Libros de ayer y hoy
Cuando ganó las elecciones, hace nueve meses, era un enigma. Pese a sus compromisos, sus promesas, sus anuncios durante la campaña electoral, no sabíamos bien a bien qué resultaría de él ya como Presidente de la República en funciones. Al día 101 de su mandato, sin dudas de ninguna especie, ya conocemos la realidad. Va en serio eso de “no sólo administrar, sino transformar al país”.
El evento en el que ayer se presentó formalmente la llamada reforma en telecomunicaciones mostró a un Presidente cuyas primeras acciones de gobierno –y debo subrayar gobierno– coinciden puntualmente con las demandas de la sociedad. Algunas añejas, cual lo son en materia de telefonía y televisión. Otras novedosas, como los de la banda ancha para comunicaciones electrónicas.
Y en todos los casos, eliminar los dañinos monopolios y brindar mejores servicios, a precios accesibles, al conjunto social.
Hace nueve meses muchos pensábamos que el entonces candidato triunfante no se atrevería a convertir en hechos sus palabras en ese estratégico sector de la economía. Que los poderosos concesionarios harían valer sus fueros, su dinero, su influencia, incluso sus aportaciones… y que, por siquiera intentarlo, la naciente Administración del señor Peña Nieto se iría a pique o por la borda.
Pero he aquí que, por el contenido de la iniciativa que desde ya discutirá el Congreso –no es preferente, pero sí “preferida”, dijo el líder Manlio Fabio Beltrones– el titular del Ejecutivo Federal busca hacer valer el peso del Estado para beneficio de la sociedad en su conjunto.
Una reforma que, dijo ayer en la ceremonia el mismo Beltrones “que no está hecha pensando en lastimar o perjudicar a nadie, sino en beneficiar en su conjunto a México y a los mexicanos.”
Pero claro que sí habrá quienes se sientan lastimados o, de plano, perjudicados. Aquellos que, sin competencia enfrente, hacían y deshacían, cobraban y cobraban, abusaban y abusaban sin que nadie se atreviera siquiera a plantarles un leve reclamo.
La iniciativa, se presume, saldrá adelante. Está rubricada por los integrantes del Pacto por México, es decir, por las tres principales fuerzas políticas, cuyos legisladores replicarán con votos lo ya plasmado por sus dirigencias.
JUSTICIA SOCIAL
Durante la docena trágica recién superada, la de los desgobiernos panistas, se discurseó mucho en torno al lema del partido blanquiazul del “bien común”. Todos sabemos que tal nunca se dio. Que fue al amparo de esas fallidas administraciones que los intereses sociales se degradaron y en muchos casos hasta se perdieron.
Priva hoy, con esta acción ayer planteada, el lema “justicia social” de los priístas. Beneficio del conjunto. Para México y para los mexicanos, como dijo uno de los más connotados militantes del partido tricolor
Una justicia social que equilibra los derechos de los empresarios del ramo de las telecomunicaciones y los de aquellos que adquirimos sus servicios.
En ese sentido, la iniciativa de reforma en telecomunicaciones, borda en torno a la responsabilidad social de los concesionarios de servicios telefónicos, televisivos y de internet: la que reduce dicha responsabilidad a la consecución o hasta maximización de beneficios para sus propietarios, y la que extiende la responsabilidad de las empresas para incluir a una amplia gama de actores, principalmente los consumidores, que tienen intereses en ellas.
Pero sobre todo, privilegia la rectoría del Estado que, reitero, algunos concesionarios se pasaron por el llamado arco del triunfo durante los últimos 12 años.
Emprender una reconquista del espacio electrónico del país, por supuesto, no sólo requiere de decisión y firmeza del Ejecutivo, de los partidos políticos que coinciden en satisfacer esa necesidad, sobremanera del respaldo y acompañamiento de la sociedad.
Y es así que al día 101 de su gobierno, Enrique Peña Nieto encabeza la reconquista para el Estado del espacio radioeléctrico de la Nación.
Índice Flamígero: Carlos Slim Helú y Emilio Azcárraga Jean fueron ayer un poquito menos ricos que la jornada previa. Las acciones de sus empresas comenzaron a perder valor desde horas antes de que se anunciara formalmente el contenido de la reforma en materia de telecomunicaciones. Tras la ceremonia, sigueron cayendo en la Bolsa Mexicana de Valores. ¿Se recuperarán? ¿En qué plazo? ¿Qué provocaría tal recuperación?
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QMX/jcf