El presupuesto es un laberinto
¡Iglesias y Narco, los mandones en Morelos!
La historia la conoce a la perfección y al detalle la jerarquía de la Iglesia Católica mexicana.
La disputa la conocía con abundante información el último Nuncio Apostólico que se desempeñó en México, Franco Coppola, quien luego de cinco años en nuestro país no ocultó su enojo por las nada claras relaciones de la Iglesia Católica con el crimen organizado.
Y, por supuesto que en Roma –en la casa del hombre mejor informado del mundo–, tampoco era una novedad que los jerarcas católicos mexicanos habían pactado con una de las partes del crimen.
Sí, no pocos jerarcas católicos pactaron con las principales bandas criminales mexicanas.
¿La Iglesia Católica pactó con el crimen?
Lo cierto, sin embargo, es que no fueron las únicas denominaciones religiosa vinculada con las mafias criminales mexicanas.
Sí, nos referimos a un creciente y letal contubernio de ministros de las iglesias católica y Evangélica con las mafias del crimen mexicano: curas y jerarcas que se convirtieron en parte de la lucha por los territorios criminales y, en especial, del narcotráfico en México.
Sí, se trata de “curas” y jerarcas “de medio pelo” convertidos en el “cemento”, capaz del milagro de unir a cárteles criminales con grupos políticos de todo el país; alcaldes, legisladores y gobernadores.
Lo curioso es que la alianza entre católicos y evangélicos con las mafias y cárteles de la droga es, al mismo tiempo, el “caldo de cultivo” que cataliza las peleas a muerte en Morelos, Zacatecas, Michoacán, Veracruz, Sinaloa y Sonora, con saldo de decenas o cientos de muertos.
Por eso vale volver a preguntar. ¿Existe una alianza entre católicos y evangélicos con bandas criminales?
En efecto, se trata de acuerdos que buscan el poder político, el poder económico y, en general, el poder a secas.
Pero vamos por partes.
Para nadie es novedad que el llamado “Cártel de Sinaloa” o Cártel de “El Chapo” es el grupo criminal hegemónico; el preferido por el gobierno de López Obrador.
La novedad, en todo caso, es que también se trata de un grupo criminal aliado a no pocos “jerarcas católicos” en todo el país; “curas de pueblo” y jerarcas de medio pelo” que gustan de alianzas con el poder criminal.
Sí, los curas católicos vinculados con el crimen organizado.
Pero, en el otro extremo aparece los evangélicos; en realidad el grupo religioso hegemónico del actual grupo en el poder; la religión del presidente Obrador que, incluso, suele llamarse “la religión oficial” del poder.
Pero, curiosamente, los jefes evangélicos en todo el país –en la política y en su labor pastoral–, son aliados del presidente AMLO –y al mismo tiempo–, son “soldados” del (CJNG); grupo criminal que en no pocas entidades del país se plantan como antagónicos a “El Chapo”.
Así, los jerarcas católicos y evangélicos han iniciado una guerra por el control de las bandas criminales y por su alianza con los gobiernos estatales.
Y los mejores ejemplos son Morelos, Zacatecas y Veracruz, en donde las peleas por los respectivos territorios; peleas a muerte, igual que ocurre en casi todo el país.
Peleas que, como la que vemos a continuación, muestran que la muerte no es un juego, sino un instrumento de poder, presión y venganza.
Por eso, a continuación una de las “narcomantas” de los criminales de Morelos que pelean por la hegemonía en esa entidad.
Así los “narcos” le mandaron el mensaje a Cuauhtémoc Blanco.
“Ahí va el primero Cuauhtémoc Blanco, a mí no me mandes a hablar con pendejos. Sigue mamando y te vas a quedar sin alcaldes, te lo advertí puto aquí va el primero,
“Y si quieres saber más de quién organizo la reunión pregunten le al extesorero Villarreal. Él podrá darles datos más exactos, otro dato más: investiguen la muerte del Ray, a quien le interesaba que se muriera en el penal??? Saludos mi Cuauhtémoc. (fin de la cita)
¿Qué significa el mensaje anterior?
Elemental; que la pelea por el poder y por los territorios del narco es una pelea a muerte.
Y en esa pelea están metidos narcos en las iglesias católicas y evangelistas.
Al tiempo.