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CIUDAD DE MÉXICO. 25 de enero de 2022.- Conforme al Semáforo Delictivo, (SD) en el 2021 los delitos que subieron son: extorsión (11 por ciento), narcomenudeo (7 por ciento, lesiones dolosas (8 por ciento), violación (28 por ciento), violencia familiar (15 por ciento) y el feminicidio (2 por ciento).
En cambio, los delitos que bajaron son: homicidio (2 por ciento), secuestro (25 por ciento), robo de vehículo (3 por ciento), robo a casa (5 ciento) y robo a negocio (9 por ciento).
Delitos de Alto Impacto
En el Semáforo de Alto Impacto que monitorea homicidio, secuestro, extorsión, narcomenudeo y robo de vehículos, los estados con más rojos son Zacatecas, Morelos, Colima, Chihuahua y Baja California. Un poco más abajo, pero aún en zona de riesgo, se ubican Sonora, Michoacán, Quintana Roo, Guanajuato y Estado de México.
homicidio
Se reporta un total de 34,312 víctimas de homicidio en el año, de las cuales, 1,004 son víctimas de feminicidio. La tasa de homicidio se mantiene por arriba de 27 homicidios por cada 100 mil habitantes, una de las tasas más altas del mundo, solo superada por países como Venezuela, Brasil, Honduras, El Salvador y Sudáfrica. “Este es por mucho el gran dolor de cabeza del país, algo que no hemos querido resolver.
El 80 por ciento de los homicidios tienen una sola causa, son narco-ejecuciones. Es, por tanto, fundamentalmente una responsabilidad de la Federación, no de los estados”, comentó Santiago Roel, director del Semáforo Delictivo.
En 2021 hubo incremento de homicidio en 14 estados. El estado con mayor incremento fue Zacatecas con 43 por ciento, mientras el estado con mayor reducción fue Coahuila, con -25 por ciento.
Al cierre del año, los estados con mayores tasas de homicidio son: Chihuahua, Baja California, Zacatecas, Colima, Sonora y Morelos. “Si la tasa mundial es de 6 y la nacional es de 27 homicidios por cada cien mil habitantes, estos estados están por arriba de 50, y Chihuahua, por arriba de 110, una barbaridad”, alertó Roel.
“Todos estos estados tienen fuertes disputas entre bandas de narcotraficantes y cuando dos o más grupos se pelean el territorio, suben dramáticamente los homicidios. En cambio, si el estado está en calma, es porque los grupos lograron un acuerdo o hay un solo grupo dominante”.
Las entidades con las tasas más altas de homicidio, también son los que presentan las tasas más altas de secuestro, extorsión, narcomenudeo y robo de vehículo y, en algunos casos, también las tasas más altas de robo a casa y delitos socio-familiares.
Incremento de delitos socio-familiares
En el 2021 todos los delitos socio-familiares subieron. La violación lo hizo en 28% y se incrementó en todos los estados, con excepción de Tlaxcala. La violencia familiar subió un 15% y tuvo incremento en 26 estados. Las lesiones dolosas tuvieron un alza de 7% y el feminicidio 2%.
“Fue un muy mal año para este tipo de violencia que se da en casa. Todos estos delitos subieron con el confinamiento y, aunque algunos estados y municipios hicieron una buena labor preventiva, como país pudimos haber sido mucho más efectivos en la prevención no solo de la enfermedad, sino de sus consecuencias económicas y sociales”, mencionó el titular del Semáforo Delictivo.
Fracaso en la estrategia contra la violencia del mercado negro de drogas
La violencia del mercado negro de drogas impacta negativamente en el estado de Derecho y la calidad de vida de todos los habitantes. Se colapsan la policía, la fiscalía, las labores preventivas y la calidad de vida de las familias y las comunidades. “Hay violencia fuera y dentro de casa. Por ejemplo, Chihuahua, tiene la tasa más alta de homicidios y de secuestro del país, pero también la tasa más alta de violación, violencia familiar y feminicidio, y se ubica en el top 5 de robo de vehículo, robo a casa y lesiones. En feminicidio, además de Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Quintana Roo y Morelos registran las tasas más altas. Todos estos estados también aparecen en rojo en el Semáforo de Crimen Organizado”, advirtió Roel, “es una correlación preocupante”.
La militarización no es la solución
“El 2021 nos marca con claridad lo que no está funcionando y lo que debe hacerse para reducir la violencia, si no lo hacemos, los índices delictivos se mantendrán igual de altos este 2022.
La militarización es una estrategia fallida que se inicia en el 2008 y que continúa hasta nuestros días. El ejército es un gran aliado para la paz, pero su intervención debe ser una medida de emergencia, excepcional. No es una solución de fondo. Llevamos 17 años de fracaso y estos tres últimos años han sido los más violentos de todos. Ahora, se ha militarizado no solo la seguridad pública sino otras áreas de gobierno, con lo que pone en riesgo no solo al estado de Derecho, sino a la democracia.
La única estrategia eficaz para reducir este tipo de violencia extrema es mediante la regulación de las drogas, pero el gobierno federal sigue evadiendo esta solución”, finalizó Santiago Roel.