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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de diciembre de 2019.- En México es indispensable impulsar una economía circular, que propone el aprovechamiento de recursos al máximo, usar materiales biodegradables y reutilizar aquéllos que no pueden regresar al ciclo de la naturaleza”, afirmó Genoveva Roldán Dávila, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
En el orbe, cada año se talan 15 billones de árboles; ocho millones de toneladas de plástico llegan al mar en el mismo periodo y 90 por ciento de las aguas residuales en los países en desarrollo vuelven a los ríos y lagos sin ser tratadas.
Ello es resultado de la economía lineal que se vive en la actualidad, donde se utilizan las materias primas existentes en la naturaleza de manera indiscriminada, sin importar si se acaba con ellas, remarcó.
En 2016 se obtuvo el récord de concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera del planeta, con 403 mil 28 partes por millón; siete millones de personas murieron a causa de la contaminación del aire en el mundo; dos mil 700 millones viven en zonas donde hay escasez severa de agua y 90 por ciento de los habitantes del planeta respiran aire contaminado. “Éstos son sólo algunos datos para percatarnos de la crisis ecológica en la que vivimos”.
A diferencia de la economía lineal, en la que se produce, usa y tira, la circular pretende reducir, reusar y reciclar. Con ello se mejoraría el medio ambiente, se enfrentaría el cambio climático y se promovería una alternativa de estilo de vida, pues el consumo de recursos sería racionalizado y se contribuiría a disminuir los residuos.
Esta propuesta también abre nuevas oportunidades de negocios, fomenta la innovación, genera nuevas fuente de empleo y habilidades, e impulsa una sociedad más justa y equitativa, dijo Roldán Dávila.
A favor de la economía circular
En el Acuerdo de París y en los resultados de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2015) se exhortó a las ciudades que están a favor de la economía circular para que aceleren la transición hacia una economía baja en carbono, mediante el desarrollo de modelos locales que respeten el medio ambiente y generen riqueza con empleos de alta calidad.
La universitaria detalló que uno de los planteamientos fundamentales es el rediseño de los productos, que deben ser pensados para ser reciclados.
“Esta alternativa también crea riqueza y empleo, y para concretarla es necesario reutilizar, cambiar el comportamiento de los consumidores, redefinir el sentido de propiedad sobre los objetos, modificar el modelo de negocios de las empresas y tener acciones decididas de los gobiernos”.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indica que con la economía circular se mejoraría la eficiencia y vida útil de los materiales, y generará 4.8 millones de empleos netos en 2030. “Las ciudades deben adoptar este nuevo paradigma de desarrollo”, reiteró.
En México, un grupo de expertos ha participado en iniciativas como el “Primer foro sobre economía circular: modelos, oportunidades y políticas públicas”, en el que se firmó una declaratoria con los compromisos necesarios para lograr la transición.
En nuestro país y el mundo debe difundirse la importancia del cuidado y respeto al medio ambiente, sensibilizar a la gente de su responsabilidad y obligación al usar los recursos naturales, y gestionar acciones inmediatas para enfrentar retos como la generación de empleos formales, la gestión eficiente de los recursos hídricos, el mejoramiento de la calidad del aire, la generación de energías limpias y el manejo de residuos sólidos, concluyó.