¡Lo que
destruyó AMLO en 100 días!
Metidos en la
vorágine cotidiana de horas y horas de propaganda gratuita –que todos los
medios le regalan al presidente en sus mañaneras–, pocos han analizado la
destrucción que en sólo cien días ha provocado el gobierno de López Obrador.
Incluso, estudiosos
del Estado consideran que el presidente mexicano pasará a la historia como “el
campeón de la destrucción democrática”, no sólo de algunas de las instituciones
clave, sino de la confianza en la democracia y, sobre todo, en la figura
presidencial.
Por eso, ya
es motivo de quinielas una pregunta inquietante para propios y extraños: ¿Hasta
dónde llegará el bono de popularidad del presidente y hasta cuándo abrirán los
ojos muchos ciudadanos que reniegan de la terca realidad y que se niegan a ver
al “campeón de la destrucción democrática”?
¿Qué destruyó
el presidente Obrador en casi cien días de gobierno?
- Destruyó
la división de poderes. Hoy, el Congreso es un vulgar aplaudidor del presidente
luego que Morena sale de compras y consigue la claudicación de tantos
legisladores como reclama una mayoría obediente a los deseos del presidente. Y
si el Congreso es de aplaudidores, la Corte está sometidos. El Máximo Tribunal
dejó de ser un poder independiente.
- Destruyó
los contrapesos institucionales, como el Tribunal Electoral, a cuya ex
presidenta obligó a renunciar para manipular a modo los procesos electorales,
al tiempo que el Tribunal busca el regreso ilegal de los “partidos
paraestatales”, como el PES.
- Destruyó
instituciones como la Comisión Reguladora de Energía, entre otras, que gracias
al Senado serán meros paleros presidenciales.
- Destruyó
Pemex, que hoy es chatarra entre petrolero y financiero, gracias a que colocó a
un amigo como director, quien demolió la petrolera.
- Destruyó
al Fondo de Cultura Económica, entregado a un extranjero fanático de la
violencia a quien debieron hacer un traje legal a la medida.
- Destruyó
Sectur –motor del desarrollo la creación de empleos–, porque según el
presidente, el turismo no es para ricos, sino para pobres.
- Destruyó
el Conacyt porque la ignorancia presidencial se mudó a una suerte de repudio a la ciencia y al
conocimiento.
- Destruyó
la Conade, y la entregó a una ambiciosa sin límite y sin la menor preparación y
a quien debieron hacer otro traje legal a la medida.
- Destruyó
el Seguro Popular, porque el presidente odia a Felipe Calderón y todo lo que
haya hecho su gobierno, a pesar del alto costo social.
- Destruyó las estancias infantiles
porque el presidente odia a las mujeres que trabajan y que dejan a sus hijos en
guarderías. Quiere a las mujeres en casa.
- Destruyó los refugios para mujeres
porque el misógino presidente no cree que las mujeres deban escapar del control
de sus violentos esposos.
- Destruyó comedores comunitarios que
atendían a pobres extremos, porque prefiere que los “pobres de los pobres”
coman de la basura.
- Destruyó las expectativa de
crecimiento económico a causas de decisiones económicas torpes hicieron caer
las expectativas de crecimiento económico
- Destruyó la creación de empleos y, en
sólo cien días, se perdieron más de 600 mil empleos.
- Destruyó el futuro de jóvenes
creadores; cineastas, guionistas, escritores, fotógrafos y artistas al cancelar
los estímulos al cine y la cultura.
- Destruyó la reforma educativa y la
calidad de la educación, para congraciarse con la mafia de la CNTE.
- Destruyó la reforma energética y, con
ello, catalizó la pérdida de empleos bien pagados.
- Destruyó el avión presidencial, hoy
convertido en chatarra a un costo que multiplica el gasto en traslados del jefe
del Ejecutivo.
- Destruyó más de 132 vidas y sus
familias, por un error en la compra de gasolina al extranjero, que luego
enmascaró con la mentira del la crisis del huachicol.
- Destruyó la confianza de
inversionistas extranjeros que huyeron de México junto con capitales que buscan
certeza jurídica. En CDMX, se canceló la construcción de siete obras
inmobiliarias de primer mundo.
- Y la cereza del pastel es la
destrucción del NAIM, la obra de infraestructura más importante de la historia
del país y que fue derribada por un berrinche presidencial.
¿Cuál fue el
berrinche?
Que el
presidente Obrador no tolera que nadie brille más que él. El NAIM es una obra
cuya paternidad pertenece al ex presidente Peña Nieto.
Pero se
equivocan quienes dicen que el presidente Obrador no ha construido nada.
¡Falso,
Obrador construyó el nuevo Fobaproa, mayor al de Salinas y Zedillo y que nos
endeudará a todos por más de 30 años!
¿En cuántos
años despertará México?
Al tiempo.