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CIUDAD DE MÉXICO, 18 de noviembre (Quadratín México).- El cuentista, novelista y diplomático brasileño Joao Guimaraes Rosa, a quien se recuerda a 45 años de su muerte, que se cumplen este 19 de noviembre, es considerado una de las figuras más importantes de la literatura de su país por obras como “Gran sertón: veredas”.
Joao Guimaraes Rosa vino al mundo el 27 de junio de 1908, en el seno de una familia encabezada por un comerciante, fue el sexto de seis hijos y desde pequeño mostró un fuerte interés por los estudios, ejemplo de ello fue que a los siete años aprendió francés por su cuenta.
De acuerdo con el portal en Internet “releituras.com”, a los nueve años se trasladó a Belo Horizonte, donde vivió con sus abuelos y cursó su educación primaria y secundaria, así como estudios de Medicina.
En 1932, a los 24 años, decidió fungir como voluntario en la Revolución y tiempo después como diplomático en distintos países. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en Alemania ayudó a muchos judíos a escapar de la persecución del régimen de Adolf Hitler (1889-1945).
No obstante, en 1942, las autoridades alemanas condenaron estos hechos por lo que fue prisionero durante algunos meses, según la biografía del escritor brasileño publicada en la página electrónica “biografiasyvidas.com”.
Guimaraes Rosa tuvo su incursión en la literatura con el volumen de cuentos “Sagarana”, publicado en 1946 y el cual reveló a un escritor dueño de un estilo único, que propone transformar y renovar el uso de la lengua portuguesa mediante un gran número de profundas innovaciones lingüísticas.
La crítica destacó de su obra el uso de palabras nuevas, su empleo de términos prácticamente en desuso y vocablos de lenguas extranjeras, así como su recurrente uso de onomatopeyas, aliteraciones y su manera de establecer relaciones sintácticas inéditas.
Fruto de sus recuerdos de una expedición al norte de la región Centro-Oeste de Brasil, en Mato-Grosso, que emprendió años atrás el narrador brasileño escribió “Com o vaqueiro Mariano” que fue publicada en 1952.
A esta obra le siguió su primera y única novela “Gran sertón: veredas” (1956), la cual rompió totalmente con el regionalismo tradicional, ya que narra la historia de un hombre del sertón, Riobaldo, quien es inseguro y seguro a la vez, juguete y arma, y bendito y maldito.
El reconocimiento literario del autor se afianzó con la colección de siete novelas cortas “Corpo de baile” (1956), en el que planteó experimentos lingüísticos y estructurales con los que ya había permeado “Sagarana”.
Antes de su muerte Guimaraes Rosa publicó varias colecciones, entre las que destaca “Primeras historias” (1962) y en 1997 fue lanzada una edición editada de “Magma”, su único libro de poemas, que lo hizo merecedor del premio de la Academia Brasileña de Letras en 1936.
En 1967, Joao Guimaraes Rosa fue nominado para merecer el Premio Nobel de Literatura. La muerte llegó primero, el 19 de noviembre de 1967, cuando tenía 59 años de edad.
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