Descomplicado
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“Con buena maña –escribió apenas Loret de Mola–, el filibustero Colorado logró, hace años, en alguna de las casi 100 cabalgatas que el entonces gobernador Fidel Herrera realizaba por el territorio veracruzano, abrirse paso a empujones, con su brioso caballo y propició que se cayera de su montura Genaro Ruiz, entonces subsecretario de Ganadería, quien cabalgaba junto al gobernador, y todo para sacarse una foto cerca de Herrera Beltrán que se limitó a auxiliar al subsecretario tras la sorpresa.
“Como mera cortesía, ese día, Herrera declaró a pregunta expresa sobre el mejor ejemplar equino del evento a una revista ecuestre, que no sólo el imponente caballo de Colorado era bueno, sino que todos los animales, tanto los de los ganaderos como los de las amazonas y campesinos que le acompañaban, eran dignos de la cabalgata.
“Lo contamos porque fuimos invitados como reporteros al recorrido y por ende testigos del hecho y del disgusto de Fidel Herrera sobre el lamentable incidente.
“Genaro Ruiz minimizó el hecho y siguió apoyando a Veracruz que mantiene, desde entonces, el mayor hato ganadero del país.”
Aunque el caballazo de Colorado, la verdad, no era sólo para salir en la foto al lado del entonces mandatario de Veracruz, sino que se acercó abruptamente, tirando de su montura al funcionario federal, para reclamarle por una demanda que la administración encabezada por Fidel Herrera Beltrán interpuso en su contra.
¿La razón? Pues que dejaban mucho qué desear los trabajos de limpieza del derrame de petróleo crudo en Nanchital, a finales de diciembre de 2004, que Pemex encargó a la empresa ADT Petroservicios, de Colorado.
Fue precisamente la paraestatal, y señaladamente el panista veracruzano Juan Bueno Torio, desde su posición de director de Pemex Refinación durante buena parte del foxiato, quien más benefició a Colorado, de quien esta semana se supo que se entregó a las autoridades estadounidenses que lo acusan de “blanquear” fondos del grupo criminal Los Zetas.
No sólo eso, Colorado fue asimismo patrocinador de las fallidas aventuras electorales –en ambos casos, por la gubernatura de Veracruz–, de los candidatos blanquiazules Gerardo Buganza, y seis años después, del propio Miguel Ángel Yunes Linares.
Este personaje, Yunes, destapó la cloaca que conduce a Colorado al PAN.
Fallidamente, intentó levantar una cortina de humo apuntando hacia su enfermiza obsesión, Fidel Herrera Beltrán, y lo que sí consiguió fue que en los medios inmediatamente aparecieran fotografías de él y de Josefina Vázquez Mota en eventos de corte electoral.
Mientras esté todavía en el PAN –porque cambiará de partido, en cuanto los vientos le sean adversos ahora en el fundado por Manuel Gómez Morín–, Yunes será no solo un lastre, incluso un nada embozado enemigo en la casa de Vázquez Mota y, más adelante, de Felipe Calderón.
Le salió mal la jugada.
Ni hablar.
Índice Flamígero:Toda proporción guardada, el priísta Canek Vázquez es un buen émulo de Yunes. Traicionó a quienes alentaron su campaña y lo colocaron al frente del membrete priísta Frente Juvenil Revolucionario que, no más no se ha visto en la ofensiva de los universitarios en contra de Enrique Peña Nieto. Su carrera, dicen, acabó casi casi antes de iniciar. En cuanto a súbito enriquecimiento, este hidalguense también sigue los pasos del veracruzano. + + + Ya sólo faltan 166 días y termina este sexenio de muerte, pobreza, desempleo…