Visión financiera/Georgina Howard
¡Pacta con el crimen y pone vallas a mujeres!
El contraste es demoledor, digno de una tiranía.
El gobierno mexicano le regaló a sus gobernados y al mundo una segunda prueba, contundente, de que es una gestión que pacta con las bandas criminales.
Pero al mismo tiempo, ese gobierno levanta la mayor muralla conocida en México, en torno al Palacio presidencial, en prevención de quién sabe qué agresión prevista para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Pero no es todo.
El “muro de la vergüenza”, como llaman algunos a las vallas metálicas colocadas en torno al Palacio del rey mexicano, no es más que la confirmación de la fobia histórica de López Obrador hacia las mujeres; misoginia que ya es criticada allende fronteras –por el diario español El País–, y que provocó una grosera y airada respuesta del mandatario mexicano.
Lo cierto es que, al final de cuentas, El País dio en el blanco; Obrador es el mandatario y político que más ha agredido a las mujeres en México.
Aun así, fanáticas y fanáticos del tirano de Palacio dicen que el de López “es el gobierno más feminista”.
Pero también en este caso se equivocan los aplaudidores lopistas. Y es que la aseveración de que el de López es “el gobierno más feminista”, se desmorona por el peso demoledor y contundente de los hechos.
Sí, ningún presidente mexicano había amurallado Palacio Nacional y menos la otrora Residencia Oficial de Los Pinos –como Obrador amuralló su Palacio–, en prevención de una supuesta agresión femenil.
Por eso obliga preguntar.
¿A que le teme el presidente mexicano? ¿Por qué “la muralla de la vergüenza”? ¿Por qué su gobierno libera a criminales como Ovidio Guzmán, saluda a la madre de “El Chapo” y dialoga con jefes mafiosos como el rumano Florián Tudor, mientras que instala la más grosera muralla para contener la supuesta agresión femenil del 8 de marzo? ¿Esa contradicción es propia de un gobierno democrático? ¿O será la confirmación de que el de AMLO es un gobierno dictatorial?
Lo cierto es que por ningún presidente mexicano habían votado tantas mujeres –como votaron por López Obrador–, pero tampoco ningún presidente había maltratado con tal saña a las mujeres, en general y, en particular a las mujeres que simpatizaron por su candidatura.
Por ejemplo, ningún presidente había impuesto con tal ardor a un presunto violador, como Félix Salgado Macedonio, como aspirante a un puesto de elección popular. El sátrapa Macedonio ha sido sostenido, contra viento y marea, en la candidatura al gobierno de Guerrero, a pesar de múltiples acusaciones por presunta violación.
A pesar de lo anterior, los hechos confirman que en la gestión de ningún presidente mexicano se habían cometido tantos feminicidios como en la de López Obrador. En promedio son asesinadas entre 9 y 10 mujeres al día, por razones de género.
Ningún presidente mexicano había dejado a las mujeres sin las guarderías para sus hijos –con lo que canceló millones de futuros laborales y educativos de mujeres mexicanas–, y menos había retirado el apoyo para los refugios; estancias en donde las mujeres eran llevadas a un lugar seguro para estar a salvo de sus agresores.
Ningún presidente había perseguido a una adversaria política, a la mujer que lo llevó al poder, como López Obrador ha perseguido a Rosario Robles; la mujer política que está en prisión por el delito de ser una de las pocas mujeres que ha enfrentado al poder misógino de AMLO.
En la historia de ningún partido político, como en la historia del partido oficial Morena, se habían postulado tantos candidatos a puestos de elección popular, con antecedentes de violación y hostigamiento sexual, como hoy.
Además del presunto violador y aspirante al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, Morena postuló a Rubén Barroso, como candidato a diputado federal. Barroso tiene una larga lista de denuncias por presunto acoso sexual.
También en Guanajuato fue postulado por Morena, como aspirante a diputado federal, Guillermo Villaseñor; con demandas de acoso sexual.
Y como diputado local a Ciudad de México, fue postulado por Morena el profesor universitario Alfonso Vázquez, sobre quien pesan decenas de acusaciones de presunta violación.
Tampoco ahí acaba la historia.
Mientras el presidente Obrador levanta “las vallas de la vergüenza” para que las mujeres no le causen daño a Palacio, la prensa mexicana, en especial el portal Animal Político descubrió que el presidente de Morena, pertenece o perteneció a la mayor secta mundial de explotación sexual.
Pero no sólo Mario Delgado, el actual presidente de Morena, perteneció a la secta NXIV de ofensores sexuales de mujeres, sino también fue adiestradora de la secta, la candidata de Morena al gobierno de Nuevo León, la ex priista Clara Luz Flores y toda su claque política.
Pero tampoco es todo.
Resulta que la relación de presuntos pedófilos y abusadores sexuales del partido Morena se extiende al líder del senado, Martí Batres y al diputado morenista Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados –además de muchos ostros políticos de Morena–, quienes facilitaron el Palacio de Bellas Artes al líder de La Luz del Mundo, el pederasta Naasón Joaquín García –preso por pederastia y sentenciado a cadena perpetua–, para que celebrara sus 50 años en México.
Sí, los mayores agresores de mujeres hoy están en Morena y por eso la “valla de la vergüenza”.
Al tiempo.