
Teléfono rojo
¡Además de ladrones y tramposos: cínicos!
Podrán decir misa y elevar el nivel del engaño y hasta del cinismo, pero lo cierto es que, a pesar del acarreo, de los acordeones y de todo el peso del Estado, la elección judicial fue un rotundo fracaso.
Un fracaso reconocido, incluso, por la prensa extranjera, cuyos observadores vieron lo que todos los mexicanos; acarreo, compra de votos y trampas para inducir el voto.
Incluso, en un demoledor editorial institucional, el influyente The Wall Street Journal, culpan a “Andy” López Beltrán, hijo de AMLO, del fracaso de la elección judicial ya que fue el responsable de orquestar el fallido acarreo, la compra de votos y la movilización de militantes.
Y es que nadie, en su sano juicio, puede alardear de legitimidad alguna en la elección judicial, con el voto de uno de cada diez potenciales sufragios.
Peor aún: ¿Qué legitimidad pueden tener ministros, magistrados y jueces que resultaron votados con no más del 10% de los 100 millones de potenciales electores.
Además de que ese 10% se logró gracias a votos comprados, acarreados e inducidos con la grosera práctica del “acordeón”, que lo mismo fue usado por miles de adultos mayores, que por el expresidente López Obrador y de manera ridícula, por el esposo de la “señora presidenta”.
Sin embargo, frente al fracaso de escándalo, desde Palacio y desde Palenque pusieron en marcha el “Plan B”, que no fue otra cosa que la mentira, el engaño y, sobre todo, el cinismo como política de Estado.
Un cinismo que llevó a la “señora presidenta” a grabar un video la tarde del mismo domingo –cuando aún no se conocían los resultados oficiales de la elección–, con el que intentó engañar a los ciudadanos, al asegurar que la elección judicial había sido “todo un éxito”.
¿Un éxito con poco más del 10% de la asistencia a las urnas?
Pero el cinismo y la mentira fueron mayores el lunes 2 de junio, cuando en la mañanera, la presidenta volvió a alardear del éxito de una elección que para entonces no tenía una sola opinión sería a su favor.
Y el cinismo llegó al clímax cuando con un total desparpajo –como ya es su costumbre–, la señora presidenta dijo: “Sí, mi marido uso un acordeón para votar… ¿y eso que tiene de malo?”.
Sí, la trampa, la mentira y el cinismo, como políticas de Estado.
Y es que mientras que todos los articulistas, columnistas y periodistas serios reportaron el fracaso rotundo de la elección, la “prensa vendida” la volvió a hacer.
En efecto, el lunes 2 de junio del 2025, menudearon los encabezados periodísticos mentirosos, falsos y tramposos en la gran mayoría de la llamada “prensa nacional”. Servilismo mediático que no pasó desapercibido para los expertos del tema quienes, en medio de la risa, criticaron que esa “prensa nacional” está peor hoy, que los diarios al servicio del viejo PRI, como el oficialista, El Nacional.
Y es que para una mayoría de mexicanos –que ya no se tragan el atole mentiroso del grupo en el poder–, resultó inocultable que la elección judicial no fue más que otro de los fracasos de la mal llamada “4-T”; que se suma al fallido Tren Maya; al inútil Aeropuerto Felipe Ángeles, a la inservible Refinería dos Bocas, al saqueo en la Mega-Farmacia y al fracaso de todos los programas y las acciones de gobierno en los últimos siete años.
Si, a querer o no, la elección judicial del 1 de junio del 2025 confirmó que asistimos a la muerte de la democracia, de la división de poderes y de la República toda; lo que significa que, de manera irreversible, entramos al túnel de la dictadura.
Sin embargo, también es cierto que por lo menos el 90% de los electores mexicanos entiende que, además de ladrones y mentirosos, los gobernantes de Morena son profesionales del cinismo.
Y ese es el principio del fin de toda tiranía. ¿Lo dudan?
Al tiempo.