Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
¡Pudo ser el mejor; eligió ser el peor!
A la distancia, y cuando muchos mexicanos han probado que el de López Obrador es el peor gobierno de la historia, uno de los más corruptos, de menor crecimiento económico, de mayor número de muertos y el de la mayor cantidad de mentiras, parece absurdo insistir en una vieja pregunta.
“¿De verdad, alguien con dos dedos de frente, puede creer que el de López Obrador será el mejor gobierno de la historia?”.
La pregunta la formulamos repetidamente aquí, antes del proceso electoral de julio de 2018, cuando documentamos por todos los medios las deficiencias, limitaciones incapacidades y debilidades del candidato Obrador; cuando insistimos en el peligro de llevarlo al poder presidencial.
Está claro que pocos creyeron las evidencias y advertencias, a pesar de que una y otra vez mostramos pruebas de la estulticia de Obrador, de su ignorancia y su gusto patológico por la mentira y el engaño.
Hoy, sin embargo, abundan los candorosos arrepentidos de entregar su voto al peor candidato de la contienda presidencial de 2018. Incluso, deportistas como “El Chicharito” Hernández, ya reconocen que México va en sentido contrario a lo que muchos esperaban.
Peor aún, hoy el mayor repudio por las mentirosas promesas de campaña y por el fracaso del gobierno de Obrador, viene de las mujeres; de buena parte de esos 15 millones de votos femeninos que creyeron en López y que hoy lo repudian sin tapujos.
Pero también abundan aquellos que –en sus malabares mentales para justificar su voto equivocado–, dicen que era imposible adivinar la tragedia que hoy está a los ojos de todos, con López Obrador en el poder.
Lo cierto, sin embargo, es que en julio de 2018 sólo fueron engañados aquellos ciudadano que se negaron a ver lo que era evidente y que estaba a la vista de todos; que el candidato Obrador no sólo era la peor alternativa en la boleta electoral sino que sería el peor presidente de la historia y que llevaría al país a la ruina.
¿Por qué, entonces, tantos mexicanos cerraron los ojos, en julio de 2018, ante la estulticia, la incapacidad y las mentiras de AMLO, al grado de que hoy se dicen engañados y hasta arrepentidos?
La respuesta es la misma y debemos insistir en el argumento: Obrador engañó sólo a quienes querían ser engañados; mexicanos que se tragaron, sin digerir, una campaña montada con un poderoso aparato propagandístico, para desacreditar a los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto.
Y la mejor prueba es que a 15 meses del gobierno de AMLO, la realidad confirma, a los ojos de todos –a los ojos de quienes se niegan a verlo–, que el de AMLO no es mejor a los gobiernos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y menos de Peña Nieto.
Le pese a quien le pese y no le guste a quien no le guste, lo cierto es que los anteriores cinco gobiernos federales –Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña–, fueron mejores en crecimiento económico, número de muertes, creación de empleo, inversión externa, inversión directa, en turismo…
¿Por qué muchos que ayer no quisieron ver al verdadero López Obrador, hoy se avergüenzan de haberle entregado su voto?
Por una razón elemental. Porque es cierto que López Obrador pudo haber sido el mejor presidente de México, pero eligió ser el peor.
Más aún, hoy todavía pudiera ser el mejor presidente, si rectifica 180 grados su necedad, estulticia y proclividad a convertirse en el peor evaluado de la historia.
Sin embargo, está claro que no rectificará y que terminará por dar la razón a quienes por años dijimos que su presidencia sería un peligro para México.
Por lo pronto, llegó a 21 mil el número de mentiras de Obrador, en sólo 15 meses de gobierno; cifra de escándalo que nos llevó a recordar la entrega del Itinerario Político del 15 de junio de 2018, a dos semanas de distancias de la presidencial, titulada: “¿Votarán por un mentiroso?”.
En esa entrega documentamos las mentiras de AMLO y preguntamos de manera directa: “¿Serán capaces los electores, la sociedad, de votar por un candidato mentiroso? ¿Qué clase de sociedad, qué tipo de electores votarían por un aspirante que, por años, mintió sobre el origen del dinero para mantener a su familia?
“Hoy, las pruebas de que AMLO es un mentiroso patológico están a la vista de todos, como también es visible que la honestidad que pregona es otro engaño”.
Y concluimos con una advertencia que nos ganó toda clase de insultos.
“¡Sólo una sociedad de idiotas votaría por un mentiroso! ¿O no? Al tiempo.”
Y si, el tiempo nos dio la razón. Y sí, que cada idiota asuma su culpa.
Al tiempo.