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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de marzo (Quadratín México).- Ciudades como la de México no sólo se han convertido en el hogar de algunos indígenas, sino su centro de trabajo para otros que desde diversos puntos del territorio nacional viajan en busca de una mejor oportunidad de vida.
La directora del Centro Interdisciplinario para el Desarrollo Social (Cides), Alicia Vargas, explicó que ser pobre en el Distrito Federal es muy distinto a padecerlo en una comunidad rural, pues por lo menos en la metrópoli puedes efectuar ciertas actividades que te permiten tener un ingreso.
De acuerdo con la Dirección General del Instituto de Asistencia e Integración Social del Distrito Federal (Iasis), 60 por ciento de la población que vive en la calle son de otros estados, 38 por ciento es del Distrito Federal y dos por ciento de otros países.
Vargas Ayala reveló que en la ciudad de México existe un mapa bien identificado de comunidades indígenas como son triquis, otomíes, nahuas y los mazahuas, entre otros.
Comentó que entre las actividades que realizan los miembros de dicho grupo social en situación de calle están la limpieza de parabrisas, venta de chiles o artículos de baja rentabilidad, además de que muchos se dedican a pedir caridad por las calles de la capital.
“Cuando el estándar del nivel de vida es tan bajo, cualquier mejora significa que ha mejorado tu situación y que abre las expectativas para tus hijos”, aseveró.
Sin embargo, señaló, entre los problemas a los que se enfrentan están el racismo, la exclusión, el hacinamiento y la marginación, así como ciertos riesgos de la calle como el consumo de drogas y la explotación laboral y sexual.
Ante esta realidad, Alicia Vargas consideró que es necesario aplicar mayores estrategias para atender el tema de marginación de esta población, así como de trabajar en la promoción de su desarrollo educativo y económico.
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