Teléfono rojo/José Ureña
¡No que no! AMLO va por diputados opositores
Primero, la pregunta obligada.
¿Quién, con dos dedos de frente, se cree la patraña oficial de que Ildefonso Guajardo –secretario de Estado en el gobierno de Peña–, es un pillo de la misma calaña que los parientes de López Obrador?
Lo cierto es que era un secreto a voces que el presidente Obrador le había ordenado a su lacayo fiscal general buscar “trapos sucios” entre los diputados electos del PRI, PAN Y PRD.
Y es que, con la zanahoria de la venganza política, el tirano de Palacio pretende someter a los nuevos diputados federales del bloque opositor.
Y si lo dudan, vale recordar que aquí adelantamos los preparativos de la venganza que lanzaría López contra relevantes diputados electos, como es el caso de Ildefonso Guajardo.
El 6 de julio dijimos que “el mayor escándalo por venir” sería la revancha lanzada desde Palacio contra diputados electos del PRI, PAN y PRD.
Días después, el 9 de julio, ocurrió lo que aquí pronosticamos.
Es decir, resulta que la fiscalía general de la República reveló que había iniciado acción penal contra Ildefonso Guajardo, diputado federal electo por el PRI y ex secretario de Economía en el gobierno de Peña Nieto.
Sin embargo, contra lo que muchos esperaban, el vengativo anuncio de la “Fiscalía Carnala” de AMLO desató una impensable ola de solidaridad –en México y Estados Unidos–, a favor de Ildefonso Guajardo, un respetado servidor público a quien muchos reconocen por su honestidad.
Lo simpático del tema es que tanto los lacayos de la Fiscalía, como el propio López Obrador, se apresuraron a señalar que no se trataba de una venganza política, cuando en realidad todo apunta a un desquite vulgar al mejor estilo del resentido de Palacio.
Pero vamos por partes.
Aquel 6 de julio, en el Itinerario Político titulado: “¡Más de la venganza de AMLO: 20 casos!”, dijimos que “los columnistas odiados por AMLO” habían documentado una bajeza oficial disfrazada de venganza contra consejeros del INE y magistrados del Tribunal Electoral.
Además, dijimos lo siguiente: “Pero acaso el mayor escándalo por venir en los próximos días será una costosa investigación ordenada por Obrador contra todos los diputados federal que ocuparán una curul en San Lázaro, a partir de septiembre próximo”.
Y preguntamos: “¿Por qué y para qué investigar a los diputados electos?
Elemental, para tener a la mano expedientes para el chantaje. Y ay de aquel diputado del PRI, PAN y PRD que no se someta porque entonces serán exhibidos “los trapos sucios” y sobre ellas y/o ellos –los diputados–, caerá el peso del Estado”.
Pero dijimos más: “Y por supuesto que entre los diputados investigados aparece Margarita Zavala, contra cuyo partido el presidente Obrador lanzó la mayor persecución política que se conozca”. (Fin de la cita)
Como queda claro, el tiempo nos volvió a dar la razón.
Pero aparece otra pregunta. ¿Por qué la persecución contra Ildefonso Guajardo y no contra otros diputados federales electos?
Aquí las razones.
1.- Porque, como todo buen dictador, Obrador “manda mensajes que buscan ser ejemplares”.
Es decir, mensajes que sirvan de ejemplo a los ojos de toda la clase política; para que todos entiendan lo que les puede pasar si no se someten.
¿Y qué mejor ejemplo que el de un ex secretario de Estado, como Ildefonso Guajardo, a quien calumniaron a placer en medios propagandísticos del tirano López?
2.- Porque Ildefonso es el único político que mostró agallas para rechazar violaciones constitucionales de AMLO, durante el proceso electoral.
Sí, como recuerdan, cuando en sus mañaneras el presidente metió la mano en la elección de Nuevo León, Ildefonso no solo aclaró las acusaciones de López, sino que ridiculizó al presidente, en un mensaje público.
3.- Y, por si fuera poco, en la intriga palaciega se acusa a Ildefonso de estar detrás de la exhibición de los videos en los que apareció la candidata de Morena, al gobierno de Nuevo León, Clara Luz Flores, en reunión con el líder de la secta NXIUM.
Al final de cuentas queda claro que desde Palacio siguen las venganzas políticas contra todos aquellos que no se someten a los deseos del dictador López; pulsiones que cada vez lo acercan más al comportamiento de tiranos como los Castro de Cuba, Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua.
Por eso la pregunta.
¿Existe en México algún ciudadano que aún dude que López Obrador es un dictador?
Al tiempo.