Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
AMLO: “¡…y rooopa vieeeja quee veeendan!
La expresión anterior es parte de un clásico chilango. Algunos dicen que es una fea contaminación auditiva, otros hablan de la cultura del reciclaje y, los más avezados, lo remontan al prehispánico trueque.
Incluso el grito del peculiar trueque ya es tono de celular. Y pocos pueden negar que lo han escuchado: “¡Se coooompran colchooones, tambooores, refrigeradooores… y rooopa vieeeja queee veeendan!”.
Como ya se percataron, se trata de la versión moderna del ropavejero, personaje infaltable en colonias medias, altas y bajas, quienes paga unos pesos por lo inservible; desde ropa vieja, periódico, revistas… fierro, lavadoras, computadoras, colchones y… todo.
Y viene a cuento porque la recolección y reciclaje de lo inservible no sólo es cotidiano en los hogares de todas las clases sociales.
No, el fenómeno del reciclaje y recolección de lo usado, inservible y reciclable, también llegó a la política. Y, como seguramente ya lo adivinaron, el primer ropavejero de la política se llama Andrés y se apellida López Obrador.
Y claro, la planta recicladora de lo inservible de otros partidos, de otros grupos sociales, de la ‘sociedad civil organizada’ y hasta de bandas criminales se llama Morena, el partido que recolecta y recicla los desechos de la política y del poder. Incluso los desechos del periodismo y de la farándula.
Y, como ya se habrán dado cuenta, de tanto en tanto López Obrador recorre las alcantarillas del poder político, económico y social, para pregonar su peculiar recolección y para ‘levantar’ desechos.
Y si recuerdan, los desechos políticos recientes han sido del PAN. Un buen día, pregonaba en los desagües del PAN: “¡Se cooompran desechos del Partiiido Aciooon Nacionaaal…” cuando la fortuna lo colocó frente a una pieza de colección. ¿Y qué creen?
Sí, de inmediato la recicló y hasta la llevó al cargo simulado de jefa de campaña. Claro, se trata de una estratagema “engañabobos”. ¿Por qué? Porque Morena recicló a Tatiana Clouthier, para engañar idiotas con el cuento de que en las filas de AMLO está panistas de prosapia. Claro, sin importar si esas panistas ya estaban en el bote de basura.
Y es que, a querer o no, la Morena de AMLO se ha convertido en el basurero de la política. Y si lo dudan, basta recordar que los desechos más recientes que recolectó Morena son los del viejo sindicato magisterial, en manos de la profesora Gordillo. Hoy la señora Gordillo y su “mafia del poder” son parte de la campaña presidencial de AMLO.
Pero antes, han sido recolectados por Morena los desperdicios de mastodontes del PRI, como Manuel Bartlett, residuos contaminantes del PRD, como René Bejarano, además de malolientes desperdicios de las ultraderecha mexicana, agrupados en el PES y los no menos hediondos desperdicios del PT, partido que ya estaba sepultado, que fue exhumado por el PRI, y cuyo cadáver fue reciclado por Morena.
Pero la planta recicladora de basura política del PRI, PAN, PRD, PT y PES, no sólo está en Morena. No, cuando López Obrador fue dueño del PRD, el partido amarillo hizo exactamente lo mismo; se convirtió en el bote de basura de los desperdicios de la clase política. ¿Lo dudan?
En el Itinerario Político del 11 de marzo de 2011 –titulado Se recibe cascajo, recordamos el humor de Octavio Paz, quien definió como “cascajo político” el desprendimiento de un partido a otro. A su vez, Carlos Castillo Peraza, el brillante ideólogo azul dijo que el PRD era el principal receptáculo del “cascajo político del PRI».
En esa entrega, presentamos la metáfora de un PRD retratado como “un edificio en construcción, desvencijado y en obra negra, con un gran letrero en la fachada inconclusa que rezaba: “Se recibe cascajo””.
La conclusión fue que a la vuelta de los años, “los puritanos panistas que en los años 90 se mofaban que el PRD se convirtió en receptor de todo el cascajo que desechó el PRI… terminaron por ser receptores del cascajo del PRI, cuando el PAN llegó al poder presidencial”.
Volvimos al tema el 21 de marzo de 2016 y señalamos que “en tiempos electorales todos los partidos políticos hurgar en la basura del adversarios para rescatar y/o ‘pepenar’ el ‘cascajo político’.
“Lo simpático es que a los pepenadores nada importa si del desperdicio sacan adefesios, políticos impresentables, pillos o innombrables. Lo que importa es reciclar la basura político electoral y venderla a los electores, como un producto nuevo”.
Y el mejor ejemplo del cascajo político es AMLO, a quien el PRI colocó en el bote de basura y lo recicló el PRD de Cárdenas.
La historia la conocen todos. López traicionó a Cárdenas, usó y abusó del PRD y luego lo traicionó, para más tarde crear Morena.
Basura política.
Al tiempo.