Fortaleza digital con el aguinaldo
¡”La muerte tiene permiso”, con AMLO!
La impunidad oficial es la misma.
La injusticia social parece idéntica.
Y los crímenes de Estado, a pesar del tiempo, siguen siendo similares.
Y es que “La muerte tiene permiso”, lo mismo en el México de López Obrador, que en el México que retrata el cuento breve de Edmundo Valadés.
Sí, retratos en sepia del México de injusticia, impunidad y violencia oficial, producto de gobiernos abusivos.
Sí, resulta que la intolerable complicidad oficial de antaño –de los años 50s del siglo pasado–, que retrata el clásico de Valadés, es idéntica a la grosera complicidad que hogaño defiende el gobierno de Obrador.
Un gobierno en el que los muertos se cuentan no por decenas, tampoco por miles y menos por decenas de miles; sino por cientos de miles.
Un Estado mexicano en cuyas instituciones pocos creen, ya que no pasa nada a pesar de que son cientos de miles las vidas perdidas; sea por violencia criminal, por la pandemia, por feminicidios, por periodistas y defensores de derechos humanos ultimados.
Pero existe una diferencia fundamental; que en el cuento corto de Valadés, los ciudadanos hacen justicia por propia mano, frente a un alcalde abusivo y solapado por el poder central, mientras que en el México de hoy, los ciudadanos aún creemos en la justicia.
Pero la gran ofensa social y el verdadero insulto a la democracia mexicana es que en “La muerte tiene permiso” se debate sobre el permiso de acabar con una vida, mientras que el de AMLO es el gobierno de la muerte; en el que han perdido cientos de miles de vidas –casi un millón de mexicanos–, por la indolencia, la complicidad y la impunidad oficiales.
Pero vamos por partes.
¿Quién pagará, en el Estado mexicano, por los más de 310 mil ciudadanos mexicanos muertos –según cifras oficiales–, a causa del mal manejo de la pandemia?
¿Quién hará justicia a las familias de esos 310 mil mexicanos fallecidos por Covid 19 y por los miles de muertos que no se han contabilizado por la negligencia oficial?
Y vale preguntar porque el 18 de enero se cumplieron tres años de la tragedia de Tlahuelilpan, en Hidalgo, que costó la vida a más de 130 ciudadanos y, hasta hoy, nadie ha pagado por esa irresponsabilidad oficial.
También el 24 de diciembre pasado se cumplieron tres años de la tragedia que costó la vida a la gobernadora de Puebla y a su esposo –en un accidente aéreo–, que nadie en el gobierno de AMLO se atreve a investigar porque tiene todas las características de un presunto crimen de Estado.
¿Quién hará justicia por los más de 110 mil crímenes violentos cometidos en los primeros 36 meses del gobierno de Obrador?
Y es que, como nunca había ocurrido, en el actual gobierno las bandas criminales son impunes y, como nunca, el gobierno federal había solapado a las mafias del llamado crimen organizado.
Peor aún, no hay justicia y no hay castigo para los integrantes de un gobierno –como el de López Obrador–, que abiertamente mantiene una alianza inconstitucional con las bandas criminales; grupos mafiosos que hacen rehenes a por lo menos el 50 por ciento de los ciudadanos que viven en todo el país; mafias que incluso se han apoderado de gobiernos completos.
¿Quién, en el Estado mexicano, será capaz de castigar a un gobierno y a un presidente que promueve, solapa y defiende a violadores y abusadores de mujeres como Félix Salgado Macedonio; como Andrés Roemer y como Pedro Salmerón?
¿Quién castigará a senadores y diputados abusadores de mujeres?
¿Por qué senadoras y diputadas de Morena callan ante la epidemia de feminicidios en todo el país?
¿Dónde están las senadoras y las diputadas de Morena; las alcaldesas y gobernadoras que construyeron sus carreras políticas mediante el feminismo y que hoy callan como momias?
¿Quién, en el Estado mexicano, castigará a los criminales de periodistas, a los matarifes de defensores de derechos humanos, de luchadores por la tierra y los bosques; a los opositores asesinados en todo el país?
Lo cierto es que en el México de López Obrador, igual que en el México de Edmundo Valadés, “La muerte tiene permiso”; peor aún, el de AMLO es el sexenio de la muerte.
¿Hasta cuándo?
¿Quién será el valiente de llevar preso al criminal de Estado llamado López Obrador?
Al tiempo.