Corrupción: un país de cínicos
¡Calumniar, difamar y mentir: armas de AMLO!
No es novedad que, a lo largo de los 25 años de su trayectoria política, López Obrador se confirmó como acabado “maestro” del engaño, la mentira, la difamación y la calumnia.
Lo novedoso, en todo caso, es que, ya convertido en presidente, AMLO inauguró como novedosa política pública “el arte” de calumniar, difamar, mentir y engañar.
Así, por ejemplo, a cada revés político López respondía con la mentira y el engaño de que se había tratado de un presunto fraude y que, por tanto, eran ilegítimos todos aquellos candidatos que lo derrotaban en las urnas.
Pero “el maestro” de la mentira quedó evidenciado al cumplir los primeros 29 meses como presidente, cuando la empresa ESPIN documentó más de 50 mil mentiras de López en su teatro mañanero.
Y los ejemplos de que la calumnia, la difamación y la mentira son la más exitosa política pública del gobierno de Obrador los vimos la mañana del miércoles 28 de abril de 2021, cuando difamó a los consejeros del INE, a los magistrados del Tribunal Electoral y a los comisionados del INAI.
En el caso de los consejeros del INE, el vocero presidencial, Jesús Ramírez inició la difamación y la calumnia con un mensaje en redes, en donde dijo lo siguiente.
“Para el debate: El Presidente del @INEMexico, Lorenzo Córdoba, nombrado consejero electoral en 2011 y debió concluir en 2019. Pero al reformarse el IFE, el Congreso amplió su periodo hasta 2023, dándole 9 años como presidente del INE. Y ahí nadie nada ni se rasgó las vestiduras”.
Como es costumbre, el vocero mintió y exhibió su ignorancia sobre los temas de los que habla.
Y es que, en 2011, en efecto, eran consejeros del IFE –entre otros–, Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Marco Baños. Sin embargo, en 2014, luego de la reforma a las reglas electorales, el Congreso decidió la muerte del IFE y, en su lugar, nació el INE.
Los diputados decidieron que para dotar de experiencia al nuevo árbitro electoral –que no para ninguna reelección–, tres consejeros del desaparecido IFE debían ser electos como consejeros del naciente INE; entre ellos Lorenzo Córdoba, a quien los diputados eligieron como presidente.
Pero lo más simpático es que al morir del IFE y, en su lugar, dar paso al nacimiento del INE, los diputados endurecieron las reglas de fiscalización del gasto de precampaña y campaña electoral.
¿Pero qué creen?
Que las reglas se endurecieron gracias a la presión y la petición del entonces candidato presidencial –dos veces derrotado–, López Obrador, quien hoy dijo lo siguiente: “fíjense la paradoja; en el caso del INE y del Tribunal Electoral, se pensaría que son órganos para garantizar la democracia… pues no, aunque parezca increíble, son órganos creados para que no haya democracia”.
Sí, de risa loca que las endurecidas reglas electorales que exigió AMLO en 2014, hoy se las aplicaron de manera rigurosa a los candidatos de Morena a los gobiernos de Guerrero y Michoacán. Y gracias a las rigurosas reglas de AMLO, Félix Salgado y Raúl Morón fueron echados de la contienda.
Pero las reglas que López impuso en 2014, hoy no le gustan al presidente, quien difama y calumnia a consejeros y magistrados del INE y del Tribunal.
Así lo dijo, en el primer caso: “se afectó a los ciudadanos, se les quitó un derecho a elegir; en tanto los consejeros del INE, como los magistrados del Tribunal Electoral actuaron de manera antidemocrática”.
Pero no fue todo, la mentira, la difamación y la calumnia de López contra los árbitros electorales fue más allá: “las resoluciones del Tribunal Electoral son un golpe a la democracia mexicana y un acto de provocación. No tiene justificación suspender candidaturas por no comprobar gastos…”.
Curiosamente, en 2012, AMLO esgrimió los argumentos contrarios a los expresados ayer, para demandar cancelar la campaña y la candidatura de Peña Nieto.
Y el propio presidente López lo reconoció, luego de lanzar una nueva andanada de mentiras, calumnias y difamaciones contra los magistrados del Tribunal Electoral.
Dijo que algunos de los magistrados del Tribunal Electoral que hoy echaron de la contienda a los aspirantes de Morena a los gobiernos de Guerrero y Michoacán, “estaban cuando la elección del 12, que no se me va a olvidar, porque nosotros presentamos denuncia porque en ese entonces el candidato Peña Nieto había rebasado el tope de campaña, por mucho…”.
Y sí, el presidente volvió a mentir. ¿Por qué?
Porque todas las magistradas y magistrados que hoy integran el Tribunal Electoral llegaron al cargo en 2016.
Pero tampoco es todo.
Otra prueba de que la más exitosa política de Estado en el gobierno de Obrador es la mentira, el engaño, la difamación y la calumnia, es que ayer mismo, cuando descalificó a los Comisionados del Instituto de Transparencia, el INAI, el presidente volvió a la mentira flagrante.
Primero repitió la perorata de que los órganos autónomos sirven “para destruir al Estado” –en el entendido de que AMLO cree, como Luis XIV, “que el Estado soy yo”–, y luego dijo que las empresas telefónicas “piden los mismos datos” que estipula la reforma que exige los datos biométricos de los usuarios de telefonía.
Falso. Y es que hoy las empresas telefónicas sólo piden que los usuarios de telefonía se identifiquen con un documento oficial.
Pero a López y a su partido ya no les importa exhibir su cultura mentirosa que difama y calumnia, ante la debacle que veremos el 6 de junio.
Al tiempo.