Mujeres mexicanas memorables (6)
“Una calurosa y merecida felicitación a los directivos y editores de El Heraldo de México que hoy cumple su quinto aniversario de estar informando a la sociedad mexicana.”
Todos los gobiernos son falibles. Unos más que otros por supuesto. Pero lo grave no es en sí mismo la incapacidad de que los gobiernos no puedan llevar a la práctica sus promesas, eso puede obedecer a imponderables fura de su contro.
Sino es el hecho, como ahora lo vivimos con una serie de desaciertos en políticas públicas de la llamada 4T, de que no se den cuenta de que está fallando de manera muy peligrosa en el ejercicio del poder que le confirió el ejercicio democrático, por imperfecto que pudiera ser éste.
Como lo describió socarrona, pero impecablemente, Héctor Aguilar Camín en el comentario que hace semanalmente con Joaquín López Dóriga, el gobierno de la 4T cada vez que habla de un propósito de ahorro, nos entrega a cambio de ese ejercicio economizador en el gasto público, unos espantajos como el “tendajon” que es el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Esa impericia para hacer políticas públicas atinadas, que respondan en los hechos a lo que se prometió que serían una vez que se concluyan, sigue vulnerando la capacidad económica que tiene el país por los desaciertos que se cometen y que cuestan miles de millones de pesos, tienen la posibilidad, difícil y remota, de ser rectificadas.
Pero la historia enseña que la sociedad puede soportar que la democracia no se cumpla al cien por ciento; pero lo que no aguanta es cuando los niveles de la violencia y de la carestía alcanzan proporciones de verdadero pánico por las casi nulas esperanzas de volver a su status anterior en el corto plazo.
El clamor por la carestía no se va a terminar con el plan que el gobierno anunciará el próximo miércoles para tratar de que lo poco que tienen como ingreso la mayoría de los mexicanos les alcance para comprar una canasta básica de subsistencia.
Hace falta una cirugía mayor que restablezca los niveles de creación de empleos justamente remunerados. Y eso no se va a lograr con una medida cosmética para tratar de devolver a la gente su capacidad de compra, compra, repetimos, para subsistir y evitar así que se salga a las calles a buscar con violencia el alimento diario, como sucede en Venezuela por citar un ejemplo cercano, menos que para vivir en el lujo o el dispendio, una capacidad de subsistencia simplemente para no morir de hambre.
Así de grave están las cosas en estos días en México.
Y ello en medio de un ambiente de inseguridad y violencia que nos tiene con una verdadera preocupación de salir a la calle a enfrentar el reto de trabajar sin ser víctima de cualquier tipo de delincuencia.
¡Bendito País¡
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