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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de febrero de 2018.- Una nueva publicación en The New York Times afirma que el Gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto ha solicitado colaboración a autoridades de Estados Unidos para continuar las indagatorias sobre el software Pegasus, utilizado para tareas de espionaje, pero se negó a participar porque de investigarlo “podría comprometer a algunos de los funcionarios mexicanos más importantes”, de modo que podría ser solo una “simulación”.
“Los funcionarios estadounidenses han rechazado las reiteradas solicitudes de México para asistir en la investigación del uso de un programa espía —que solo pueden adquirir los gobiernos— en contra de civiles, ante la preocupación de que las autoridades mexicanas quieren sumar a Estados Unidos a la pesquisa para encubrir lo que sería una indagatoria simulada, según han dicho oficiales de alto rango”, explica la publicación.
El gobierno mexicano lleva meses a la defensiva tras las revelaciones de que la tecnología de vigilancia que adquirió fue utilizada para espiar a algunos de los activistas, periodistas y académicos durante el actual sexenio, y que derivó en varias reacciones, tanto en organizaciones civiles y manifestaciones como grupos parlamentarios y partidos políticos, definidas como #GobiernoEspía.
Días después de que The New York Times reveló la campaña de espionaje sobre Pegasus, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que su gobierno había adquirido esa tecnología y ordenó una investigación federal sobre el posible mal uso del programa de espionaje. Los funcionarios mexicanos dijeron que hablarían con el FBI para pedir su apoyo.
“Oficiales estadounidenses de alto rango dijeron que, después de analizar la solicitud, los funcionarios de ese país decidieron no involucrarse al estar dudosos de que el gobierno de Peña Nieto realmente quisiera resolver el caso, ya que indagarlo a fondo podría comprometer a algunos de sus funcionarios más importantes”, refiere el diario.
“En particular, según dijeron los oficiales con conocimiento del asunto, a los estadounidenses les preocupaba que los mexicanos enaltecieran su participación con la intención de darle una apariencia de credibilidad a lo que consideran una fachada”, indica.
La tecnología de espionaje, desarrollada por una empresa israelí que fabrica ciberarmas, solo se comercializa a gobiernos y bajo la condición explícita de que únicamente sea utilizada para monitorear a terroristas y a otros criminales.
Ahora, el gobierno mexicano rechazó ofrecer comentarios a The New York Times pero indicó que está en la “fase de agotar todas las líneas de investigación”. Las autoridades añadieron que han estado en contacto permanente con analistas forenses que fueron de los primeros en descubrir los rastros del software en los celulares afectados, expertos del Citizen Lab en la Facultad de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, y que han pedido asistencia de otros expertos nacionales e internacionales.
Los integrantes del Citizen Lab se dijeron sorprendidos por tal aseveración.
“Es una declaración sorpresiva, dado que hemos tenido exactamente una reunión con ellos y no hemos recibido un contacto adicional”, dijo John Scott-Railton, investigador sénior del grupo. Dijo que los expertos de Citizen Lab respondieron las preguntas que les hizo llegar el gobierno durante esa única reunión, realizada en octubre, y que sugirieron una lista de evidencias que debían preservarse para la investigación.
Más información en The New York Times.