Genio y figura
¡AMLO prepara un golpe de Estado! (IV y ultimo)
No es la primera ocasión que me ocupo del tema.
En distintos momentos aquí he dicho que el presidente mexicano prepara un “golpe de Estado” para robarse la elección y, con ello, dar forma a su Maximato.
También he dicho que el primer paso para un “golpe de Estado” sería dibujar el rostro del o los “enemigos del gobierno”, como hacen todos los populistas y dictadores.
Curiosamente hoy, con el pincel de Palacio, el rostro empieza a tener forma no en uno, sino en dos extremos bien definidas que no ven sólo quienes cierran los ojos o, aquellos que se niegan ver.
Paradójicamente, el primer rostro de los “enemigos del Estado” lo vemos detrás de los “horribles amigos” de Palacio y que muy pronto serán presentados como la mayor amenaza para las instituciones públicas.
Nos referimos, como muchos adivinan, al crimen organizado y su inocultable influencia en las #Narcoelecciones2024, en donde los cárteles criminales van de la mano del partido oficial, Morena.
Y, el segundo rostro de esos horribles “enemigos del Estado” y del presidente, apenas lo vimos en las primeras planas de la llamada “Prensa Nacional” de ayer jueves 6 de marzo del 2024.
Sí, se trata de los otrora amigos de AMLO, los padres de “Los 43”, que hoy son críticos de López, al extremo de que ridiculizaron no sólo a los guardias presidenciales, sino a Guardias Nacionales y policías de la CDMX.
Y es que la noticia del pasado jueves fue el asalto violento a la casa del presidente –el miércoles 5 de marzo–, protagonizado por un puñado de encapuchados dizque simpatizantes de los padres de “Los 43”, quienes de forma violenta se metieron por la puerta principal a la casa presidencial; sí, sin problema superaron la seguridad de Palacio Nacional.
Por eso obliga preguntar: ¿De verdad es creíble tal disparate? Lo simpático es que “los encapuchados” dejaron tantas huellas de su impostura que sólo los ingenuos se creen el cuento del “asalto al Palacio del rey”.
Pero el verdadero mensaje del montaje buscaba que la sociedad, en general, así como los ingenuos y simpatizantes de AMLO, vieran quienes son los “enemigos” del presidente y de su gobierno para justificar, de esa manera, la implantación del “estado de excepción”.
Pero vamos al paso a paso.
La primera señal ominosa de la presencia del crimen organizado en la contienda presidencial del 2024 apareció en la campaña de Sheinbaum, en cuyos mítines se reparten a discreción millones de pesos en efectivo.
Y es que, a pesar de las evidencias apabullantes de tal derroche, ni el INE y menos el Tribunal Electoral se han atrevido a exigir claridad sobre el escandaloso gasto, no solo en el reparto de efectivo, sino en lonches, viáticos, comida y transporte para millones de acarreados.
¿De dónde sale el descomunal gasto para el acarreo? ¿Acaso es dinero procedente del crimen organizado? ¿Será capaz alguna autoridad de exigir transparencia? Está claro que nadie le importa, ya que reconocer el pago a cambio de asistencia sería igual a reconocer la derrota para Morena.
La segunda señal es el creciente clima de violencia criminal que, por ejemplo, ha costado la vida a por lo menos una veintena de candidatos presidenciales de distintos partidos. ¿Quién se atreverá a poner un alto al mensaje ominoso de “plata o plomo”?
La tercera señal de la presencia del crimen en la elección presidencial es el montaje de un supuesto grupo criminal que difundió un video en el que, de forma clara y abierta le lavan la cara al revelar que los cárteles de la droga no financian a Morena. ¿Habrá un solo incauto capaz de creer tal impostura?
La cuarta señal va más allá del grosero montaje descrito arriaba. Y es que en poco más de 24 horas se reportó la caída de dos helicópteros oficiales, en los violentos estados de Michoacán y Sinaloa. ¿Es otra casualidad?
Todo ello en medio del creciente despliegue del “narco-terrorismo” en Michoacán, en donde una bomba personal, sembrada en un camino de terracería, estalló al paso de un vehículo en el que murieron los ocupantes
¿Por qué a ningún medio de información parece haberle interesado el surgimiento del “narco-terrorismo?
Pero la “joya de la corona” fue el montaje protagonizado por supuestos simpatizantes de “Los 43”; encapuchados que sin mayor dificultad derribaron la puerta principal de Palacio y se metieron a la casa de López Obrador.
Se trata, sin duda, de otro montaje. ¿Y es que a quién le interesaba difundir en video la incapacidad de militares y marinos para contener a los violentos? ¿A quien le interesaba que los ciudadanos vieran la forma en que los violentos superan a los guardias presidenciales?
Lo cierto es que los enemigos del presidente y del Estado ya tienen rostro y, de un momento a otro se decretará “estado de excepción”, seguido de la cancelación de libertades y la instauración de una dictadura.
¿Lo dudan?
Al tiempo.