enrique Galindo como aspirante a la alcaldía de la capital tunera por el PRI. Galindo fue un serio contendiente a la gubernatura hace seis años. Y ahora reforzará la lucha del senador panista Octavio Pedroza, que en la alianza PRI-PAN-PRD fue el favorecido dejando fuera a Xavier Nava.
3.-Ya son muchas las entidades del país que protestan por la forma tan burda en la que el nefasto José Nelson Murat Casab impuso a cuatachos y compadres en la lista de candidatos plurinominales del antaño invencible PRI.
Los que no saben dónde esconder la cara de vergüenza son el líder Alejandro Moreno Cárdenas y la secretaria general del PRI, Carolina Viggiano Austria.