Frente a la guerra/Felipe de J. Monroy
¡Muere el «Frente Ciudadano»!
El pasado viernes adelantamos que el frente ciudadano murió “de muerte natural”. Es decir, a causa de una feroz pelea entre sus anticuerpo; tanto azules como amarillos.
Y es que, a pesar de los buenos deseos y las escasas voluntades, resultó imposible que los jefes del PAN y PRD –Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, respectivamente–, entendieran que ya nadie cree en las decisiones cupulares de los partidos y menos en la simulación democrática.
Dicho de otro modo, resulta que el frente ciudadano fue aniquilado por las ambiciones sin límite de Anaya y Barrales, quienes jugaron con la “doble cachucha” de presidentes de sus respectivos partidos y porque, gracias a esa “cachucha”, se apoderaron de las candidaturas presidencial y de CDMX.
Por esa razón –y porque saben que si se someten a un proceso transparente y democrático perderían las candidaturas que se “agandallaron”–, los jefes del PAN y el PRD se negaron a elegir a los candidatos a puestos de elección popular a un proceso abierto y ciudadano.
Y, frente al engaño y la cerrazón antidemocrática, dejaron la mesa de negociación algunos de los principales interesados en la creación del frente ciudadano. Nos referimos, como saben, a Miguel Mancera, Rafael Moreno Valle y hasta Margarita Zavala, además de que el Partido Nueva Alianza también se alejó, no sin denunciar el juego sucio y mentiroso de Anaya y Barrales.
Y frente al grosero “agandalle” y la doble cachucha de Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, el jefe de gobierno de la capital del país puso en marcha una discreta retirada que, en buena hora, fue acompañada por las principales corrientes del PRD, en especial por Los Chuchos.
En pocas palabras, resulta que mediante una fotografía en redes sociales, las principales “tribus” del PRD le dan todo su respaldo a Miguel Mancera, lo que fue interpretado como el fin de la participación del partido amarillo en el frente ciudadano.
Pero lo que pocos saben, es que la presidenta del PRD, Alejandra Barrales, fue pieza clave para dinamitar un proyecto aliancista que en su idea original parecía una virtuoso alternativa de poder pero que, al llegar las definiciones, terminó en un proyecto mafioso.
¿Por qué?
Porque la señora Barrales no sólo traicionó a Miguel Mancera y al PRD –al negociar como jefe del partido la candidatura a CDMX para ella misma–, sino que se negó a dejar esa candidatura para Ricardo Monreal, lo que habría catapultado al frente ciudadano a las nubes.
Por lo pronto, Miguel Mancera está listo para ser candidato presidencial por el PRD. Y claro, arreciará la guerra en su contra.
Al tiempo.