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PARÍS, 4 de febrero (Quadratín México).- Francia continúa bombardeando zonas que siguen bajo control de los islamistas en el norte de Malí. El canciller Laurent Fabius, reveló que el objetivo es “destrozar las bases de apoyo y los almacenes” para evitar así que puedan permanecer establecidos en el norte del país “a largo plazo”.
Los cazas franceses atacaron el fin de semana campamentos islamistas, principalmente bases logísticas y campos de entrenamiento usados por los rebeldes relacionados con Al Qaeda cerca de Tessalit, en la frontera con Argelia, después de que el martes las fuerzas especiales galas se hicieran con el aeropuerto de Kidal.
La retirada de los rebeldes a escondites en las remotas montañas de Adrar de los Iforas —donde París cree que mantienen a siete rehenes franceses— anuncia una nueva fase, posiblemente más complicada, de la intervención francesa en su antigua colonia.
Francia y sus aliados internacionales quieren evitar que los islamistas se hagan fuertes en el vasto norte de Malí y lo utilicen como base para lanzar ataques contra los países africanos vecinos y contra occidente.
Para Vincent Desportes, un general francés que ejerce como profesor en la universidad parisina de Sciences-Po, ahora empieza una guerra “de servicios de inteligencia, ataques y probablemente acción de fondo de las fuerzas especiales”.
Entre los dirigentes islamistas que se presumen refugiados en los Iforas se encuentran el argelino Abu Zed, uno de los emires más radicales de Al Qaeda del Magreb Islámico, e Iyad Ag Ghaly, jefe de Ansar Dine (Defensores del islam) y ex rebelde tuareg, que es originario de Kidal y conoce perfectamente la región.
Otro de los líderes, Mohamed Musa ag Mohamed, presentado como el número tres de Ansar Dine y la “cabeza pensante” de este movimiento en Tombuctú, fue apresado el domingo en la región.
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