Visión financiera/Georgina Howard
Pocos, muy pocos lo saben: Luis Téllez Kuenzler, ahora presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, casi se infarta el mediodía del jueves anterior. Y es que pocos minutos antes de que la neoyorquina NYSE cerrara sus operaciones, aquí, en el piso de remates –es un decir, ahora todo está computarizado y en la práctica funciona “a escondidas”– del edificio de Paseo de la Reforma comenzaron a venderse millones y millones de acciones de WalMart (Walmex), por lo que la cotización de este valor comenzó a depreciarse alarmantemente.
¿Otro fraude? ¿Anuncio inminente de acciones penales en contra de funcionarios de la empresa minorista transnacional? ¿Qué estaba pasando?
Sonaban las alarmas. En una ocasión, tal vez en dos –y todo en cuestión de minutos–, la acción de Walmex se minusvaloró en más del 10 por ciento, por lo que entraron en acción los protocolos emergentes y, durante segundos, su cotización fue suspendida. Para esas horas, por cierto, el dólar seguía su marcha ascendente. Se compraba en los bancos a razón de 14.51 pesos por unidad, cuando había iniciado la jornada a razón de 14.34 devaluados de los nuestros por cada billete con la efigie de George Washington.
¿Por qué caía la acción de Walmex? ¿Porqué BBVA Bancomer, por ejemplo, se deshacía de esos activos en cantidades sorprendentes? ¿Acaso por la encuesta que se conoció ese jueves y en la cual se muestra al candidato de las izquierdas, AMLO, muy pero muy cerca de la vanguardia, cual se han atrevido a afirmar algunos “comentaristas” financieros de corte harto aldeano?
Nada de eso. El jueves fue 31 de mayo. Los bancos con matrices en el extranjero, como BBVA que la tiene en España, necesitaban flujo para hacer frente a sus compromisos, ajustar libros y todas esas otras maniobras contables que estas instituciones suelen practicar todos los finales de mes.
Y BBVA, pero también Accival de Banamex, y hasta la representación de un banco suizo, vendieron sus activos más valiosos… mismos que recompraron a la mañana siguiente. “Salvaron el mes” sus matrices, la de Banamex en Nueva York, sin importarles mucho el llevarse al peso “entre las patas”.
Luis Téllez no se infartó, al final del día. Hizo algunos ejercicios de, mmm, digamos maquillaje y, al cierre de la jornada bursátil, la acción de Walmart, técnicamente, sólo se había depreciado algo así como el 5%, para recuperarse al día siguiente, primer viernes de junio.
Y en todo esto, ¿qué pitos tocó López Obrador?
¿Será acaso que forma parte de los directorios del Bilbao Vizcaya Argentaria y nosotros no lo sabemos? ¿Estará entre los mandamases de Citi, en NY? ¿Asesora acaso a FrauMerkel en la errática conducción de la crisis financiera europea?
Lo que usted lea o escuche sobre AMLO y el dólar, son “jaladas”. Y en ese tenor, el de las “jaladas”, podría entonces concluirse que si él puede lo menos, pues también puede lo más. Que si su influencia devalúa al peso, pues también su presencia podrá revaluarlo, ¿o no?
Aldeanos, muy aldeanos, los “analistas” financieros que propalaron las versiones que intentan perjudicar a López Obrador, materializándolo como “el peligro para México”.
Son “analistas” financieros cuyas miras no llegan más allá de Santa Fe, en el Distrito Federal. Lejanos, muy lejanos, a la geopolítica del momento. Al reparto del planeta que tres grandes potencias hacen nuevamente para su beneficio:
Estados Unidos lleva a la práctica el principio de Monroe: “América para los americanos”. Apoya la nacionalización de las empresas europeas de energéticos en el cono sur del continente, al tiempo que guiña un ojo a España y, ante la negativa de la UE de ayudar a que Rajoy use dineros comunitarios para capitalizar sus bancos, Obama ordena que éstos se los brinde el FMI. Ve Washington con buenos ojos que OHL pierda contratos en Puebla, pues ahí tiene lista a ICA para sustituir a la constructora hispana…
Por sus energéticos y el poder que éstos le dan, Rusia acabará controlando Europa. Y China se quedará con Asia y con los “tigres del Pacífico”.
Eso sucede en el planeta ahora mismo. Pero a nuestros “analistas” financieros el mundo entero se reduce a López Obrador.
Índice Flamígero: Denunció ayer en su columna Jorge Zepeda Patterson que, como reacción a la caída de su candidato en las encuestas, el PRI “probablemente modificará su estrategia para revivir la campaña panista de 2006 sobre ‘el peligro para México’ que representa López Obrador. Sin venir al caso, algunos comentaristas de radio ya atribuyeron la súbita devaluación del peso al ascenso de AMLO. Imposible saber si una campaña de este tipo volverá a tener éxito o podría ser contraproducente. Una diferencia sustancial con 2006 es el apoyo de un buen número de empresarios que ha concitado el candidato de la izquierda.” + + + Menos de medio año. Ya sólo faltan 180 días para que concluya la gestión que, esa sí, ha sido la más peligrosa en México.