Teléfono rojo/José Ureña
¡AMLO: fabrica de pobres y muertos!
Sin duda se trata de una conclusión fuerte, pero no por eso menos realista.
Sí, el gobierno de López Obrador se ha convertido en una fábrica de pobres; acaso la mayor fábrica de pobreza en décadas.
Pero el mal llamado “primer gobierno de izquierda en México”, el de López, también es la mayor fábrica de muertes violentas.
Y si no fuera suficiente, la 4T también es la mayor fábrica de víctimas mortales por la pandemia.
Claro, por no hablar de la fábrica de desempleos, de empresas privadas muertas, de fuga de capitales, de paraestatales desahuciadas, como Pemex y la CFE, entre otras exitosas fábricas de AMLO.
Y no se puede ignorar que el gobierno de Obrador es la mayor fábrica de criminales; de cárteles del llamado crimen organizado, presuntos aliados del gobierno de federal.
Sin embargo, hoy sólo nos ocuparemos de las dos primeras fábricas de López Obrador; las de pobres y de muertos.
Y precisamente porque la gestión de Obrador es una escandalosa fabrica de pobres y muertos, el propio presidente se empeña en groseras cortinas de humo.
Señuelos como la consultas dizque para llevar a juicio a los ex presientes y la no menos falsa revocación de mandato.
También por eso la pelea con el INE y con el Tribunal Electoral Federal; por ello la difamación y la calumnia contra el nuevo presidente del “Trife”; contra diarios críticos como El Universal y Reforma.
Por eso la farsa de que los ciudadanos quieren “arreglar baches” antes que poner fin a la violencia; antes que la inseguridad; antes que la falta de vacunas y medicamentos.
Sin embargo, por más distractores que invente el presidente y por más enemigos imaginarios que descubra, lo cierto es que su eslogan estelar de campaña: “Primero los pobres”, terminó en una burla para los pobres y hasta se podría sintetiza de la siguiente manera: “¡que primero se jodan los pobres!”.
Y es que, según el Coneval, entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población en situación de pobreza aumentó de 41.5 por ciento a 43.9 por ciento, mientras que el número de ciudadanos en esa condición pasó de 51.9 millones a 55.7 millones de personas.
Es decir, que en el gobierno de López Obrador existen 3.8 millones de nuevos pobres; mexicanos que no lo eran antes de que AMLO asumiera el cargo de presidente.
Además, el porcentaje de personas en situación de pobreza extrema paso de 7 por ciento a 8.5 por ciento lo que significa que el número de personas en este rubro se incrementó de 8.7 a 10.8 millones de mexicanos en precariedad extrema.
Dicho de otro modo, resulta que en la gestión de Obrador hay 2 millones cien mil nuevos mexicanos que cayeron de pobres a pobres extremos.
Y si se suman los nuevos pobres y los nuevos pobres extremos, resulta que AMLO es una fábrica de pobreza, con 5 millones 900 mil mexicanos empujados a la condición de pobres y pobres extremos en sólo 32 meses del gobierno de López.
Pero la tragedia no termina ahí.
En términos de carencias sociales el mayor cambio entre 2018 y 2020 es un aumento de 12 puntos porcentuales en la carencia de servicios de salud, que pasó de 16.2 por ciento a 28.2 por ciento.
Si, una cifra escalofriante ya que significa que 12 por ciento de la población mexicana perdió el servicio de salud en el gobierno de López Obrador.
Es decir, que, de 130 millones de habitantes, en el actual gobierno federal casi 15 millones de mexicanos se sumaron a la marginación de salud; otra fábrica exitosa de Obrador.
Pobreza y pobreza extrema causadas a causa de que “el ingreso corriente per cápita disminuyó 6.9 por ciento, en todas las fuentes de ingreso, según el Coneval.
Pero hay más.
Al terminar los primeros 32 meses del gobierno de Obrador la cifra de muertos a causa de la violencia criminal rebasa todos los parámetros de las últimas tres gestiones; las de Fox, Calderón y Peña.
Es decir, en el México de Obrador estamos a nada de llegar a las cien mil muertes violentas; cifra que supera las muertes reportadas por cada uno de esos tres gobiernos, en los primeros 32 meses.
Sí, el gobierno de López es una fábrica de muertes violentas.
Pero tampoco ahí termina la tragedia.
Según reportes recientes del INEGI, a los mismos 32 meses de la gestión de Obrador, las muertes oficiales producto de la pandemia de Covid-19, sumadas al exceso de mortalidad, llegan al millón de mexicanos que han perdido la vida a causa de una política fallida contra la pandemia.
Sí, un millón de vidas perdidas. Sí, otra fábrica der muertos.
¿Así o más claro el fracaso de López Obrador?
Al tiempo.