Abanico
¡Trampas de AMLO para desacreditar al INE!
El recurso de desacreditar al INE no sólo es perverso, sino que, en los hechos, resulta maniqueo, vulgar y manido.
Incluso, si hacemos un ejercicio memorioso elemental, recordaremos que todas las mañanas el gobierno de López Obrador aplica el recurso perverso de desacreditar a los adversarios, para descalificar sus acciones.
Y si tienen dudas, los tres ejemplos siguientes lo explican de manera impecable.
Si desacreditas al árbitro, podrás reclamar juego sucio.
Si desacreditas al juez, podrás impugnar la credibilidad del juicio.
Si desacreditas al auditor, podrás tirar la credibilidad de las auditorias.
Esa es la estrategia perversa de desacreditar a los adversarios.
Pero vamos por partes.
¿Recuerdan la manera vulgar y maniquea en la que el presidente mexicano desacreditó a la Auditoria Superior de la Federación?
Está claro que el objetivo perverso era sembrar duda sobre la validez de las auditorias, como la del Naim y, sobre todo, las revisiones que vendrán hasta el final del sexenio; auditorias que revelarán que el de AMLO es el gobierno más corrupto y menos eficaz de la historia.
Otra pregunta.
¿Tienen presente la manera soez, pendenciera y autoritaria como López Obrador desacreditó al Juez Juan Pablo Gómez Fierro, “por cometer el delito” de defender la constitución?
En ese caso la intención malévola del presidente era plantar la duda, entre los ciudadanos, sobre la legitimidad del Juez y sobre la legalidad de su trabajo, ya que fue el primero en hacer valer la Carta Magna sobre los caprichos presidenciales en la ilegal Ley Eléctrica.
Pero hoy está a la vista de todos que, al desacreditar al INE y a sus consejeros por defender la Constitución, lo que buscan AMLO y Morena es crear la sospecha de que el árbitro electoral prepara un supuesto fraude electoral contra el partido oficial; monstruosidad que sólo cabe en la cabeza perversa de Palacio.
Dicho de otro modo; resulta que los tramposos del gobierno de Obrador y de Morena cometen toda clase de delitos electorales –como el de reducir la edad para entregar las dádivas a adultos mayores–, pero al mismo tiempo gritan: “¡al ladrón, al ladrón!”, para engatusar a los incautos que aún no conocen al presidente más mentiroso y al peor gobierno de la historia.
Y es que el tamaño de las trampas que cometen en Morena y en Palacio, es del mismo tamaño del miedo que tiene López Obrador a perder la mayoría de en la Càmara de Diputados, en la elección de junio próximo.
Por eso desde Palacio y a través del jefe de Morena, Mario Delgado, arrancó la campaña de difamación contra los consejeros Lorenzo Córdova y Ciro Murayama; los mismos que de manera nada clara modificaron la balanza que favorecía Porfirio Muñoz Ledo pero que, al final, terminó por darle la victoria a Delgado como nuevo presidente de Morena.
Curioso que Mario Delgado, el presidente de Morena, guarda silencio cuando de manera poco clara el INE lo hace presidente. Pero el mismo Delgado escandaliza cuando esos mismos consejeros quieren hacer valer la ley y, sobre todo, proponen respetar la Constitución.
Al final queda claro lo que aquí advertimos desde hace más de tres años; desde noviembre de 2017, cuando advertimos que López Obrador sólo buscaba ser un dictador bananero.
Dijimos que el tiempo probaría que AMLO sólo buscaba engañar a los ciudadanos y que su propuesta de gobierno era imposible de cumplir.
Dijimos que pretendía engatusar a los electores y que, al final, engañaría a todos los que creyeron en su programa de gobierno
Y dijimos que para lograr sus objetivos de poder era capaz de todo.
“Y todo el todo”.
Hoy, la mayor rata electoral en México se llama Morena y el mayor ladrón de las elecciones responde al nombre de López Obrador.
¿Lo dudan?
Al tiempo