
Duplicar salarios mínimos, determinante para reducir pobreza: académico
AMLO PRIVATIZA LA EDUCACIÓN
Por: Ricardo Alemán
El escándalo es mayúsculo.
Y es que mientras que el nuevo gobierno tira la Reforma Educativa y regresa las plazas al control mafioso a la CNTE, reduce el presupuesto a la UNAM, al IPN, a la UAM y al Conacyt.
Es decir, el Presidente Obrador propina un nuevo golpe a la educación pública, a la investigación y a la cultura, lo que confirma que su preocupación, no es y nunca será acabar con la pobreza por la vía de la educación de calidad.
Y la contradicción es mayor si se toma en cuenta que el nuevo gobierno destina el mayor presupuesto al clientelismo y la dádiva; a regalar dinero y a la compra de conciencias, en lugar de fortalecer la educación pública y la construcción de nuevas universidades de excelencia.
Resulta contradictorio y ofensivo que –primero--, en su iniciativa para cancelar la Reforma Educativa, el presidente Obrador haya dado señales de pretender desaparecer la autonomía universitaria y luego –una vez que los especialistas se percataron de la tramposa intención--, en el presupuesto lanza un nuevo golpe contra las más importantes universidades públicas; la UNAM, el IPN, la UAM, además del Conacyt.
Todo lo anterior mientras incrementa al doble el gasto en publicidad oficial –contra lo que había prometido el Presidente, de que ese rubro se reduciría al 50%--; y destina la mayor cifra presupuestal de la historia a programas que sí y sólo sí mantendrán cautiva a la clientela electoral.
Queda claro –para todo el que tenga los ojos bien abiertos--, que sólo se beneficia a las empresas privadas de educación, al reducir la calidad educativa mediante la cancelación de la mayor reforma de la historia y a través de la reducción presupuestal a las más importantes universidades públicas.
Dicho de otro modo, resulta que el gobierno de Obrador apuesta --en los hechos--, a la privatización de la educación, al llevar a la ruina la educación pública. ¿Dónde está la izquierda que siempre defendió la escuela pública?
Pero la tragedia es aún de mayor –si no es que un crimen--, si se toma en cuenta que también se redujo el presupuesto a la cultura y la investigación.
Resulta que el Presidente Obrador parece peleado con la educación de calidad, con la excelencias en los grandes institutos de investigación y la cultura, cuyos estudiosos e investigadores son algo así como “científicos fifí”. Y, claro, por esa razón deben ser castigados.
Queda claro que el nuevo gobierno no apuesta por la cultura del esfuerzo y la mayor preparación del individuo sino por la sumisión; le repugna la educación de calidad y la educación científica, para salir de la pobreza y escalar peldaños en la escala social.
Le apuesta al conformismo de la dádiva, la beca, el programa social, la despensa y “el tortibono”, como le llamada Manuel J. Clouthier al populismo del PRI de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado.
Pero acaso la mayor tragedia es el silencio de los jóvenes universitarios, los que prefieren estirar la mano, antes que salir a las calles a exigir educación de calidad. ¡Se pudre México…!
Al tiempo.