El presupuesto es un laberinto
Ivonne Ortega quiere la dirigencia: a pesar de sus “aportes” al PRI
Eran los momentos en que la verdadera cúpula priista definía en las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional, quien sería la Secretaria General que acompañaría la fórmula que llevaría como presidente a Manlio Fabio Beltrones, cuando en el restaurante de un hotel muy cercano a las oficinas centrales del IMSS, Ivonne Ortega Pacheco reunió a un grupo de periodistas para darles una gran exclusiva:
El nuevo dirigente nacional de su partido sería el contador público duranguense, Ismael Alfredo Hernández Deras.
En el bunker de Insurgentes Norte se decidió entre dos ex alcaldesas de Metepec la compañera de Beltrones, Carolina Monroy y Ana Lilia Herrera, siendo finalmente seleccionada la primera.
Todo ello ocurría mientras Ivonne Ortega proporcionaba a los comunicadores una información tan equivocada, que lo único que dejó en evidencia fue que la yucateca estaba fuera del círculo de decisiones de su partido, a pesar de que en esos momentos ocupaba la secretaría general con César Camacho Quiroz como presidente.
Meses antes de que Ivonne Ortega dejara la Secretaría General del CEN del PRI, la política nacida en Dzemul el 27 de noviembre de 1972, montó una oficina dedicada exclusivamente a promover su figura como una potencial candidata a la presidencia de la República compitiendo así con el mexiquense Enrique Peña Nieto.
Obviamente volvió a fracasar en esa nueva nueva y disparatada aventura.
La más reciente “aportación” de Ivonne Ortega Pacheco a las causas del PRI, fue la guerra sucia que emprendió contra el hoy senador José Carlos Ramírez Marín para impedir que fuera nominado candidato a gobernador de Yucatán.
El panista Mauricio Vila Dosal derrotó al prospecto impuesto por Ivonne Ortega en contubernio con el gobernador Rolando Zapata, Mauricio Sahuí Rivero, mientras que Ramírez Marín resultaba EL ÚNICO GANADOR POR MAYORÍA DE LOS CANDIDATOS AL SENADO POSTULADOS POR EL PRI.
Con esos antecedentes de fallidas estrategias políticas, con una cadena de informaciones que afectaron al PRI y con decisiones como la de marginar como candidato a gobernador de Yucatán a Ramírez Marín, ahora Ivonne Ortega trata de descarrilar el trabajo de la comisión organizadora del proceso interno para renovar la dirigencia del PRI en agosto próximo.
Sin embargo, sigue siendo el gran favorito Alejandro Moreno Cárdenas quien tiene base en la militancia, de la ya muy escasa que le queda al PRI, y por lo tanto es el único elemento con capacidad de revertir la tendencia negativa de su partido y convertirlo nuevamente en una organización competitiva a la luz de las 13 elecciones para gobernador y la renovación de múltiples ayuntamientos y de varios congresos locales, amén de la cámara de diputados federal en el año de 2021.
Esas son las expectativas que tiene el PRI de cara a su elección interna:
Una carta perdedora por naturaleza como Ivonne Ortega o un elemento con aliento y posibilidades de reanimar al tricolor como lo es Alejandro Moreno Cárdenas, Alito.