La nueva naturaleza del episcopado mexicano
¿Cuánto debe AMLO a Ricardo Salinas?
Si tiene cola de pato, patas de pato, pico de pato y si grazna como pato, tenemos derecho a suponer que se trata de un pato.
Y, el pato en cuestión se llama Ricardo Salinas, el mismo a quien los hechos confirman como el empresario consentido del régimen; como aquel que le ordena qué hacer al presidente; que le dicta la agenda legislativa y que se beneficia con cargos públicos y con dinero público.
Y si Salinas Pliego se convirtió en el propagandista número uno del candidato Obrador y, luego en el aplaudidor principal del presidente López; si Salinas metió a su “hombre fuerte” a la SEP, si Banco Azteca se convirtió en el banco preferido del régimen, si el presidente ordenó la reforma al Banco de México para beneficiar a Salinas; y si López manda a Esteban Moctezuma como embajador de México en Washington, entonces tenemos derecho a suponer que es descomunal la deuda de Obrador con Ricardo Salinas.
Y si la deuda es en monetario, vale preguntar: ¿De cuánto es la deuda de Obrador en pesos? ¿Cuánto dinero metió el dueño de Televisión Azteca a la campaña de AMLO? ¿Por qué el INE no tiene registro de ese dinero? ¿Salinas Pliego habría metido dinero sucio a la campaña de AMLO?
Y si la deuda es política, también obliga la interrogante: ¿Qué favores políticos le debe López Obrador a Salinas Pliego? ¿Son millones de elogios en las pantallas de Azteca y Canal 40 de televisión?
En cualquier caso, sea que Ricardo Salinas haya financiado la campaña presidencial de López Obrador con dinero o con tiempo en televisión, son deudas que no sólo se deben publicitar y explicar, sino que deben ser investigadas y sancionadas por una autoridad competente y sin el control presidencial.
Y es que, a la vista de todos, aparecen muchas contradicciones de esa relación perversa entre el presidente y su empresario favorito.
¿Por qué, por ejemplo, el presidente López paga favores económicos con dinero público; dinero como aquel que recibe Banco Azteca por ser el banco del gobierno?
¿Por qué López paga favores políticos con cargos públicos, como los que ha entregados a Esteban Moctezuma, al frente de la SEP y ahora como embajador en Washington?
En cualquier caso, las preferencias, los beneficios, los favores y los negocios que prodiga el presidente mexicano al dueño de Televisión Azteca, del Banco Azteca y de Elektra, hablan de corrupción pública, abierta, a los ojos de todos. ¿Y dónde queda la promesa de que no serían iguales?
Y es que asistimos a una corrupción idéntica a la que por décadas cuestionaron y denunciaron López Obrador y su pandilla, en el caso de los favores mutuos de los gobiernos del viejo PRI y Televisa de la familia Azcárraga; “mafia del poder” que antaño satanizaban los escribanos de AMLO y que hogaño ignoran porque son los beneficiarios de tales raterías.
¿Recuerdan cuando los aplaudidores de AMLO llamaban “mafia del poder” a la relación perversa de Televisa y los Azcárraga –autodenominados soldados del presidente–, con gobiernos como los de Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid?
¿Recuerdan cuando la claque lopista denunciaba que Televisa hizo presidente a Peña Nieto y que sin Televisa el mexiquense no habría llegado al poder presidencial?
Si tiene cola de pato, patas de pato y grazna como pato… podemos suponer que Ricardo Salinas Pliego hizo presidente a Obrador.
Lo simpático es que hoy, cuando son públicas las deudas económicas y políticas del presidente Obrador con Ricardo Salinas, con el dueño Azteca y Canal 40 de televisión; de Banco Azteca y de Elektra, entonces callan como momias no sólo la pandilla de López, sino su claque, sus aplaudidores, sus periodistas a sueldo, sus intelectuales orgánicos; todos convertidos en la versión moderna de “la nueva mafia del poder” que saquea al país.
Pero la película no está completa sin “el final feliz”.
¿Por qué renunció a su cargo la Embajadora de México en Washington?
Todos saben que los tiempos que vienen, con el gobierno de Biden, no son buenos tiempos para un populista como López Obrador.
Y en Washington también saben que Esteban Moctezuma es un alfil de Ricardo Salinas Pliego y que el dueño de Televisión Azteca es un pillo y un maestro del oportunismo. Y en una de esas, Salinas Pliego es declarado “non grato” en el vecino del norte.
Al tiempo.