Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de enero de 2017.- La Dirección General de Culturas Populares de la Secretaría de Cultura arranca sus actividades este año con la tradicional Feria del Tamal, en su edición 25, que se realizará del 27 de enero al 2 de febrero.
Se añadió en un comunicado que, el Museo Nacional de Culturas Populares albergará nuevamente esta feria que tan sólo el año anterior recibió a más de 60 mil personas, quienes pueden conocer y disfrutar de una gran variedad de tamales de todas las regiones del país e incluso de Centroamérica.
El evento marca el inicio de las celebraciones por el 35 aniversario de este museo, que tendrán lugar en el marco de la exposición La Milpa. Espacio y tiempo sagrado, que estará abierta en este espacio a lo largo de todo el año.
Este año, la 25 Feria del Tamal tendrá alrededor de 50 productores de este delicioso platillo, así como de otros productos derivados de la milpa, como cafés y nieves de distintos sabores.
David Hernández Morata, jefe del Departamento de Servicios Educativos de este recinto, precisó que para muchos el tamal es el alimento o platillo nacional porque su base es el maíz, aunque hay tamales que no necesariamente están hechos con ese grano.
Y es que el tamal, explicó, “viene de una palabra náhuatl que significa un envuelto. Hemos encontrado envueltos en verduras, algunos tamales vegetarianos, a lo largo de los 25 años de esta feria”, además de que hay tamales en otras regiones, por ejemplo, Centroamérica, ya que hasta allá llegaba el cultivo del maíz.
Los visitantes a esta fiesta podrán disfrutar también de las corundas y los uchepos de Michoacán, el zacahuil de la huasteca veracruzana, los tamales de chicatana que traerán los tamaleros de Oaxaca, los vaporcitos, los tamales de cohinita pibil de Yucatán y los de chipilín de Chiapas.
De la zona lacustre del Valle de México se ofrecerán los tamales de pescado, también los habrá dulces como los de amaranto con piña y hasta prehispánicos como los de ayocote y hierba santa, además de los nacatamales que se hacen sobre todo en Nicaragua y Honduras.
Hernández recordó que la tradición de los tamales el 2 de febrero marca el fin de las fiestas decembrinas, 40 días después del 25 de diciembre.
“No es una coincidencia, ese día es la bendición de las velas, por eso es el Día de la Candelaria, pero también de las semillas y con esto marcamos nosotros también el inicio del ciclo agrícola”, pues es cuando empieza la siembra en algunas regiones del país.
Si bien el año pasado, la Feria del Tamal registró más de 60 mil asistentes, el Museo Nacional de Culturas Populares no busca incrementar esa cifra sino más bien, que la gente pueda conocer la diversidad cultural de nuestro país a través de este platillo.
Los precios oscilarán entre los 20 y los 60 pesos aproximadamente, según los ingredientes, ya que muchos tamales se realizan con productos de temporada, como la hormiga chicatana.
Además de la degustación, se ofrecerán actividades adicionales. Por ejemplo, el sábado 28 de enero, Alejandro Almaguer, director de Medicina Tradicional de la Secretaría de Salud federal, impartirá una charla donde hablará de la dieta de la milpa y cómo los alimentos tienen que ser culturalmente afines a sus consumidores.
Mientras que el 2 de febrero, José Iturriaga abordará el tema de la cocina mexicana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y el domingo 29 de enero se presentará una obra de teatro titulada Las tandas del tamal.
Adicionalmente, a lo largo de los siete días de feria, los productores harán demostraciones de cómo se hacen los tamales, la forma de envolverlos y la preparación de la masa, donde compartirán con los asistentes trucos, tips y hasta los pequeños rituales que realizan al momento de su elaboración.
Y es que, como apuntó Hernández, se dice que si la gente se enoja en la casa donde se preparan, los tamales salen pintos y hay quienes ponen una cruz de chile piquín antes de cerrar la olla, para garantizar una óptima cocción.