Cierra la chimenea a los ladrones
¡El gran perdedor es AMLO: diez pruebas!
A los ojos de todos, seguidores y fanáticos de López Obrador ensayan toda clase de malabarismo para tratar de explicar y/o convencer que su líder no resultó el “gran perdedor” de la contienda electoral del pasado domingo.
Sin embargo, las derrotas de AMLO, de su partido, su proyecto y su gobierno van más allá de las candidaturas ganadas por Morena en las urnas.
Y es que si bien en toda elección –y sobre todo en una contienda del tamaño de la que vivimos el pasado domingo—, existen muchos ganadores y muchos perdedores, también es cierto que la derrota se magnifica cuando el partido en el poder pierde posiciones, cuando retrocede el número de simpatizantes y, sobre todo, cuando el proyecto es puesto a prueba y en duda.
Y todo eso, en conjunto, es lo que atropello al presidente, a Morena y a su mal llamada “transformación “, en las elecciones intermedias.
Por eso, aquí las 10 grandes derrotas de AMLO.
1.- Sin duda que la mayor derrota de Obrador se produjo en la Ciudad de México, en donde los electores de hasta diez alcaldías castigaron a Morena –en el asiento de los poderes federales–, con el voto a favor de los opositores.
2.- ¿Y por qué la derrota de Morena en la capital del país?
Porque los capitalinos, contra lo que ocurrió con los nuevoleoneses y los habitantes de Jalisco, padecieron y entendieron por décadas a la mal llamada izquierda, a la que hoy le cobraron facturas acumuladas por 25 años.
3.- Pero la derrota es mayor si se toma en cuenta que la dizque izquierda que heredó Morena proviene del agonizante PRD, cuyos gobiernos estuvieron en manos de los mismos que hoy detentan el poder presidencial en Morena.
Es decir, los capitalinos que padecieron al jefe de gobierno López, hoy echaron al presidente Obrador.
4.- Y es que si bien López Obrador fue jefe de gobierno del antiguo Distrito Federal; igual que lo fue Marcelo Ebrard –y a pesar de que en la capital del país se catapultó el Partido Morena–, lo cierto es que hoy los capitalinos defenestraron a Morena en toda el área Metropolitana.
5.- En pocas palabras, resulta que, en el mayor asiento poblacional del país, el presidente, su partido, su proyecto y su claque fueron rechazados por una mayoría de ciudadanos que prefirieron al PAN, PRI y PRD.
6.- Pero la derrota de AMLO en Ciudad de México va más allá de las elecciones del pasado fin de semana.
¿Por qué?
Porque Morena perdió más del 50 % del voto que lo llevó al poder y los electores también le arrebataron posiciones de poder en la mayor conurbación del país.
7.- Pero hay más. Resulta que “apenas a la mitad del camino” Obrador ya perdió a sus principales alfiles rumbo a 2024 –Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal, respectivamente–, además de que, como ya se dijo, Morena perdió su centro de gravedad política; la capital del país.
8.- Eso sin contar con el hecho de que López, su partido y su proyecto perdieron la legitimidad del respaldo ciudadano; esos 30 millones que lo llevaron al poder. Es decir, esa “aplanadora” que arrasó en julio de 2018 ya no existe y el presidente perdió el apoyo de “la gente”.
Y es que no sólo se debe hablar de la pérdida de 15 millones de votos de los 30 millones que llevaron a López al poder, sino que votaron contra su partido, su gobierno y su proyecto, más del 50 por ciento de los mexicanos que salieron a votar el domingo 6 de junio.
9.- Eso sin contar con la derrota en la Cámara de Diputados, en donde Morena y el presidente perdieron toda posibilidad de conseguir la mayoría calificada en la llamada “casa del pueblo”, con lo que estará obligado a pactar, negociar y hacer política.
10.- Y de la pérdida de votos y la merma de posiciones en CDMX, en el Congreso, se desprende la pérdida de legitimidad.
¿Cuál es la legitimidad de un presidente, como López Obrador, que pierde la mayoría de alcaldías del centro geográfico del poder y donde vio nacer su proyecto Morena?
¿Cuál es la legitimidad de un presidente y de un gobierno que perdió el 50 % de los simpatizantes, en sólo los primeros 30 meses de gestión?
¿Cuál es la legitimidad de un mandatario que todos los días debe mentir, engañar y fugarse de la realidad para mantener la aceptación popular?
En efecto, el pasado domingo asistimos y contribuimos al principio del fin de Morena y del sátrapa López Obrador.
Y sí, ese espantajo llamado Morena y su gobierno fallido no aguantó ni 30 meses en el poder y menos aguantará un sexenio.
Al tiempo.