Descomplicado
¡2022: la muerte de la democracia mexicana!
De manera formal –para efectos laborales y políticos–, hoy arranca el cuarto año de gobierno de López Obrador.
Un año, el 2022, que será mítico y trágico para México y para los mexicanos todos.
¿Por qué?
Porque en el 2022 no sólo seremos testigos sino víctimas del mayor ataque en la historia a las instituciones democráticas que construimos en las últimas tres décadas.
Porque la demolición de esas instituciones, garantes de la democracia, viene del propio presidente, convertido en dictador.
Porque si durante los primeros 36 meses de la gestión de AMLO vimos morir “los contrapesos” y “la división de poderes”, en el 2022 pasará frente a nuestros ojos la destrucción del INE.
Y porque esa destrucción se llevará cabo con la complacencia, la complicidad y la conspiración de no pocos de los políticos opositores, de los partidos de la dizque oposición y de quienes por décadas se asumían como próceres de la democracia, cuanto, en los hechos, sólo eran fantoches nada democráticos.
Sí, porque en el fondo, la consulta de “revocación de mandato” no sólo busca la glorificación del culto al “rey López”, sino que es una perversión política que pretende destruir al Instituto Electoral para sustituirlo por las groseras y nada democráticas consultas “patito” y a mano alzada.
Porque desde gobiernos criminales como los de Díaz Ordaz. Echeverría y López Portillo, no habíamos presenciado tal sometimiento de los medios, los empresarios, los intelectuales y los críticos.
Porque una vez sustituido el INE por el control electoral desde Palacio, el paso siguiente será el “necesariato”; esa fatalidad decimonónica de que el único capaz de salvar al país es mismo que destruyó al país; López Obrador.
Porque al final del 2022, Obrador tendrá en un puño no sólo a los Poderes Legislativo y Judicial –que ya controla a placer–, sino a los tres órdenes de gobierno –municipal, estatal y federal–, y habrá consolidado su control sobre los más poderosos empresarios y los dueños de los grandes medios, a los que mantendrá a raya bajo la premisa de “cárcel o complicidad”.
Y ante la imposición del “necesariato”, los lacayos que pelean a muerte por la simulada “sucesión presidencial”, cerrarán filas para adorar la continuidad del “señor de palacio”, tocado por la mano divina para conducir, de manera indefinida, los destinos de 130 millones de mexicanos.
Por todo eso el naciente 2022 será mítico y trágico.
Y si tienen dudas, el mundo no es ajeno a esa metamorfosis de la democracia mexicana; mutación que lleva a México a un vulgar remedo de las dictaduras latinoamericanas.
Sí, apenas el pasado 10 de diciembre del 2021, en el seminario La Relación de Estados Unidos e Iberoamérica, tanto el presidente Ernesto Zedillo, como el Nobel, Mario Vargas Llosa advirtieron sobre el peligroso retroceso que viven México y América Latina.
El expresidente Zedillo, artífice del mayor cambio en la democracia mexicana, lo dijo de la siguiente manera: “Hoy tristemente si uno ve el mapa de América Latina, tiene que concluir que quizá 70% de nuestra población vive en países en donde la democracia que creíamos definitiva está seriamente amenazada”.
Explicó que individuos que acceden al poder por la vía democrática, “de inmediato se abocan a destruir cualquier elemento democrático, por medio del populismo… y estos individuos populistas que están socavando nuestra democracia, se hicieron del poder a través de la democracia y casi todos ellos provienen de los viejos regímenes militares y autoritarios”.
Y Zedillo finalizó su argumento de manera lapidaria: “América Latina está en una trampa de predesarrollo y, salvo excepciones, vive un momento de regresión democrática”. (Fin de la cita)
Pero Vargas Llosa fue directo y le dijo pan al pan y vino al vino.
Así lo expuso: “México concitó grandes esperanzas en todo el Continente cuando el señor Zedillo, de pronto transformó México y permitió elecciones libres, en un país en donde hace 80 años no había elecciones libres.
“Y éste fue un hecho extraordinario porque con la libertad de voto México se transformó de la noche a la mañana, gracias al señor Zedillo, al que yo considero un verdadero héroe Latinoamericano.
“Y la sociedad mexicana se transformó profundamente y los mexicanos vivieron una libertad que no sabían que existía; la democracia fue una realidad e inmediatamente se dieron leyes para garantizar la limpieza de las futuras elecciones y México se orientó en la dirección correcta.
“Sin embargo, hoy nada de eso queda; es dramático que en unos cuantos años, lo que parecía representar la liberación y la democratización de México haya desaparecido.
“¿Por qué?
“Porque los mexicanos votaron mal. Si votaron mal, como ha ocurrido muchas veces en nuestros países. Y hoy en día México vive un retroceso dramático, con un presidente populista, demagogo, que acaba con todas las libertades que, gracias al señor Zedillo, vivió México.
“Y hoy, México es uno de los países que retrocede más en Americana Latina… México da la impresión de que está perdido si se trata de alcanzar la democracia y la libertad”. (Fin de la cita)
Sí, nos guste o no, a lo largo del 2022 veremos la muerte de la democracia mexicana y de todas sus libertades.
Al tiempo.