
Alfa omega
Sorprende que los partidos velen armas por la reforma energética, y el agua se les escurra entre las manos.
El ser humano por naturaleza desprecia lo que le sobra o considera que existe en abundancia. Pocos aprecian y valoran el agua, servida en el hogar desde una toma construida por el Estado, con la posibilidad de usarla para beber y bañarse, para cocinar y los elementales hábitos de higiene.
Así como el agua estancada es fuente de infección, carecer totalmente de ella es aproximarse a la animalidad y a los contagios: piojos, sarna, micosis diversas, cólera, parasitosis de todo tipo.
Desconozco cuántos de los lectores han pernoctado en hoteles y campamentos donde el uso de los sanitarios es colectivo, donde las regaderas, por ausencia de higiene, más contagian que limpian. ¿Cuántos han vivido o viven en ciudades ribereñas, donde el caudal no puede usarse porque las autoridades dejaron de construir las plantas potabilizadoras, y porque además el agua de todos los mexicanos es trasladada al Distrito Federal, donde el desperdicio abunda?
La última vez que recorrí la cuenca del Balsas, muchas de las ciudades y poblados rivereños carecían de agua potable.
Hoy, la evaluación de la Política Pública Ambiental presentada por la ASF, da cuenta de un descenso en la disposición de agua por persona en México, que se ubica por debajo del promedio mundial, y favorece los niveles de contaminación ambiental fuera de la norma, infraestructura insuficiente para el manejo de residuos peligrosos y esfuerzos atomizados en la gestión ambiental.
De la lectura de ese informe se desprende que entre 2009 y 2011 la disponibilidad media anual del líquido decreció, en promedio anual, 3 por ciento en acuíferos y 8.7 por en cuencas, mientras de 1998 a 2011 el agua renovable per cápita cayó 2.7 por ciento en promedio anual. Este volumen, 3 mil 983 metros cúbicos, fue 80.4 por ciento inferior al promedio internacional, que fue de 20 mil 371 metros cúbicos; a pesar de esta situación, se otorgaron más concesiones de aprovechamiento.
Además del pozo que se perfora en la Delegación Iztapalapa, o al margen de él, el informe expone que hay 176 acuíferos deficitarios, para los cuales se fijaron estrategias homogéneas, sin considerar los problemas particulares, pero, además, en 2011 en 98 de estos acuíferos la Comisión Nacional del Agua (Conagua) otorgó concesiones por un volumen de 46.6 millones de metros cúbicos, lo que aumentó el déficit.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población, a 2010, según el volumen de agua renovable para el periodo 1998-2030, “el índice per cápita para el año 2030 se reducirá a 742.1 metros cúbicos, lo que significaría que el volumen de agua renovable por cada persona se reducirá más de seis veces, lo cual revela su trascendencia como un asunto de seguridad nacional”.
Leo con azoro que todos los partidos velan armas ante la reforma energética; asombra más que se plantee en la estrategia energética nacional cuya duración se prevé para varios lustros, zonas de amplio subsidio en luz y otros combustibles, cuando muchos de los hogares potencialmente beneficiados, consumen más energía que los de la clase media venida a menos, y también desperdician más agua, como sucede con las descuidadas y faltas de mantenimiento tuberías de agua potable.
Pronto, el agua será más importante que el petróleo.
QMX/gom