Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
¡EL MILAGRO…!
Especialistas del comportamiento humano dicen que el poder –en sus distintas formas–, resulta casi milagroso.
El poder es el mejor afrodisiaco, es un poderoso “Dorian Grey”, contribuye a que el imaginario colectivo exalte virtudes imposibles e impensables en el poderoso, mientras oculta defectos y negativos.
En México, un político empoderado adquiere las cualidades del guapo, inteligente, carismático, experimentado, simpático, ocurrente y algunos los ven como deidad digna de un altar o como verdadero Rock Star.
Antaño, en el presidencialismo todopoderoso, de partido único, carro completo y del poder en un solo hombre, el presidente era lo más parecido a una deidad. Cuando salía y regresaba del país era vitoreado por las masas en las avenidas, perseguido por los periodistas, admirado por intelectuales y aplaudido por el pueblo.
El presidente era admirado por su calidad de “macho cabrío” –y sus amantes celebradas–, por sus ocurrencias, desplantes y boberías; por su sapiencia e infalibilidad y ay de aquel que se atreviera a contradecirlo y criticarlo porque –entonces–, respondía con el poder del Estado: “no les pago para que me peguen”, manoteó López Portillo a los críticos.
Antaño, hablar mal del presidente, criticarlo, era un tabú en medios; tara social que ciudadanos y periodistas olvidaron con los años. Hogaño, no está del lado correcto de la historia quien no pendejea al presidente, en medios, redes y digitales. A Calderón le inventaron alcoholismo y lo motejaron como “Fecal”, a Fox no lo bajaban de tonto y a Salinas lo bautizaron como “Villano Favorito” y jefe de la “Mafia del Poder”.
Pero el milagro del poder está de vuelta –como en los años 50, 60 y 70–, y hasta Tatiana Clouthier ordenó “bajarle dos rayitas” a las bromas a López Obrador –a pesar de que el candidato electo insultó sin freno a presidentes y ex presidentes–, mientras que casi todos los medios, en especial las televisoras, tratan a AMLO como todo un Rock Star.
Y resulta de risa que empresarios, medios, periodistas, intelectuales y críticos que ayer veían como tonto, senil, locuaz, ignorante y pillo a AMLO, que argumentaban que sus propuestas eran locuaces y propias de un populista y aprendiz de dictador, que nunca había trabajado y menos creado empleos, hoy cambiaron lentes o de ojos. ¿Por qué?
Porque para empresarios, intelectuales, críticos, periodistas y opinantes, Obrador hoy no sólo es guapo e inteligente, sino capaz, brillante, infalible. Y nadie recuerda el robo de millones de pesos de los damnificados que cayeron a su campaña; nadie quiere recordar su ignorancia para el poder; no quieren saber que nunca ha trabajado y menos de qué ha vivido y, sobre todo, voltean para otro lado cuando habla de amor y paz, mientras que Morena en Puebla es la verdadera cara de Morena; intolerancia y violencia.
Asistimos al milagro del poder; potente amnésicos para empresarios, medios, intelectuales y periodistas.
Y es que AMLO ya no es “un peligro para México”, sino lo mejor que le pudo pasar a México. ¿Hasta cuándo?
Al tiempo.