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Visión financiera
¡Terrorismo sigue impune en México!
En México ya quedó atrás la discusión y el debate que ponía en duda que las atrocidades cometidas por el crimen organizado son, en los hechos, actos terroristas.
Y es que a fuerza de que a diario los mexicanos somos testigos de los reiterados actos de terror –cometidos por las bandas criminales–, ya son muy pocos ciudadanos a los que sorprende la barbarie criminal.
Es decir, que las atrocidades diarias son de tal reincidencia que han blindado a no pocos ciudadanos quienes –para bien o para mal–, asumen como cotidiano el riesgo que corren sus vidas al transitar por las calles, a lo largo y ancho de todo el país.
Pero el extremo aparece cuando ese ciudadano que a diario camina por esas peligrosas calles de México, se acostumbra a sortear la violencia y asume que su vida está en juego todas las mañanas; sea cuando sale a trabajar, estudiar o cumplir los deberes básicos, hasta el extremo de que podría llegar el momento de no volver a su casa y nunca más abrazar a sus seres queridos.
Sí, ese terror colectivo y cotidiano ya es parte del día a día de millones de ciudadanos en miles de colonias, municipios y regiones del país.
Y acaso lo peor es que el terrorismo cotidiano, esa incapacidad oficial y de los gobiernos de Morena para contener la violencia criminal, se extiende no sólo al silencio de los medios de comunicación –prensa, radio, televisión y digitales–, sino a una cultura que debía obligar a los opositores a combatir, por todos los medios, a la nueva mafia del poder, entronizada en los gobiernos del Partido Morena.
Sin embargo, el problema es mayor cuando muchos mexicanos ignoran, no saben o se niegan a ver y creer que, a lo largo de la historia, el terror ha sido una de las armas preferidas de líderes populistas y dictadores como Mussolini, Hitler, Stalin y Franco, entre muchos otros.
Sí, muchos ciudadanos se niegan a reconocer que en México, el terror escaló a niveles impensables, de la mano del nacimiento del Partido Morena, de su mesiánico dueño, AMLO y de sus gobiernos, tanto a nivel federal, como en la mayoría de las entidades federativas y municipios de todo el país.
Y es que, como todos saben, el partido oficial, Morena, en realidad fue financiado por los distintos cárteles criminales, según la región dominante de cada una de esas bandas mafiosas.
Por esa misma razón –porque el crimen organizado en realidad financió su propio partido político, de nombre Morena–, López Obrador arrancó las carreras presidenciales de 2006 y 2012, con promesas impensables como las de “otorgar amnistía” a los grupos criminales.
Sin embargo, ya para la elección presidencial de 2018, el cinismo del candidato presidencial motejado como AMLO, no guardó las formas y, de manea abierta sacó de la manga una supuesta solución a la violencia, que no era y no es más que una patraña “engañabobos” que muchos idiotas creyeron.
Sí, en esa fecha conocimos la farsa llamada: “abrazos, no balazos”, que no era más que un cínico reconocimiento de que los gobiernos de Morena pagarían con total impunidad a los cárteles criminales que hicieron posible su financiamiento y construcción.
Y si aún tienen duda, vale revisar una reciente denuncia de la empresa Casa Madero, una vitivinícola que tiene más de 500 años en México y que difundió de manera pública que parte de su infraestructura empresarial, en el estado de Coahuila, fue quemada por grupos criminales.
Así lo dijo en redes sociales: “Casa Madero. Incendian instalaciones de Casa Madero en Coahuila. La empresa acusa que ha recibido amenazas e invasión a su infraestructura de agua de riesgo”. (FIN DE LA CITA)
Por eso las preguntas obligadas.
¿Imaginan que les pasa a las pequeñas, medianas y no conocidas empresas mexicanas, si la presión criminal llega el extremo de quemar las instalaciones de un poderoso grupo empresarial como Casa Madero?
¿Qué futuro tienen las empresas mexicanas, frente a los sátrapas del crimen organizado, que acaban con fuentes de empleo de empresas con la importancia de Casa Madero?
¿Y dónde están las instituciones del Estado mexicano; donde está el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales para impedir el terrorismo contra las empresas mexicanas?
Lo que enfrenta Casa Madero es el cotidiano de pequeñas y grandes empresas de todo el país; de todos los ramos empresariales y que en todos los casos están solas, frente a un Estado aliado de los matarifes y criminales que se han apropiado del país.
En efecto, el terrorismo de las bandas criminales sigue y seguirá impune en los gobiernos de Morena; partido que, en los hechos no es más que un “narco-partido” mafioso.
Sí, se los dije.
Al tiempo.